SOUTHPAW, de Antoine Fuqua
EE. UU., 2015. Dirección: Antoine Fuqua Guión: Kurt Sutter Música: James Horner Fotografía: Mauro Fiore Reparto: Jake Gyllenhaal, Rachel McAdams, Naomie Harris, Forest Whitaker, 50 Cent, Victor Ortiz, Caitlin O'Connor, David Whalen, Dominic Colon, Miguel Gomez, Malcolm M. Mays, Adam Ratcliffe, Oona Laurence, Jeremy Long, Grace Marie Williams Género: Drama Duración: 125 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: Por determinar
¿De qué va?: Un boxeador profesional, tras acumular más de cuarenta victorias en los rings más importantes del país, se convierte en el número uno de los pesos ligeros. Coincidiendo con su momento más dulce, su esposa fallece de forma inesperada. Incapaz de contener su rabia, el hombre pronto se ve inmerso en una espiral autodestructiva que lo alejará del boxeo y de su hija.
Antoine Fuqua sigue fiel a sus dramas masculinos con Southpaw, la enésima cinta de superación personal y boxeo. Jake Gyllenhaal es el encargado de poner cara y sobre todo cuerpo al magullado protagonista, un antihéroe muy reconocible. Gyllenhaal se entrega en todos los sentidos y la mano curtida de Fuqua se nota en cada fotograma: la película se beneficia del oficio de ambos, sobre todo en las escenas más adrenalíticas. Por desgracia, el film no sólo es poco sutil, sino que se muestra especialmente torpe a la hora de conferir cierta complejidad a sus personajes: el drama familiar y la historia de venganza que basa la historia apenas está trazada con cuatro brochazos, sin evitar tópicos, momentos lacrimógenos y arrebatos estéticos propios del videoclip. Sin llegar a la insufrible delectación violenta de The Equalizer, Southpaw es una cinta correcta y entretenida que ofrece al público lo que promete: varias escenas de lucha en el cuadrilátero y distintos momentos que permiten a Gyllenhaal presumir de músculo interpretativo. No pasará a la historia, pero estamos ante un pasatiempo nada desdeñable. El combate, en todo caso, lo gana y eclipsa Gyllenhaal.
Antoine Fuqua sigue fiel a sus dramas masculinos con Southpaw, la enésima cinta de superación personal y boxeo. Jake Gyllenhaal es el encargado de poner cara y sobre todo cuerpo al magullado protagonista, un antihéroe muy reconocible. Gyllenhaal se entrega en todos los sentidos y la mano curtida de Fuqua se nota en cada fotograma: la película se beneficia del oficio de ambos, sobre todo en las escenas más adrenalíticas. Por desgracia, el film no sólo es poco sutil, sino que se muestra especialmente torpe a la hora de conferir cierta complejidad a sus personajes: el drama familiar y la historia de venganza que basa la historia apenas está trazada con cuatro brochazos, sin evitar tópicos, momentos lacrimógenos y arrebatos estéticos propios del videoclip. Sin llegar a la insufrible delectación violenta de The Equalizer, Southpaw es una cinta correcta y entretenida que ofrece al público lo que promete: varias escenas de lucha en el cuadrilátero y distintos momentos que permiten a Gyllenhaal presumir de músculo interpretativo. No pasará a la historia, pero estamos ante un pasatiempo nada desdeñable. El combate, en todo caso, lo gana y eclipsa Gyllenhaal.
Para amantes de las películas con testosterona.
Lo mejor: Gyllenhaal.
Lo peor: La subtrama de la hija.
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