viernes, 24 de julio de 2009

OBRAS A REIVINDICAR: PAPRIKA (2006)

Satoshi Kon vive a la sombra de Hayao Miyasaki, al menos a nivel de popularidad, no de genialidad. Las obras de Kon quedan injustamente relegadas al ostracismo (Paprika no se estrenó en las salas) y solo reciben el apoyo de anónimos, constantes y sedientos fans del género, los mismos que han comprado a tientas pero esperanzados el dvd de esta rareza. En Paprika, como en su día pudimos comprobar con la magistral serie Paranoia Agent, conviven el Kon cineasta y el Kon dibujante, el artesano y el magnate, la improvisación y el cálculo, la filosofía alambicada y las tramas de acción más vistosas y festivas. La mezcla es potente: una crítica a las diabólicas posibilidades de la tecnología y un cuento adolescente donde el estilo siempre supera al tema. Con esta hoja de ruta, no es de extrañar que Kon tenga seguidores entre el público juvenil, los sectores más frikis y la premsa especializada. La indefinición de público, conjugada con unas preocupaciones y recursos visuales personales y reconocibles en su autor, hacen de Paprika una cinta tan excesiva como atractiva, una más que correcta obra destinada a festivales, canales infantiles, sesiones golfas o cineclubs de alto copete. Sea cual sea la plataforma, Paprika siempre será mucho más de lo que parece a simple vista; y, pese a todo, siempre seguirá marginada.


Una empresa está trabajando en una máquina capaz de grabar los sueños. El aparato, creado inicialmente para fines médicos y de investigación psiquiátrica, es robado por uno de los empleados de dicha empresa, amigo íntimo y compañero del creador del artilugio (personaje obeso e ingenuo, un nerd bonachón que, inconscientemente, ha sembrado el caos). Esta es la idea inicial de una trama que se complica a cada minuto, que nos satura y agita a base de diálogos simbólicos e imágenes potentes, mezcla de realidad, ficción y estampas oníricas. Kon nos alerta desde el primer minuto cuando un payaso aparece en escena y sonríe un "que empiece el espectáculo". La historia arranca, la acción aflora, el interés aumenta y, de alguna forma, el embrollo no termina porque el espectador rebobinará la historia, saboreará los detalles y buscará nuevas lecturas hasta disipar la emoción del primer visionado. Kon, con esta descompensada pero absorbente aventura, se convierte en uno de los cronistas más interesantes del caos que gobierna nuestro mundo y rutinas. El interés por rescatar Perfect Blue, Millenium Actress y Tokyo Gotfathers es enorme. Lástima que, como ocurre con Paprika, el cinéfilo tenga que recurrir directamente al dvd, siempre y cuando esté dispuesto a rastrear en establecimientos y tiendas on-line especializadas. No morirán en el intento: vale mucho la pena.