miércoles, 15 de julio de 2009

HARRY POTTER Y EL MISTERIO DEL PRÍNCIPE 5'5 / 10

La saga más taquillera de la historia del cine regresa con su más oscura y esperada entrega, un fenómeno que se consagra a nivel de público y crítica. Harry Potter y el misterio del príncipe rompe el esquema habitual de las anteriores películas: los Dudley se esfuman como personajes introductorios, la musiquilla de la franquicia desaparece para dar paso a unas notas más ténues (por no decir pobres, torpes) y el devenir de clases y anécdotas claudica ante el claro y futuro combate final (pese a todo, debe llorarse la ausencia de Ralph Fiennes). Harry Potter 6 juega a romper y a alterar los elementos de la ecuación sin que el resultado final sea mejor. Más oscuridad no significa más madurez y Harry Potter, cuya naturaleza blanca y familiar lo arrastra a hacer de cada película miles de pequeños microrelatos (cada uno preferirá unos y bostezará con otros), se diluye. No es la superproducción que nos habían prometido, pero tampoco el sonoro fracaso que los fans más pesimistas auguraban. Se ve sin esfuerzo y se digiere con facilidad: un hechizo potente.

Harry Potter 6 regala varias estampas para la historia potterófila: unos primeros minutos de infarto (no tardaremos en ver Harry Potter en 3D: mal augurio, magia negra para la cinefilia), una imagen de Dumbledore en el 'lago' final (síntesis de El señor de los anillos y Los 10 mandamientos) y la muerte final del director de Howards, más contenida, más dramática y menos espectacular de lo esperado (Malfoy borda su papel y supera holgadamente las soserías de míster Radcliffe). Hay que atajar rumores: aunque Helena Bonham Carter y Alan Rickman están soberbios (lo confieso: con este plantel de actores me paso sin duda al lado oscuro), la película no tiene ningún futuro en los premios que se avecinan. La crítica aplaudirá el intento como en su día celebró las tétricas formas de Alfonso Cuarón, pero David Yates solo nos puede prometer un final digno, no una traca de aplauso. A nivel personal, Harry Potter 6 gana cuando juega a ser críptica, y se derrumba cuando incluye referencias de adolescentes, amores furtivos y otros conjuros de segunda división (lágrimas y risitas fáciles). Harry Potter, libro(s) y película(s) es un todo descompensado y barroco; disfruten, por lo tanto, de este baile de excesos tan atractivo como inevitable. Harry Potter y el misterio del príncipe es la película del año y nadie, incluso el ambiguo y fascinante Snape, puede evitarlo.