
Telecinco arrancó el pasado curso televisivo con Acusados, una serie de intriga que la cadena quiso convertir en su insignia y éxito. Los datos de audiencia nunca fueron excelentes, pero los seguidores aumentaron su fidelidad a la trama a medida que la historia se acercaba a su desenlace. En los primeros capítulos, la real intriga era otra: saber si Acusados, que para el público de a pie podía ser una simple sucedosa de Motivos Personales, era realmente un plagio de Damages. La noticia cayó como una bomba y nubló la opinión de los analistas; una pena porque Acusados, con sus múltiples y torpes giros de guión, incluso con sus pobres actuaciones (lo de José Coronado y Patricia Domenech no tiene perdón), es una producción que dignifica la ficción española, una historia potente, entretenida y con el suficiente gancho para aguantar algunas temporadas más en antena. Telecinco ya está haciendo los deberes: a los viejos rencores que los personajes de siempre heredarán de la primera temporada, se unirán en la segunda tanda de episodios nombres como Mónica López, Alejo Sauras y Tamar Novas, todo ello para subir el listón y la tensión de un nuevo caso.
Blanca Portillo interpreta a Rosa Ballester, una jueza con pocos escrúpulos decidida a resolver el misterio que rodea el incendio de la discoteca Metrópolis. Joaquín de la Torre, un político de dudosa moral, aparecerá como el principal sospechoso, pero todo se complicará con la entrada y salida de pruebas, personajes y situaciones a medio camino entre lo personal y lo estrictamente profesional. Al final, todos los personajes saldrán perdiendo y deberán pagar un precio muy alto por desentrañar el enigma. Una serie bastante recomendable para tumbarse en el sofá y evadirse sin más. Lo mejor, como era de esperar desde sus primeros tráilers, es el trabajo de Blanca Portillo (fría fiera donde las haya) y Goya Toledo, las únicas que nos regalan auténticas interpretaciones. Aprueba con un suficiente alto, la nota necesaria para estar esperando con cierta ansia los nuevos capítulos (lo demás parece pura basura: Sin tetas no hay paraíso, El internado, Águila Roja,... ¿seguimos?).