jueves, 2 de julio de 2009

SERIES 22: JERICHO

Hay series que, sin ser demasiado buenas, conectan con el espectador más por lo que podrían ser que por lo que realmente son. Puede parecer un embrollo pero en el caso de Jericho el patrón se cumple: una idea bastante atractiva que se resuelve de forma torpe y sin demasiado presupuesto ni interés. Los que vimos estoicos toda su primera temporada nos queda el sinsabor de imaginar a Jericho como una de las series más malogradas de los últimos años: no le benefició su continuo empeño de imitar a Perdidos, no cuajó su reparto sin estrellas ni tampoco jugó a su favor que el misterio central no se resolviese, con la obvia y penosa sucesión de subtramas sin demasiado jugo. Con este panorama, Telecinco desistió y castigó la serie en el horario de late night y la incomprensible emisión de 6 capítulos seguidos. Aunque los fans apoyaron la serie y posibilitaron una segunda entrega, Jericho se finiquitó tras siete episodios que parece que nadie ha visto y que ninguna cadena está dispuesta a emitir. El misterio quedó en el aire... ¿y qué?



El caso de Jericho demuestra cómo la ficción norteamericana ha intentado encontrar el substituto de Perdidos sin atinar. La serie también nos sirve para criticar la poca paciencia que tiene Telecinco con las series no nacionales, salvo la imparable y aburridísima CSI. Es indudable que cada semestre aparecen nuevas series porque la política de emisiones norteamericana se basa sobre un sólito sistema de ficción televisiva y un seguimiento masivo de numerosas series. Jericho se ha diluido por la cantidad y la calidad de sus competidoras, pero es un título que se recuerda con cariño. Por ello, este post recuerda que hace un año estábamos atentos al destino de Jericho y sus habitantes, a una amenaza nuclear eternamente inconclusa y pequeños momentos de tensión chapuzera, pero efectiva. Hace tan poco y, pese a todo, qué tiempos aquellos...