
15. TORREMOLINOS 73, de Pablo Berger
Premio en Málaga para este ejercicio retro, sin par, bastante gracioso. Javier Cámara reconvertido en el clásico butanero, electricista o fontanero de toda peli porno casera. A su lado, una virtuosa Candela Peña (protagonista de otra choni adorable: Descongélate). No murieron en el intento...

14. DÍAS DE FUTBOL, de David Serrano
Me acuerdo que el cine estaba lleno a rabiar, algo inédito para un título español. El guionista de El otro lado de la cama construía unos personajes adorables en una película tronchante. Diálogos televisivos y actores en estado de gracia. Nadie la recuerda, pero en su día fue bastante importante.

13. EL PALO, de Eva Lesmes
Un curioso grupo de fracasadas (Verdú, Ozores, Maura y Alterio) intentando llevar a cabo el golpe de sus vidas: robar un banco. Disparatada comedieta, de formas elegantes, austeras y tranquilas. Agradable pasatiempo nominado al Goya a la mejor dirección novel.

12. CARNE DE GALLINA, de Javier Maqua
Enésima escultura de la cutrez española, una historia corrosiva, negra e incorrecta. Anabel Alonso, Nathalie Seseña e Isabel Ordaz, glorias de nuestras series más tontas, encabezan una película con bastantes adeptos (aunque callen avergonzados).

11. LA GRAN AVENTURA DE MORTADELO Y FILEMÓN, de Javier Fesser
Adaptación a la gran pantalla de los personajes de Ibáñez, aquí al servicio de comiqueros e infantiles efectos especiales. Gracioso despropósito, insignia del blockbuster patrio y, para los productores (no para los cinéfilos), el panorama a seguir. Amor-odio que se eterniza.

10. TUNO NEGRO, de Pedro L. Barbero y Vicente J. Martín
Cuando uno es niño y no tiene idea de cine, Tuno negro, pese a ser una mala copia de la saga Scream, divierte bastante. Una de las películas de mi infancia con una Maribel Verdú crucificada, un Jorge Sanz desubicado, una Silke malvada (pésima actriz ante todo) y un derroche de ketchup. Menos mal que estaba Salamanca...

9. PLATILLOS VOLANTES, de Óscar Aibar
Marcianos desde nacimiento, estos platillos de purpurina son una rara avis dentro de nuestro cine. Curiosa historia, con un guión imposible pero de hierro. No existe nada que se asemeje a Platillos Volantes, y eso ya es todo un mérito. Merece ser rescatada.

8. EL DÍA DE LA BESTIA, de Álex de la Iglesia
6 goyas para la gamberrada de de la Iglesia. Angulo, Segura y Pávez en una comedia terrorífica (algunos dirían que por mala). No me sumo entre sus fans (tampoco aplaudo Perdita Durango y Muertos de risa), pero sí me entusiasman La comunidad, 800 balas y Crimen Ferpecto. Que conste que perdió el Goya a la mejor película frente a Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto: el triunfo del cine de autor y novel.

7. AIRBAG, de Juanma Bajo Ulloa
Juanma Bajo Ulloa, tras La madre muerta y Alas de mariposa, se desmadró con esta taquillera pantomima. Tiros, chistes y mamporros a cascoporro. Carlos Boyero resume así su crítica: 'mala'. Todo pasa y todo queda... incluso las malas películas. La boda final es... ejem, inolvidable.

6. EL ROBO MÁS GRANDE JAMÁS CONTADO, de Daniel Monzón
Tras El palo, otro robo de altura. Asensi y Resines, tan caricaturescos, volvían a liderar el reparto de una comedia cutre, aunque lúcida y atractiva. El Guernica de Pablo Picasso temblaba en manos de una cuadrilla de cómic. Se recuerda con una gran sonrisa.

5. EL ORO DE MOSCÚ, de Jesús Bonilla
Los españoles debemos ser una panda de chorizos... aquí queríamos robar el mismísimo oro de Moscú, todo de la forma más rocambolesca posible. Alberto Bermejo dijo de ella que era "un bodrio con vocación de negociete de temporada". Secundamos la propuesta. María Barranco, pese a todo, vale mucho (véase Atún y chocolate, Las edades de Lulú o Mujeres al borde de un ataque de nervios).

4. MARUJAS ASESINAS, de Javier Rebollo
Me río con solo pensar en ella. Nadie entendió la crítica social, el retrato social y la ironía de una película que, de tan mala, resulta buenísima. Si no fuera porque 2001 fue un gran año para nuestro cine, algún analista rebelde hubiera construido un templo a esta Neus Asensi asesina. Si no la han visto, no saben lo que se pierden. Paz Padilla protagoniza uno de los finales más tronchantes de nuestro cine. Carne picada y picante. Cinco estrellas de la Fnac española. Mujeres desesperadas a la española.

3. 20 CENTÍMETROS, de Ramón Salazar
Salazar es un director talentoso y original que no acaba de encontrar su sitio. Promesa de nuevo Almodóvar, 20 centímetros era un chiste feísta, atractivo y con chispa. Un carnaval bizarro, un musical extremo. Mónica Cervera merece mejor suerte. Puyol, post-Upa dance, enseñando músculo. Rossy de Palma, Najwa Nimri y Lola Dueñas, pululando. ¿A que hace gracia?

2. YO SOY LA JUANI, de Bigas Luna
No es chorra, pero su protagonista sí. La Juani como símbolo de la España de tambor y pandereta, mujer sin estudios y con morro, alma de extraradio, niña hiphopera y soñadora. Bigas Luna acertó con este cuento venenoso, lleno de éxito, batacazos y sinsabores. Verónica Echegui perdió el Goya frente a la Ivana Vaquero de El laberinto del fauno. ¡Noooooooo! Dani Martín: peor actor de la historia.

1. TORRENTE: EL BRAZO TONTO DE LA LEY, de Santiago Segura
'Nos hacemos unas pajillas' reconvertido en el lema de toda una generación soez. Segura, actor y director, genio y horror, se reía de la comedia española, las conveciones y el concepto de 'macho ibérico'. Nuestros estómagos sobrevivieron a los granos, los whiskys y a la suciedad del conjunto... pero no a dos precuelas bochornosas. Sea como sea, el antihéroe por excelencia de nuestro cine es el rey del ranking. Que Dios nos pille confesados...
Tranquilos: el suplicio ya ha terminado. ¿Alguna propuesta más?