Adám y Eva fueron expulsados del Edén, lugar donde Diós dejó a sus criaturas tras la escena de la creación. Todo lo que nace se corrompe, y la pareja simbólica fracasó al ser expulsada del paraíso. El Edén, ese bosque utópico que se relaciona con el nacimiento de todo y de todos, es ahora el escenario de otra historia diabólica. Las referencias religiosas aparecen de forma intermitente pero intensa en un thriller que invita a la reflexión, algo inaudito para una cinta de estas características. A grandes trazos, el agua de este lago no es demasiado limpia, como tampoco son de fiar sus habitantes. A base de carreras, torturas y mamporrazos, la cinta nos invita a debatir sobre la educación de nuestros hijos y la pérdida de valores que nos azota. Tan viles son las armas de los niños psicópatas, aquí una pandilla de gamberros, como las formas de sus padres, los culpables de perpetuar la maldad y la sangre. Jenny y Steve, nuestros sufridores, también serán expulsados del Edén porque sus actitudes, al reavivar su instinto de supervivencia, al recordarnos que el ser humano es siempre malo, son igual de deplorables. Esta es una película adoctrinadora: pierden los perseguidores, pero también los perseguidos. De hecho, puede entenderse Eden Lake como la versión adolescente de Antichrist ; o, puestos a estirar las referencias, una película política y crítica que, para erigir su discurso, recurre al clásico esquema del terror más sorprendente. Sea como sea, un juego no apto para los más pequeños.
Eden Lake no es una película de violencia gratuíta, o al menos no tanto como sus compañeras de género. Su director quiere impactar a dos niveles: uno físico (la interminable batalla de una Eva perdida y magullada, pura energía) y otro intelectual (los pequeños son los malos, el reflejo de nuestros errores, las víctimas inocentes). También es una película conservadora: no reniega de lugares comunes. La descripción se amplía porque Eden Lake es una película femenina: la mujer es la que lucha y la que cuida de nuestros retoños (la protagonista trabaja en una guardería con los que, dentro del discurso malsano del film, serán los agresores del futuro); el hombre es carroñero, amenaza a los demás y no perdona que unos renacuajos hayan pichado la rueda de su coche. 'Me siento como un adolescente', dice el protagonista tras colarse en una casa ajena. El guión nos despeja las dudas: lo es, y merece castigo. Tanto adjetivo y símbolo demuestran que Eden Lake es algo más que el típico relato de horror, una vuelta de tuerca a la retahíla de 'ojo por ojo, diente por diente'. Kelly Reilly, la más angelical de Una casa de locos y Las muñecas rusas, viaja al epicentro de la masacre y nos regala un deslumbrante cambio de registro. Y James Watkins, guionista y director, se convierte en una sólida promesa del nuevo cine británico. ¿Quién da más?
2 comentarios:
Prometo verla pronto ya la tengo en Dvd. te comento luego. Xavi te invito a leer mis criticas de Looking for Eric y Mary and Max. Feliz resto de fin de semana.
"Eden Lake" me parece un decentefilm de terror, pero que nada tiene que envidiarle a "The last house in the left", es más: creo que es la MISMA historia pero vista desde el punto de vista de los adolescentes malignos. En fin, lo mejor es la actuación de la actriz protagonista (nominada en los Terror-MTM Blog Awards) y el entretenimiento general que ofrece, aunque el tema tratado ya ha sido utilizado cientos de veces y no sólo en este género.
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