El ser humano es la especie más compleja y contradictoria. Sin darnos cuenta, nuestras personalidades cambian según el día, el tiempo o el estado de ánimo. No hay cosa más contradictoria y graciosa que cambiar de opinión y carácter varias veces al día porque nuestro cuerpo es pura química (y no sabemos la fórmula que domina nuestro interior). Este vaivén de criterios también puede aplicarse a una sociedad que consume rápido, que cambia a su antojo y que alimenta las apariencias. Mentir se ha convertido en proceso obligado para sobrevivir en una Norteamérica esquizoide, en unos barrios residenciales impolutos pero llenos de taras. Y si tara es sinónimo de fallo, nuestra Tara favorita es la reina del disfraz, la abanderada del cambio, la eterna inestable. Nuestra protagonista tiene varias personalidades: Alice, la republicana modélica que imita los ademanes de Mad Men y la Bree Van de Kamp de Mujeres desesperadas; Buck, un rudo camionero que escandaliza a cualquiera; y T., una loca adolescente que quiere fiesta y desmadre. No hay duda que este panorama es una buena excusa para crear un buen drama, también una buena comedia. Aquí, en la tragicomedia rápida sin pretensiones, es donde triunfa una serie desenfadada, simpática y original. Doce capítulos con ritmo, un templo para una Toni Colette en estado de gracia. El título, puro ingenio: United States of Tara.
Sam Mendes y Todd Solondz se agolpan en estos Estados Unidos tarados. La peculiaridad psicológica de la protagonista nunca llega a estar del todo explotada, aunque ello posibilita que el espectador no tenga tiempo de aburrirse. No hay nada forzado en United States of Tara y todas las tramas secundarias, más o menos intrascendentales y amables, casan a la perfección. El resultado final es un mosaico de insatisfacción y desespero, el dibujo de una sociedad podrida que está repleta de taras (y Taras, y caras, y máscaras). La serie empieza como una comedia curiosa y, en sus últimas entregas, viaja hasta el drama más sobrio. En los últimos minutos, Tara quiere averiguar el porqué de su mente en perpetuo alboroto, pero la serie le niega una respuesta. De hecho, el guión también niega a sus personajes un final coherente y estable. Así, en suspenso y sin atar cabos, empieza y termina un producto que oscila entre la mala baba (y la inmediatez) de Weeds y el azúcar ligero de Mujeres Desesperadas. Podría haber una segunda temporada para poder seguir las vidas de esta familia inusual, pero la magia de United States of Tara está en su brevedad. La serie potencia la imaginación y nos invita a crear diferentes tramas y subtramas a partir de una excusa narrativa brillante. United States of Tara, en definitiva, inspira, y conserva momentos bastante inspirados (sin ir más lejos, su cortinilla es puro arte). No se puede pedir más.
Pero hablar de United States of Tara implica aplaudir las grandes interrpetaciones de sus actores. La serie está diseñada para el disfrute y lucimiento de Toni Colette, una actriz todoterreno que resuelve el ejercicio de paranoias con nota. Su personaje es carne de premio y merece un Globo de oro. También debe reivindicarse el trabajo de John Corbet, ex-sex symbol que en su día enamoró a la protagonista de Mi gran boda griega y a la mismísima Carrie Bradshaw. Y por último, Rosemarie Dewitt nos ofrece una demostración más de su talento, esta vez con un secundario de lujo que añade más elementos a esta ecuación sin respuesta. Dewitt, amante de Don Draper en Mad Men y sufridora hermana de Anne Hathaway en La boda de Rachel, empieza a ser un rostro muy conocido, una pieza importante en toda pieza indie, una actriz elegante con múltiples registros. Poco más que añadir: la serie se vé de un tirón y se disfruta. Entren en esta casa de hijos reprimidos con ansias de artista, adolescentes que reclaman su independencia, perturbados sexuales y taras emocionales. No se arrepentirán.
9 comentarios:
He visto solo un par de episodios, pero me reí muchísimo. Toni Collette es fantástica!
Me encanta Rosemarie DeWitt haga lo que haga, ya sea Mad Men o United States of Tara, aunque Diablo Cody está perdiendo chispa.
Te invito a ver mi crítica de Precious: Based on the novel PUSH by Sapphire en mi blog.... wthoyouthink.blogspot.com
Y no me arrepentí. Qué buena serie (cómo me doy gusto con las cosas bien hechas) y qué grande es Toni Collete, a quien conozco y sigo desde la dulce pero fantástica La Boda de Muriel. No veo la hora de que vuelva a empezar, el próximo 22 de marzo. Es que Showtime es lo máximo.
una de las series más interesantes que hay en la tele ahorita y la más normalita de una cadena tan escandalosa como es Showtime, creo que empezó lenta pero cuando se decidió más por el drama dieron en el clavo, es un drama con tintes de comedia
¿Normalita? Alejandro, no sé de qué hablas...
jajaja, digo normalita en el sentido que todas las series de Showtime son descabelladas en sus tramas y United States of Tara es más normal en cuanto a su historia, no a su calidad que es indiscutible
Me refiero a la trama. Trastorno disociativo de personalidad no me parece algo normalito. Y menos que toda la familia haya convivido con eso (y todas las personalidades) por años. Es puro Showtime...
pues fijate que tienes razón que no es muy normal lo de la personalidad múltiple pero mucho más que una mujer traficante o un asesino serial
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