Comentario: Aunque lo de Von Trier con los astros es la crónica de una muerte anunciada (así lo marca el espectacular prólogo inicial), puede que lo que escribimos a continuación sea el gran spoiler jamás contado. Para los que no han visto Melancolía, además de llevarse una regañina en toda regla, tenemos un consejo: ¡no lean lo que viene a continuación! Y si ya experimentaron el estado melancólico en sus carnes, saben que la cinefilia es masoquista y vuelve al lugar del crimen. En el cine, por mucho que las luces estuviesen encendidas y que el acomodador rogase con algún gesto que la próxima sesión estaba a punto de empezar, nadie tenía valor suficiente para levantarse de la butaca y volver al mundo real. El final de Melancolía es un bofetón en toda regla (¿hay algún epílogo del genio danés que no lo sea?). Una apoteosis destroyer en toda regla. Una maravilla cuya música crece y crece hasta arrasar con todo. Un juego de simetrías y cuerpos: el último plano es casi un ejercicio de geometría con la tierra curvada, el planeta atacante en todo su esplendor y el refugio cónico de palos con los tres protagonistas. Los personajes desaparecen de la película cuando acaba la cinta y el espacio que los contiene, como si la misma tira de celuloide empezase a arder y a difuminar las partes proyectadas. Pero no son meros títeres o siluetas a punto de devenir invisibles: la reacción de Justine y su hermana es totalmente antónima, y mientras Charlotte Gainsbourg retuerce su cuerpo en la lejanía, Kirsten Dunst asiste impávida al punto de no retorno porque ya había tocado fondo mucho antes. Un recurso tan efectivo como sencillo que supera en intensidad y en espectacularidad a cualquier apocalipsis norteamericana (a veces, o casi siempre, a mayor presupuesto menor enjundia). La devastación hecha imagen. El fin más completo y complejo.
Si quieren empezar o terminar el día con vitalismo y energía, no vean esto:
1 comentario:
Una escena maravillosa, dramática, poética, épica, con esa fantástica müsica de fondo y la luz que envuelve a los personajes.
Pese a su dramatismo, creo que es el broche de oro de una gran película.
Publicar un comentario