CORTOMETRAJES 12: BROTHERLY, de J.C. Oliva (EE. UU., 2008)
Palmarés: Premio de la audiencia y condecoración especial en el Festival de cine gay y lésbico de Barcelona.
Comentario: A ciertas edades los sentimientos se confunden: ¿dónde empieza y acaba una relación de amistad respecto otra de amor, qué separa el afecto de la absoluta dependencia? Dos hermanos callan un drama familiar: sus padres están enfermos y no pueden cuidar de los pequeños. De la desgracia surge una historia de esperanza, un poco de luz. Brotherly pone sobre la mesa en escasos minutos los límites de las relaciones entre hermanos. A partir del testimonio del hermano pequeño, que se confiesa ya mayor ante la cámara, somos partícipes de una infancia durísima que marcó a los protagonistas de por vida. Oliva, a diferencia de propuestas morbosas como Do começo ao film, indaga sin estridencias en el seno de una familia desestructurada y produce en el espectador una fractura igual de potente que sentimos a flor de piel y que pone en duda cualquier principio ético. Un cortometraje misterioso que encuentra en una relación a priori escabrosa un potente artefacto para pensar en las causas y consecuencias que emanan de una situación de abandono físico y desamparo emocional. Una historia basada en un hecho real ocurrido en Ohio en los años 70 que permanece sellada a fuego en la mente y el corazón de la audiencia muchísimo tiempo después del visionado. No es la crónica de una aberración sexual, sino de la unión pura de dos víctimas. Sobrecogedora.
Para los que creen que una película debe abrir la caja de pandora.
Lo mejor: La elegancia de su tono.
Lo peor: No es un defecto: deja con ganas de más.
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