ELVIRA (ELVIRA, MISTRESS OF THE DARK), de James Signorelli
Nominación al Saturn Award a la mejor actriz. Sección oficial Fantasmaporto 1990
EE. UU., 1988. Dirección: James Signorelli Guión: Sam Egan, John Paragon y Cassandra Peterson Fotografía: Hanania Baer Música: James B. Campbell Reparto: Cassandra Peterson, William Morgan Sheppard, Daniel Greene, Susan Kellerman, Jeff Conaway Género: Comedia de terror Duración: 95 min. Tráiler: Link Elección de Javi Gosling¿De qué va?: Elvira es una extravagante presentadora de televisión que quiere cambiar de vida. Al recibir la noticia del fallecimiento de su tía Morgana y de la posibilidad de heredar una cuantiosa suma de dinero, Elvira se traslada a la mansión de sus ancestros sin saber que será víctima de una terrible profecía.
CRÍTICA GERMÁN ARTURO CORTÉS: Presentándome en el festival con The Rocky Horror Picture Show el año pasado, era de esperar que ahora, que me toca reseñar una película, me dieran otra serie B, película de culto, altamente sexualizada, comedia “tan mala que es buena”. Me lo busqué, creo. Ahora, no quiero decir que tenga nada en contra de la Serie B. De hecho he encontrado varias películas que me encantan entre ellas. Pero es un arma de doble filo reseñar una película de serie B porque, en el fondo, sabes que son de una calidad terrible.
Como pasa con Elvira (1988). La película es una tontería y está mal escrita, pésimamente actuada. Se sustenta completamente en gags, dobles sentidos y un sentimiento de nostalgia. Objetivamente hablando la película tiene pocas cualidades redentoras: no puedes darle una alta calificación por sus bondades cinematográficas.
Pero, y es un pero grande, en mayúsculas. PERO. No puedes juzgar una película "Clase B" con esa mentalidad. Para disfrutar estas películas tienes que quitarte de encima todos los prejuicios, tienes que entrar sabiendo que será algo ridículo y barato, y amarlo cada segundo por esa "sin vergüenza" que las películas serias no se atreven a abrazar. Las series B, y en especial Elvira, son un universo paralelo de mal gusto y buenas bromas, una oportunidad de no tener remordimientos y disfrutar una película como cuando tenías 5 años. Solo que ahora con bromas en doble sentido y alto contenido sexual. Elvira es poder sentirte, por un rato y al mismo tiempo, como idiota y como genio, donde lo anormal es abrazado y celebrado.
95% de las personas van a odiar a Elvira porque no entienden lo que significa. Pero Elvira, y la Serie B, significan libertad. Son terribles, es cierto, pero libres también de ser únicas. Y por eso Elvira, aunque imperfecta en todos sus aspectos, es memorable. ★★★½
CRÍTICA XAVIER VIDAL:
Cassandra Peterson empezó a ser conocida en la televisión
estadounidense por su alter ego Elvira, una vampiresa de ropa
provocativa que presentaba cada semana películas de terror. La cinta Elvira retoma
ese personaje, aunque de forma bastante desafortunada. La catástrofe se
amplió posteriormente cuando la serie que debía protagonizar Elvira se
quedó únicamente con un único episodio, sin olvidar la secuela del film
de James Signorelli que la propia Peterson levantó con muy poco dinero
y, cómo no, con muy pocos espectadores interesados. Elvira, 28
años después de su atropellada concepción, podría pasar por una
simpática unión de terror y comedia, pero ni tan siquiera apelando al "buenismo" de los 80 la película rinde como entretenimiento mínimamente
decente. Sus chistes son de brocha muy gorda, incluso de una torpeza
escandalosa: véase el gag del letrero del cine, la cita a Flashdance, los efectos especiales "a lo Regreso al futuro"
o el baile final con contoneo de senos. Todo, para qué negarlo, da
bastante vergüenza ajena. Será que quien escribe es hijo de los 90 y,
por lo tanto, se crió con la Angelica Huston de las dos entregas
cinematográficas de La familia Addams, pero Elvira me
aburre bastante. Si sois nostálgicos y hace tiempo que paseáis vuestro
frikismo "gótico-festivo" sin pudor alguno, os recomendamos muchísimo
más una tontuna que, por fechas, coincidió en salas con la película que
nos ocupa: Vida y amores de una diablesa. Pero ya se sabe: de la era del VHS, hay humores y terrores para todos los gustos. ★★
CRÍTICA RONNIE VALENCIA: Una disparatada adaptación de un aún más disparatado cómic muy popular de los EE. UU. que es un absurdo lleno de irracionales situaciones vividas por su protagonista Elvira, una presentadora de televisión de un programa de terror con un carisma totalmente innegable. En su versión fílmica, Cassandra Peterson tiene todo ese “talento” necesario para derrochar la sensualidad que el personaje le demanda, estacionado en ese par sin igual, un par de tetas de los más recordados de los 80, y es precisamente Peterson el ingrediente más valioso y destacado de toda una receta para el desastre. La película es tan mala e insufrible que se convierte de inmediato en un elemento kitsch de la cultura ochentera, como si los 80 no representaran en sí mismo una estética pretenciosa y cursi que rallaba en el mal gusto, las estrafalarias, estrambóticas, estridentes y descabelladas ideas de la década no me dejan mentir en absoluto. Una serie de aventuras cutres que recurren al humor burdo y barato para parafrasear elementos de aquellas cintas series B que nos enamoraron, los elementos secundarios de toda la película se vuelven una parte más del decorado gracias a su nula simbología, poca eficiencia dentro de la trama o por sus acartonadas inclusiones o su desabrida participación a lo largo de la cinta. El burdo sentido del humor de toda la película salva del desastre el producto final y la convierte en “película de culto”. ★★★
CRÍTICA RONNIE VALENCIA: Una disparatada adaptación de un aún más disparatado cómic muy popular de los EE. UU. que es un absurdo lleno de irracionales situaciones vividas por su protagonista Elvira, una presentadora de televisión de un programa de terror con un carisma totalmente innegable. En su versión fílmica, Cassandra Peterson tiene todo ese “talento” necesario para derrochar la sensualidad que el personaje le demanda, estacionado en ese par sin igual, un par de tetas de los más recordados de los 80, y es precisamente Peterson el ingrediente más valioso y destacado de toda una receta para el desastre. La película es tan mala e insufrible que se convierte de inmediato en un elemento kitsch de la cultura ochentera, como si los 80 no representaran en sí mismo una estética pretenciosa y cursi que rallaba en el mal gusto, las estrafalarias, estrambóticas, estridentes y descabelladas ideas de la década no me dejan mentir en absoluto. Una serie de aventuras cutres que recurren al humor burdo y barato para parafrasear elementos de aquellas cintas series B que nos enamoraron, los elementos secundarios de toda la película se vuelven una parte más del decorado gracias a su nula simbología, poca eficiencia dentro de la trama o por sus acartonadas inclusiones o su desabrida participación a lo largo de la cinta. El burdo sentido del humor de toda la película salva del desastre el producto final y la convierte en “película de culto”. ★★★
No hay comentarios:
Publicar un comentario