Estas navidades, la pequeña pantalla ha asistido a una auténtica revolución: el paso a la televisión pública sin publicidad, algo que cambia por completo la retransmisión y el visionado de películas en este medio. Aún es pronto para valorar cómo se desarrollará este nuevo sistema, pero se augura un mayor consumo televisivo, sobre todo en cuestión de películas. Y de películas ha vivido la televisión navideña. La crisis obliga a recortar gastos, y la emisión de galas, shows, concursos especiales u otras cuestiones se han terminado. Unas fiestas austeras que, como resultado, han potenciado la retransmisión de repeticiones, refritos, programas basados en imágenes de archivos y demás perspicacias. Todo ello ha aparecido en un contexto en el que la industria cinematográfica ha mirado hacia atrás y ha desempolvado la calculadora: este 2009 hubieron más entradas vendidas, más espectadores y mayor seguimiento de la actualidad cinematográfica. Crisis, ¿qué crisis?, deben preguntarse unos cines que, entre polvorones y villancicos, han vivido 'llenazos' históricos con los pitufos mutantes de Avatar. Cameron ha guardado su caro artefacto para el final y la jugada ha sido redonda: si no es, al menos en España, lo más taquillero del 2009, solo será por cuestión de tiempo, por pocas sesiones (no días: los 20 millones se consiguieron en un suspiro, algo mastodóntico).
Ahora que muchos hacen balance de una década falsa (el libro de historia del bachillerato nos dice que la década va de 2001 al 2010: no nos emocionemos antes de tiempo), las televisiones nos han dado una pista del cine más popular de los últimos años. La Uno ha emitido Diario de una niñera, toda la saga de Piratas del Caribe, ¿Bailamos?, Carmen y Una chica de Jersey entre otras: cine familiar, comedias dulces muy adecuadas para estos tiempos de nieve y lotería. Antena 3 rescató Spiderman, Esta abuela es un peligro 2, Las crónicas de Narmia y otros éxitos del montón, muchos ya emitidos. Las autonómicas optaron por Love Actually, Náufrago y En busca de la felicidad. Y Telecinco, la cadena más falsa, ha emitido (por fin) sus producciones españolas El laberinto del fauno, Alatriste y El orfanato, aunque en el fondo esté en contra de financiar cine español. Y todo mientras Celda 211, Planet 51, Agora, El secreto de sus ojos y Spanish movie aguantan como javatos en nuestras carteleras: increible. Además, el cine de animación ha realizado un lógico asalto a las televisiones con una lista que quita el hipo: Ratatouille, Monster House, Valiant, Ratónpolis, Madagascar, Cars, Pocahontas, Monstruos S.A., Tarzán y Buscando a Nemo entre otras.
Hay crisis, sí, pero el español medio continúo gastando en cine, una buena noticia. Si 2010 es el año de la remontada, deberíamos acabar la década con excelentes cifras de taquilla, mayor consumo televisivo y más películas en la retina. Porque, cuando las cosas van mal, el séptimo arte nos permite soñar, viajar; nos alegra, y más si son navidades. Contra la crisis, cine: el mayor regalo que puede hacerse...
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