domingo, 15 de febrero de 2009

OSCARS 10: INFILTRADOS


Título: INFILTRADOS Título original: THE DEPARTED Dirección: Martin Scorsese País: Estados Unidos Año: 2006 Duración: 145 min. Género: Thriller dramático Reparto: Leonardo DiCaprio, Matt Damon, Jack Nicholson, Mark Wahlberg, Vera Farmiga, Martin Sheen, Alec Baldwin, Ray Winstone, Anthony Anderson, Kevin Corrigan, James Badge Dale, David O'Hara, Mark Rolston, Robert Wahlberg y Kristen Dalton Guión: William Monahan, a partir del guión de Infernal Affairs, escrito por Siu Fai Mak Producción: Brad Pitt, Graham King y Brad Grey Diseño de producción: Kristi Zea Dirección artística: Teresa Carriker-Thayer y Nicholas Lundy Fotografía: Michael Ballhaus Vestuario: Sandy Powell Música: Howard Shore Montaje: Thelma Schoonmaker Presupuesto: 90 MILL.$ Nº oscars: 4/5 Nº globos de oro: 1/6 Fechas de estreno: 06/10/06 (EE. UU.), 27/10/06 (ESP.)

La gala
Tras tantos desengaños, Scorsese firmaba su mejor noche. Las quinielas no tenían un claro favorito: Babel había ganado el Globo de oro, The Queen se impuso en los Bafta, Cartas desde Iwo Jima era una de las favoritas de los sindicatos y Pequeña Miss Sunshine era la mejor película para el gremio de productores. La gala duró casi cuatro horas y no fue hasta las seis de la madrugada cuando la victoria de Scorsese se hizo patente. En internet, las casas de apuestas se frotaron las manos ante lo repatido del palmárés y Pequeña Miss Sunshine, por la influencia de Crash, fue hasta el final la sorpresa por la que todo el mundo apostaba. Coppola, Lucas y Spielberg entregaron el hombrecillo dorado a su compatriota y Scorsese, con la platea silbando y aplaudiendo, pidió irónico que revisaran el sobre. Atrás quedó el día de las nominaciones, con una emocionadísima Salma Hayek comprobando el aroma hispanoamericano de ese año. Penélope Cruz se convirtió en la primera actriz española que optaba al premio y Hayek, con su ¡yes! ya histórico, celebraba la nominación de Volver. La sorpresa vino después: la Academia no nominó el film de Almodóvar en el apartado de mejor película de habla extranjera, una incomprensible decisión que tendría en 4 meses, 3 semanas y 2 días y Gomorra sus correlatos en ediciones posteriores.

¿Merecía el Oscar?
Infiltrados era un clásico ejercicio de estilo, la versión comercial de la esencia Scorsese, la misma que había prevalecido en Malas Calles, Taxi Driver o Toro Salvaje. La propuesta era entretenida y vistosa, pero Scorsese (y la Academia) debió interpretar su premio como un ajuste de cuentas y no como una valoración cualitativa. Infiltrados era el primer remake en ganar el premio gordo, demostrando que, pese a todo, los Oscar estaban cambiando. La tríada Iñárritu- Del Toro - Cuarón, el cine mexicano vivió su particular cúspide. Babel era maniquea y exagerada para unos y otros, entre ellos el que escribe, una obra maestra sobre el dolor y las injusticias de la sociedad contemporánea. El film, a pesar de todo, nunca abandonó su condición de producto indie, aunque en Europa fue recibida cual superproducción intercultural. Rinko Kikuchi y Adriana Barraza lograron la nominación, caso contrario al de Brad Pitt, el gran perjudicado de las nominaciones. La Academia no tuvo el valor suficiente para premiar a Babel, un film que vio truncada su carrera al premio al no imponerse en ningún sindicato. Pequeña Miss Sunshine, la pequeña gran rival, era una opción fácil y el tiempo demostrará que la Academia fue demasiado entusiasta con el film. De aquí que The Queen, película que mejora visionado tras visionado, se conformase con el cantado premio de Helen Mirren, o que Cartas desde Iwo Jima, mejor que Banderas de nuestros padres y peor respecto Million Dollar Baby, tuviera una única mención técnica. Una verdad incómoda catapultó la carrera de Al Gore, sucesor de Michael Moore. La Academia se apuntó un tanto de esnobismo al premiar la canción I need to wake up, partitura folk y ecologista, y dejó en la estacada a la bella Listen, la única perla (junto a la ganadora Jennifer Hudson) de Dreamgirls, el musical más tibio del siglo XXI.. Otros premios fueron más justos: mejor vestuario para Maria Antonieta (eterna incomprendida, eterna obra maestra), film de habla no inglesa para la magna La vida de los otros, banda sonora para Gustavo Santaolalla (el galardón más polémico de la velada) o mejor maquillaje para El laberinto del fauno, magnífico trabajo de los catalanes David Martí y Montse Ribé. Mientras se destacó la victoria de Alan Arkin (Murphy se vió perjudicado por la mala fama de Norbit), los medios olvidaron la nominación de dos cortos españoles: Éramos pocos y Binta y la gran idea. Meryl Streep sumó su catorcena nominación por El diablo viste de Prada y las excelentes Diario de un escándalo y Little Children, enésimo intento fallido de Winslet, se fueron de vacío.


¿Por qué ganó?
Infiltrados no parece haber aportado nada a la historia del cine, algo que no sucede con Babel, último mural de historias cruzadas, y Pequeña Miss Sunshine, quien afianzó la presencia indie en los premios, esta vez desde la categoría de mejor película. La Academia votó la eficiencia y eficacia de un thriller oscuro, excelentemente interpretado por DiCaprio, Damon, Nicholson y Wahlberg. La Academia olvidó el trabajo de DiCaprio (caso análogo al de Revolutionary Road dos años después) y el de Nicholson, ambos nominados a los Globos de oro. Sin actores en el palmarés, Infiltrados tuvo una victoria por la mínima, seguido por los tres Oscars de El laberinto del fauno. El film de Del Toro entusiasmó y muchos demandaron nominaciones para Verdú y Baquero. Pero la Academia no defendió utopías (las nominaciones, al fin y al cabo, ya fueron bastante variadas) y se refugió en terreno seguro. Crear una categoría al mejor reparto, a imagen y semejanza de los Screen Actors Guild, no hubiera sido descabellado: Babel precisaba más gloria.


I'm Spanish. Sorry, i'm Mexican
No podemos cerrar el análisis sin destacar dos puntos importantes. El primero se relaciona con el bajo nivel de las cintas animadas de ese año. El caso se solucionó con un fracaso para Pixar y Cars cedió el premio a Happy Feet, cuya canción The song of the heart debía estar nominada. El segundo incumbe a El laberinto del fauno e intensificó el debate sobre qué nacionalidad tenía una película de las características de El laberinto del fauno. México debería estar muy agradecido por la estrategia de la Academia Española: España concursaba con Volver y las posibilidades de nominación, solo en teoría, aumentaban. Quienes consideramos El laberinto del fauno una película española, no pudimos evitar una pequeña sonrisa ante la victoria de La vida de los otros, objetivamente, y sin ningún rencor, la mejor película de la competición. Los Oscar cerraron el círculo: Del Toro triunfó en los Ariel, los Goya valoraron a El laberinto del fauno pero el premio gordo fue para Volver y los Premios del cine europeo obsequiaron a La vida de los otros, aunque con victoria parcial de Volver. 2006 quedará como el año con más y mejor cine europeo y español, una etapa productiva que, esperemos, se repita en breve.


La anécdota
La amfitriona del show fue Ellen DeGeneres, última humorista recién salida de la televisión yanki. Entre las excentricidades de la noche podemos contar el consabido Oscar de Forest Whitaker, brillante secundario premiado com protagonista, la nominación de Borat al mejor guión adaptado (sin comentarios) y la candidatura de Paul Greengrass, cara más conocida de la saga Bourne, al mejor director por United 93, la primera cinta junto a World Trade Center que trató los sucesos del 11-S. Los films políticos no triunfaron (un año después pincharían En el valle de Elah y Redacted) y Greengrass se impuso en numerosos sindicatos, hecho que muchos aún no entienden (entendemos). El thriller volvería a ganar un año después: la violencia, los personajes turbios y la pérdida de valores, puntales de Infiltrados y Babel, servirían para sacralizar los Hermanos Coen (No es país para viejos) y Paul Thomas Anderson (Pozos de ambición). Qué vaticinio: there will be blood. Y la hubo...