viernes, 8 de julio de 2016

CRÍTICA | CHINATOWN, de Roman Polanski


CHINATOWN, de Roman Polanski
4 Globos de oro, 3 Baftas y Óscar al mejor guión original
EE. UU., 1974. Dirección: Roman Polanski Guión: Robert Towne Fotografía: John A. Alonzo Música: Jerry Goldsmith Reparto: Jack Nicholson, Faye Dunaway, John Huston, Perry Lopez, Burt Young, John Hillerman, Darrel Zwerling, Roman Polanski Género: Intriga Duración: 125 min. Tráiler: Link Elección de Jaime Zaragoza
¿De qué va?: Un detective recibe la misión de seguir a uno de los principales gestores del sistema de aguas de campos vecinos a Los Ángeles. Lo que arranca como la investigación de una supuesta infidelidad termina siendo un intrincado caso de corrupción y secretos familiares.



CRÍTICA XAVIER: Chinatown es, a distintos niveles, una película inusual. En primer lugar, por ser la obra más recordada de Roman Polanski y, paradójicamente, una de las más alejadas de las temáticas y las formas del cineasta polaco. En segundo lugar, por ser la evocación de un género (el cine negro) en una década como la de los 70, y por lo tanto en un tiempo en el que los prototipos de antaño empezaban a clasificarse dentro del término "thriller", más general y, como resultado, más ambiguo. Y, finalmente, por ser en esencia un proyecto "de encargo" que, a pesar de su larguísimo guión inicial, de aplazar su estreno en varias ocasiones y de cambiar de compositor y de director de fotografía, acabó convirtiéndose en un notable éxito de taquilla. Chinatown, en pleno 2016, ostenta la categoría de clásico, pero lo más preciso sería decir que, en verdad, estamos ante el homenaje de una atmósfera clásica que tuvo su cenit en los años 40 y que en la actualidad sigue contando con relecturas interesantes por parte de nombres como Scorsese, Fincher, De Palma o los Hermanos Coen. Por ello, Chinatown la incluiría en una lista de films que, en lugar de "crear", prefieren "recrear" (en ese compendio pondría L.A. Confidential de Curtis Hanson o Camino a la perdición de Sam Mendes). De ahí que, aun asumiendo sus virtudes, prefiera Perdición de Wilder o Perversidad de Lang antes que Chinatown. Eso también explica mi predilección por el Polanski más cercano al thriller psicológico como el de El cuchillo en el agua o Lunas de hiel. Y si todavía no sabéis si echarme o no a los leones, añado: ¡qué actriz tan mediocre es Faye Dunaway! ½

CRÍTICA ALBERTO: Conociendo las portentosas habilidades del gran maestro Roman Polanski, cabría esperar una película de estas valoraciones. Una incursión bastante clásica por parte de su realizador, pero que en sus condicionantes de género consigue levantar ampollas y de forma muy solvente. Su vibrante homenaje al mejor cine negro emerge en una historia llena de rincones, de moralidades, de cuestiones culturales y sociales, en la que la astucia de un guión habilidoso concentra la capacidad de explorar las relaciones y conjunciones de su conjunto. La paleta de expresiones viaja entre nubes de humo y miradas perdidas, mediante un juego de silencios y palabras, de sombras y luces que abruma por su capacidad de concisión y nervio, y por su excelente gama de expresiones audiovisuales. La sólida factura técnica se mantiene firme ante el compendio de querer exprimir la máxima lucidez posible al conjunto de referencias y comunicaciones intrínsecas. Mención especial a la feroz aportación del maestro Nicholson y a la de la extraordinaria Dunaway: sus miradas, sus deseos, sus gestos y sus perfectas composiciones potencian las derivas expresivas de un film que te ataca directo y que perdura de forma casi inconsciente por sus innegables capacidades. ½


CRÍTICA ISIDRO: Polanski es un director que sabe explorar el desequilibrio de la psique humana. Con elementos cercanos al cine de terror escarba en los sesos de sus protagonistas, que se enfrentan a unos miedos que solo residen en sus cabezas. Pero a veces le da por tirar por otros derroteros y te zampa una Oliver Twist sosona o una de piratas. Pero por suerte, a veces cuando se sale de lo suyo, nos regala obras inolvidables que se enmarcan en lo mejor de su género, como El pianista en el drama del holocausto nazi o su revisión del cine negro con la enorme Chinatown. Y es que es una pasada a todos los niveles: la intriga está genialmente construida, la estética es casi plástica y al frente de todo tenemos una enigmática Faye Dunaway y un Jack Nicholson desnarizado en estado de gracia. Es tan buen que hasta en Rango copietearon su lucha contra las grandes corporaciones. Parafraseando al gran Homer Simpson: "¡Olvídalo, Marge, es Chinatown!" ½

CRÍTICA KOSTI: Debo ser de los pocos que no ha visto el poder, o el sentido de femme fatale que Faye Dunaway debía demostrar en esta película que entronca de lleno con el cine negro de los 50. Y es que un buen film noir sin una femme fatale potente se puede quedar coja, y eso es lo que me ha pasado con Chinatown. Por suerte, sus beldades han superado una primera impresión nefasta. Encontramos al genio de Roman Polanski ante un género que parecía haber encontrado su culmen dos décadas atrás. Unos la tildan de homenaje, otros de género en estado puro con estilo propio. Para mi, mezcla ambos conceptos. En su intento de homenajear el género le ha salido un producto propio, una “Polanskinada”, al igual que ya le había ocurrido con el terror. En ese resultado tiene mucho peso el personaje de Gittes, interpretado magníficamente por Jack Nicholson. El actor se maneja con mucha picardía, humor, sarcasmo y, por qué no decirlo, valor. Su personaje es de esos detectives privados echados "pa'lante", de los que no les importa meterse en mil jaleos por descubrir el tormento por el que está pasando su fémina partenaire (la Dunaway), lo que le lleva a descubrir sucias situaciones y marrones (casi negros) incomprensibles para la lógica. Lo que queda claro es que Polanski sabía lo que hacía, aunque contar con John Huston en su reparto y un cameo simpático y macabro también ayuda mucho. ½


CRÍTICA RONNIE: El film noir o cine negro no sólo se caracteriza por la fotografía en blanco y negro. Chinatown es oscura y elegante al más puro estilo de El halcón maltés, El sueño eterno o Perdición. La mano del realizador polaco, reconocido por su genialidad a la hora de construir atmósferas, sitúa la historia en el sitio idóneo para poder desarrollarse. Jack Nicholson es el detective que se ve envuelto en un turbio caso de asesinatos, corrupción y pasiones desenfrenadas, elementos claves del género. "Jacko" está impecable en su papel con la nariz rota, solo hasta que aparece en escena Faye Dunaway, con su personaje lleno de misterio y ambigüedad. Juntos forman una de las mejores parejas de la historia del cine, y a este par se suma la interpretación del gran John Houston con un sustancioso y memorable papel. La trama de la cinta a medida que avanza transita un ambiente viciado y desesperanzador que termina con un trágico final que te deja marcado como espectador. Una película que vale la pena disfrutar como cinéfilo y espectador. Mención especial merece la banda sonora de Jerry Goldsmith, acordes que encajan a la perfección en la ambientación lograda por el realizador. ½

NOTA MEDIA del JURADO: ★★★★ 

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