martes, 12 de mayo de 2009

CREPÚSCULO 2 / 10

A los chicos y chica del 4E

Desconozco si ver Crepúsculo meses después de su estreno nos ha dado perspectiva o ha alterado nuestro juicio, con clara tendencia a la crítica hiriente y a prejuicios varios. Ya sea desde la objetividad o subjetividad, debe subrayarse una vez más los defectos de una película sin argumento, sin conflicto y sin interés. El fanatismo no parece justificado: nunca se habían resuelto tan mal unos giros de cámara tan forzados, repetitivos, pretendida y pretenciosamente ñoños; unos actores nefastos (lo digo bien alto: ¡el chico no es guapo!) en una historia penosa, con unos efectos especiales de feria, punto inexacto entre Tigre y dragón y Blade Trinity. Crepúsculo es un cúmulo de incoherencias, sinsabores y giros forzados que nunca llegan a conectar con el público adolescente. El film, en todo caso, es una trama de niños y para niños, sin sangre ni sexo, tan blanca e irreal que hiere nuestras pupilas. Nadie puede sentir empatía por un relato inmaduro que promete y luego no nos regala nada. Bonita incoherencia: el amor puro, divinizado, casto e infantil es ahora la tónica cinéfila de los más jóvenes. Espero que alguien se dé cuenta que debe existir un término medio entre Crepúsculo y, por ejemplo, Mentiras y gordas. La realidad es mucho más compleja; el cine, por fortuna, también.