El cine de los hermanos Coen tiene base ‘de género’; identificamos el ritmo y los diálogos de la casa, aunque el conjunto sea, al final, más amplio, ‘de géneros’ quizás. Fargo, su mejor película, era un thriller clásico y academicista, pero también una comedia negra e incómoda, un western nevado, un drama sobre lo (in)moral y un cuento que combina lo extraordinario de lo ordinario (o lo ordinario de lo extraordinario). La paleta de colores también se mezcla en El hombre que nunca estuvo allí o No es país para viejos, y, cómo no, en este hombre destinado a hacer historia, aunque sus proezas sean inexistentes, anodinas. Los Coen no admiten etiquetas y su nuevo relato no es una comedia, aunque ésta es la palabra que figura en su ficha técnica. Para ser una sátira, aunque esquizoide y malsana, Un tipo serio atesora uno de los finales más descorazonadores que este analista recuerda en mucho tiempo. Devastador, inspirador, coherente con toda su filmografía y, a la vez, la muestra de que ni el Oscar ni el tiempo harán de los Coen narradores previsibles. Más onirismo, más terror y una solidez inusitada: la de dos cabezas pensantes que dominan en todo momento las riendas de su criatura tarada, aunque en ocasiones parezca que no ocurre nada o que ya hemos visto similares estampas de apatía y locura en otros títulos. Un tipo serio pero simpático, el hermano indie de su linaje, la más inestable y estimulante cinta coeniana desde Barton Fink.
Un tipo serio no narra la historia de un hombre al que le suceden cosas extraordinarias; se centra, por el contrario, en las errantes aventuras de un caballero que ha mimado lo rutinario y que ahora se sabe sin patrones a los que aferrarse. Lawrence Nidus es un tipo gris que no ha sido capaz de vaticinar el declive de todo lo que le rodea y ahora paga las consecuencias. Dicho señor, falso cultivador del orden que enseña en sus clases de matemáticas, se ve sobrepasado: las aventuras vienen a él sin esfuerzo, pero él anhela la no aventura, la inactividad, lo de siempre y como siempre. Es un personaje que no puede presumir de nada ni ser paradigma de virtudes reseñables. Es un timador, su principal verdugo y más sufrida víctima. Con él, los Coen asumen que la rutina es anticinematográfica, o tal vez no: la posibilidad de mostrar la estupidez de lo que se hace por costumbre e inercia. Y para ello, los autores vuelven a los años 60, la misma época a la que recurrió Sam Mendes en Revolutionary Road. Ambas películas son, cada una a su manera, formas de hablar del ahora a partir de un pasado no tan lejano. Las formas retro de Un tipo serio, como ocurría en Revolutionary Road, devienen la esencia del conjunto: películas de espíritu vanguardista y, a la vez, una solemnidad clásica poco común. Porque el tiempo es muy importante en Un tipo serio: el hijo de Lawrence representa la generación sin motivaciones que vendrá; y su tío, el infeliz del pasado que sigue dando tumbos, aunque, como confiesa Lawrence, sea muy buena persona. ¿Acaso el tipo serio protagonista no es una buena persona, como ese norteamericano prototípico que los Coen espían en cada una de sus obras?
El azar pasa factura a este palurdo de nivel, uno de los más destacados de la década. Asexuado, siempre humillado, nada concreto, nadie en definitiva. El devenir de este adorable cartoon, muy bien interpretado por Michael Stuhlbarg, también demuestra la lucidez creadora de los Coen: las pesadillas que azotan al protagonista, las pequeñas subtramas que redondean este collage bizarro (véase la historia del dentista y las letras hebreas, una excelente pieza que ya querrían para sí muchos cortometrajistas). Al final, todo es tan banal y breve como el prólogo inicial; también complejo e inspirador. Sospecho que Un tipo de serio, nunca previsible, llegará más alto, tal vez a la categoría de obra maestra, en futuros visionados. El final resta abierto: un tornado se avecina y una llamada del médico enciende las alarmas de nuestro hipocondríaco. Pobre diablo: cuando su existencia parecía negra, nos percatamos que todo puede volverse aún más oscuro y que los Coen, aquí geniales, podrían armar sin pausas horas y horas de buen cine. Nunca lo sabremos: lo sobrenatural, lo cercano, lo onírico y lo inaudito se mezclan en una película difícil de describir. Quédense con una idea: es la gran sorpresa cinematográfica del 2010. Imprescindible.
8 comentarios:
Muy buena crítica Xavier!
Soy un gran seguidor de los Coen, casi todas sus películas me encantan (excepto "El gran salto" y "O brother"), destacando "Fargo", su infravalorada ópera prima "Sangre fácil" y "Muerte entre las flores", para mi su mejor film y uno de los que conforman mi top 5 personal.
Tengo grandes esperanzas puestas en "Un tipo serio" y tu crítica no hace más que aumentar mis expectativas. Próximamente la veré, a ver qué tal.
Un saludo!
http://cinedemencia.blogspot.com/
No l a vi claro. Bueno, habrá que verla. A mi, contra lo que esta de mod aultimamente por estos pagos me caen bien los Coen... Y veremos cuando la estrenen si es cierto que es d elo mejor d elos Coen, d eser así es mucho :)
Saludos cinefagos :)
Esta noche la veo, asi que olvida lo q te dije en el correo, porque mañana te paso la nota, sino sta misma noche, ok?
Un saludo!
Una película indispensable para ver esta temporada...
Xavier...
espero que te hayan llegado
las notas mias!
Saludos!
Vale, la he visto:
Ponle un 9!!
Muy, muy, muy buena. Me encantan los Coen. Ojala fueran trillizos!
Acabo de verla. Creo que es la película más indescriptible, figurativa y osada de la filmografía de los Coen. Estos hombres aparentemente no quieren aburrir a nadie ni recurrir a temáticas trilladas.
Coincido, una sorpresa en este 2.010 que, dejame decir, está trayendo cintas (buenas o malas) bastante originales.
Generalmente, los Oscar actorales suelen ganarlos personas con trayectoria o, de no tenerla, personas que encarnen a un personaje famoso (caso: Cotillard como Piaf).
Creo que este año, Stuhlbarg, Sidibe, Mo'Nique y Waltz pueden llevarse sus premios, siendo personas que sobre merecerlo, no suelen desfilar por esa alfombra.
Estaría muy contento de salir así.
Otra cosa, antes de retirarme: yo soy una persona que no suele reirse demasiado con las comedias que roban carcajadas al pueblo en una sala. Generalmente me simpatizan las comedias, pero no me alegran ni nada.
Esta película narra desventuras, cosas trágicas que pueden hacer del hombre que se ríe ''alguien-que-disfruta-de-las-desgracias-ajenas''.
El haberme reído con esta, como con ''Up in the air'', me hacen sentir mal. Reirme de la desocupación global y de la decadencia del hombre, parece algo bestial; aún así, Reitman, Coen y Coen han conseguido alegrarme unas cuantas noches.
Pese a sentirme mal por mis altísimos niveles de presunta maldad, me han gustado ambas y me han hecho reir bastante.
Saludos!
P.D - Estoy confundidísimo. Yo me anoté para los dos concursos del 2010 (tanto el de películas estrenadas en el año como el de los Oscar).
Obviamente, para aquellas películas que estén nominadas al Oscar no puedo dar notas porque no se han mencionado aún (*). Ahora bien, para todos los estrenos en España (que sí, ya he encontrado una página donde registro todos los estrenos por allá), ya puedo ir enviando notas...?
No es que tenga muchas, e incluso esperaría un tiempo más. Sólo para saber, es que tantos años juntos y a las 6.30a.m. me confunden un poco.
:)
Bueno, ya he visto "A serious man" y debo decir que me ha gustado bastante, aunque no está a la altura de otras obras coenianas.
Puedes apuntar su nota para el cineranking 2010: un 8.
Saludos!
http://cinedemencia.blogspot.com/
Yo la vi anoche, y todavia estoy tratando de describir lo que pasó, ja, y es que pasó de todo pero no pasó nada. Este tipo de cine me crispa los nervios!!!!!!!!! grgrgrgrgrgrgrggrgrgrgrrrrrrrrrrrrrr jajajajjajajaja Pero de eso se trata, eso e slo que quieren los Coen, crispar los nervios ;-)
Pero lo cierto es que esta bien hecha, y la actuación es fantástica. Como vos decis, más cosas voy a encontrarle cuando la vuelva a ver.
Saludos
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