
EL ARGUMENTO:
Es el cumpleaños de Henrik Vanger y el ritual se repite: un extraño le envía una flor enmarcada desde diferentes confines del planeta. Henrik, que, pese a su edad, copreside una de las empresas más importantes de Suecia, decide resolver el misterio y contrata al periodista Michael Blomkvist, director de la revista Millenium que acaba de perder un juicio frente a Hans-Erik Wennerström, un industrial de prácticas más que sospechosas. Todos los personajes tienen mucho que esconder y su pasado se relaciona con la desaparición de una joven en 1968, nazis asesinos y despiadados periodistas. Y por si fuera poco, Lisbeth Salander, una hacker singular, se suma al embrollo.
EL FENÓMENO:
El fenómeno Larsson no tiene fronteras ni edad, brilla tan longevo y brillante como Harry Potter en su momento. En la misma era digital y desangelada que retrata el periodista sueco, es muy difícil encajar un éxito tan rotundo y vender tantos millones de libros en todo el planeta. La historia que ideó Larsson, escritor ocasional que tramó su historia a escondidas y en sus noches de insomnio, es una historia local que los suecos entenderán a la perfección y que nosotros intuímos como representación de una era oscura, llena de mentiras y complots a gran escala. La teoría literaria tiene una clara tendencia a menospreciar los best-sellers porque entiende que tales obras son más mercantilistas que artísticas. Aunque se note un estilo lingüistico para nada redondo, Los hombres que no amaban a las mujeres atrapa de principio a fin, y la falta de retórica se compensa con una trama sorprendente, dura y magnética. Larsson, con su muerte, sus conocidas disputas con la derecha sueca y su pública adicción al tabaco y al café ya es toda una leyenda, y a él le debemos Lisbeth Salander, uno de los mejores personajes literarios del... millenium.
EL LIBRO:

El libro es mucho más oscuro e impactante que su análogo cinematográfico, aunque Larsson no describe las escenas violentas con demasiada saña ni gore barato. La personalidad de Salander permite la inclusión de contínuas palabrotas, expresiones coloquiales, anglicismos y demás mecanismos más cercanos a la oralidad que a la prosa seria. Larsson era consciente de que su libro funcionaba a dos niveles: como crítica de una sociedad corrupta (opción para los lectores más concienzudos) y como juego detectivesco que, tras el impacto y la brutalidad de sus formas, esconde los infantiles trazos de toda investigación criminal (opción más evidente y la que sus fans parecen aplaudir más). Esta dualidad, mezcla perfecta de madurez e inconsciencia, permite que Los hombres que no amaban a las mujeres sea un libro juvenil y para lectores maduros, una historia de género que intenta y consigue ser popular. Larsson nos ha llegado como una persona firme y comprometida que deseaba lanzar un dardo venenoso al sistema periodístico, político y empresarial. El resultado es impecable y el juego de Larsson cruza la línea de meta con los deberes bien hechos.

LA PELÍCULA:

La película muestra sus cartas cuando, tras el accidente de coche de Martin, y contradiciendo lo apuntado en el libro, Lisbeth se acerca al lugar del accidente y quema el coche, en paralelo a un flashback muy significativo que el lector del libro, olvidando la trama de la segunda parte, no entiende. Ello nos sirve para justificar que la saga cinematográfica, aunque partiendo de una fidelidad a veces insoportable, está confeccionada como un producto independiente.
Olvidando el juego de diferencias y similitudes con el libro, la película es una pieza más liviana, aunque igual de entretenida que el libro. Es interesante comprobar cómo se resuelven las escenas de mayor violencia y tensión (mención especial para el momento en que Lisbeth sorprende a su 'protector' con un revés inesperado), muestra de la elegancia y los momentos gore que salpican el correctismo de la propuesta. Los actores consiguen evocar lo imaginado en el libro y, sin construir grandes interpretaciones, pasan el trago con nota.
El resultado es una película digna, un entretenimiento de nivel, bien resuelto y mejor promocionado. También es importante destacar que, por primera vez, Suecia ha decidido adaptar su éxito editorial antes que EE. UU. La imaginación vuela: ¿se imaginan la película de La sombra del viento o La catedral del mar por Amenábar, Fresnadillo, Aranda o Monzón? Tiempo al tiempo.
Pueden leer la crítica del film en: http://cachecine.blogspot.com/2009/06/millenium-1-los-hombres-que-no-amaban.html

APÉNDICE:

" Va quedar-se mirant el buit, sense adonar-se amb prou feines del que passava al seu voltant, i no va veure que l'Hermione havia sortit de la gentada i arrosegava una cadira per seure al seu costat"
Es decir (traducción personal y chapucera): "Se quedó mirando el vacío, sin apenas percatarse de lo que ocurría a su alrededor, y no vió que Hermione había salido del gentío y arrastraba una silla para sentarse a su lado".
Paso este bizarro juego a Albertaco, José Barriga y Mariano, por citar tres blogeros de confianza.