
Es muy significativo que el Festival de San Sebastian y el de Cannes hayan premiado en un mismo año dos peliculas en blanco y negro. Dos retratos historicos, a cada cual más particular, que regresan sin avergonzarse al clásico gris. La táctica, antes impensable, empezó a finales de los 90, aunque el auténtico revival se ha producido a falta de un año para acabar la década. Los directores saben que pueden optar por la textura antigua y, con ella, dotar de nuevas formas y estimulantes significados a sus obras. Si los 90 representaron el inicio de la narracion fragmentada, el blanco y negro es en la actualidad un recurso para pautar flash-backs o destacar ciertas escenas. Nueva era, nuevos usos, en este caso de técnicas de ahora y siempre.

Memento marcaba ciertos momentos de la vida de su tortuoso personaje con el blanco y negro. Incluso algunas series televisivas, oscuras a propósito, juegan con la paleta de colores. Tarantino rescató la tecnica para su desproposito (y obra maestra) Kill Bill. Con su nuevo truco, Tarantino homenajeó y a la vez evocó el cine que basa la historia de nuestra vengadora favorita. El director norteamericano declaró que rodar en blanco y negro era, al menos a día de hoy, más barato que en color. No sabemos si la necesidad de recortar gastos ha influido en la dinámica de ciertas peliculas, pero sí recordamos los negros eléctricos de Sin City o las formas naifs de Persepolis, adaptaciones de comic que buscan en el blanco y negro consonancia y coherencia con el material comiquero. Caminos totalmente diferentes a los que siguen recreaciones históricas tan equilibradas como pulcras (y emocionantes) como Control, City of life and death y The white ribbon. Vías totalmente diferentes a otras peliculas que, a partir del color moderno, optan por un negro más vivo, más terrorifico. ¿Acaso Pozos de Ambicion, 4 meses, 3 semanas, 2 dias, El caballero oscuro, Sweeney Todd, Wall-e o Promesas del este no son peliculas in back and white?

Memento marcaba ciertos momentos de la vida de su tortuoso personaje con el blanco y negro. Incluso algunas series televisivas, oscuras a propósito, juegan con la paleta de colores. Tarantino rescató la tecnica para su desproposito (y obra maestra) Kill Bill. Con su nuevo truco, Tarantino homenajeó y a la vez evocó el cine que basa la historia de nuestra vengadora favorita. El director norteamericano declaró que rodar en blanco y negro era, al menos a día de hoy, más barato que en color. No sabemos si la necesidad de recortar gastos ha influido en la dinámica de ciertas peliculas, pero sí recordamos los negros eléctricos de Sin City o las formas naifs de Persepolis, adaptaciones de comic que buscan en el blanco y negro consonancia y coherencia con el material comiquero. Caminos totalmente diferentes a los que siguen recreaciones históricas tan equilibradas como pulcras (y emocionantes) como Control, City of life and death y The white ribbon. Vías totalmente diferentes a otras peliculas que, a partir del color moderno, optan por un negro más vivo, más terrorifico. ¿Acaso Pozos de Ambicion, 4 meses, 3 semanas, 2 dias, El caballero oscuro, Sweeney Todd, Wall-e o Promesas del este no son peliculas in back and white?

De esta segunda juventud debe extraese una reflexion. El publico más joven puede dejar de asistir a la sala por el simple hecho de tratarse de un film en blanco y negro. No es una broma: muchos espectadores dejaron de ver Sin City, film a todas bruces comercial, por retomar los claroscuros de antaño (aunque con estética pop). Este aspecto es paralelo al total desconocimiento de cine clásico que tienen las nuevas generaciones. De no existir este factor, quizás estaríamos ante una cuantiosa nómina de films en blanco y negro, y quizás ante una nueva vía de rodaje y distribución. Si se ruedan muchos films en blanco y negro al año, ¿cuándo tendremos un festival de cine dedicado a estas películas? ¿Cuándo se romperá el miedo a rodar, proyectar y ver films de estas características? El pasado siempre vuelve, al menos a lo que modas y colores se refiere. Sea bienvenida esta nueva propuesta, sobre todo si sirve para crear obras maestras como las de Chuan. En la era digital, amamos lo analogico, los vinilos y el blanco y negro. Cosas del tiempo...
