viernes, 15 de mayo de 2009

EL DRAMÁTICO CASO DE TARAJI P. HENSON

El cine cuenta historias, pero también esconde historias. Hollywood ama los papeles de superación personal, cambio físico y actitud histriónica. En este juego, uno no sabe hasta qué punto se está contemplando la vida de una persona o la de un personaje (algo parecido sucedió con The Wrestler y Mickey Rourke). Las penas del boxeador fueron muy publicitadas, pero los Oscar dieron la espalda a otro relato de tragedias y sinsabores. Estamos hablando de Taraji P. Henson, la protectora y madre artificial de Benjamin Button.

'Taraji' significa 'esperanza' en swahili, pero tal curiosidad no se convirtió en vaticinio: Penélope Cruz se llevó el Oscar. Los padres de Taraji se separaron cuando tenía dos años, algo que marcó profundamente a la pequeña Henson. Una vez adolescente, el cómputo de desdichas aumentó: nuestra protagonista se quedó embarazada muy joven y tuvo que interrumpir sus estudios. La biografía de Taraji incluye partes rocambolescas (algunos apuntan que la actriz ha vivido muchos años en el umbral de la pobreza), momentos dignos de la fábrica Disney (cual Susan Boyle, Taraji sorprendió por sus dotes vocales, cualidades que le permitieron participar en la versión teatral de Dreamgirls) y episodios trágicos (su marido murió tras ser acuchillado por un extraño en las calles de Washington). La vida de Taraji P. Henson, al estilo Million Dollar Baby o El color púrpura, precisa un biopic, por no decir una telenovela de trescientos capítulos. Los vestidos, poses, entrevistas y nominaciones de hace unos meses se han acabado: ahora las estrellas, sin maquillaje y algunas sin trabajo, muestran su lado humano. El año que viene veremos más alfombras rojas y disfrutaremos con el espectáculo de los premios y las frivolidades de rigor. Quien sabe si la verdadera película volverá a esconderse tras alguno de los nominados/as de los próximos Oscar. La realidad, sin duda alguna, supera a la ficción.