Jaume Balagueró, aquí acompañado por Paco Plaza, es uno de los directores más sobrevalorados de nuestro cine. Mirada cinéfila, más preocupada en imitar que en crear, consigue con esta estupenda secuela la consagración y la demostración de oficio que todos esperábamos. Rec 2 supera a su primera parte: es más intensa, su narrativa es más compleja y todas sus sorpresas, esta vez ingeniosas, realzan la trama. La gran virtud de Rec 2 es saberse una película independiente, con su particular personalidad y estética, parcialmente desligada de lo visto hace dos años. La entrada de nuevos personajes insufla vida al conjunto. Ahora lo que se intuía al final de Rec se convierte en el leitmotiv de su continuación. Un cura practicaba exorcismos en el ático del edificio protagonista y los niños poseidos, afectados por una extraña rabia, campan ahora a sus anchas en busca de nuevas víctimas. Minutos después de que la reportera Ángela Vidal se adentrase en el macabro escenario, unos policías, con la ayuda de un cura alemán, vuelven a la casa del terror para encontrar la sangre de la niña Medeiros, la primera que propagó la infección. Con este arranque, Rec 2 recupera la entidad que Rec no tenía. Segundas partes nunca fueron buenas, pero Balagueró, que aún podría ampliar su discurso en una tercera y cuarta parte (todo en una misma noche: se perdería coherencia, pero ganaríamos en entretenimiento), nos regala la gran excepción y sube el listón del terror patrio.
Rec 2 es un compendio de tonos y situaciones. Rec, demasiado preocupada en ser un docudrama gore (y excesivamente pedante al creerse inventora de una narrativa llena de claroscuros y efectismos), perdía interés, algo que no ocurre en el título que ahora se estrena. Rec 2 empieza como un film de ciencia ficción, sigue con el pulso del misterio, se deleita con generosos chorros de sangre (los zombies corren y chillan desde el techo al más puro estilo Hideo Nakata) y termina de forma poco complaciente, dejando al espectador con la boca abierta. Otro ingrediente estimulante es la combinación de cámaras. Aquí vemos los hechos desde varias ópticas, siempre tras el famoso lema de 'grábalo todo'. El experimento, a modo de historias cruzadas en un contexto oscuro y extremo, mantiene el público pegado a la butaca. Todo ello nos lleva a considerar Rec 2 como una mezcla entretenida, con menos pretensiones que su antecesora, más festiva, alocada e irreverente. Lo mejor que podían hacer Plaza y Balagueró era tomarse menos en serio: solo de esta forma se podría llegar a una escena final tan surrealista como inesperada. No inventa nada, pero se disfruta de lo lindo.
2 comentarios:
La primera entrega de REC fue simplemente brutal, prácticamente perfecta.
La segunda, sin embargo, perdió bastante el rumbo y, algunos personajes, como los chavales de la segunda mitad de la película eran realemente odiosos y sobreactuados. La trama demasiado forzada y, aparentemente, traicionando un poco los orígenes.
Digo aparentemente, pero éstos van a ser explicados en [REC3], donde han abandonado el claustrofóbico plano de primera persona y plano subjetivo. Además, se han rodeado de actores más que solventes como Leticia Dolera y Diego Martín. Esperemos que sean capaces de recuperar el rumbo perdido y la génesis sea convincente.
La primera dejo el liston bastante alto ya que la mayoria de la gente no sabiamos ni lo que ibamos a ver, pero la segunda tiene ritmo y accion, poco que envidiar, que voy a decir yo que soy fan de la saga...
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