miércoles, 29 de julio de 2009

VACACIONES DE FERRAGOSTO 7 / 10

Gianni abraza y contempla la senectud, convive con ella, se empapa de los achaques y el carácter de una madre anciana que parece haberlo dominado durante mucho tiempo. Gianni no es joven, pero al lado de las protagonistas de Vacaciones de ferragosto es todo un chaval, un hijo desganado, un pringado de cuidado que está en el lugar que nadie quiere estar: un piso infernal en un verano de calor asfixiante. Gianni también es un gorrón, un tipo sin oficio ni beneficio que expía sus propias miserias con una tarea tan ridícula como compleja: cuidar cuatro viejitas (una propia y tres desconocidas) demasiado vivas y vivaces. Gianni acata el suplicio entre copas de vino, el público disfruta con la dulce tortura (algo similar ocurre con Pagafantas) y al final la convivencia se convierte en un juego de miserias que funciona a base de dar y sonsacar jugosos billetes. Este es el sencillo argumento (pese a todo, Vacaciones de Ferragosto conserva lo grandioso que encierra lo pequeño y, con ello, al final deviene más de lo que parece) de una cinta pequeña, medida, rodada con sumo mimo. Películas como esta demuestran que, cuando unos personajes están bien construidos e interpretados, la historia, por simple que parezca (no por causalidad, la cinta dura unos livianos 70 minutos), funciona y emociona. Vacaciones de ferragosto hubiera podido ser mucho más, pero no quiere ni puede serlo: he aquí su identidad, su virtud, su personalidad.




Para el cinéfilo atento no pasará desapercibido el nombre de Matteo Garrone, que aquí ocupa la tarea de productor. Con este dato, cabe imaginar un hermanamiento entre los miembros de una nueva generación de autores italianos, muchos de ellos nacidos en las formas del cortometraje (estríctamente, Vacaciones de ferragosto es un mediometraje, un proyecto sin pretensiones que ha sido posible gracias a la bondad y confianza de productores e inversores). Se aplaude la osadía de sus responsables porque el resultado, fresco y humano, es casi un milagro. Ganará en segundos visionados: será un placer volver a Roma para celebrar este caótico y pícaro ferragosto. Reconfortante como un helado, sin golpes bajos ni grandes tramas. Ligero tentempié.

1 comentario:

redna dijo...

Estoy totalmente de acuerdo. Una pena que se te pase el tiempo tan rapido porque apenas dure 70 minutos. Si habria durado media hora mas estoy casi seguro que le habria otorgado la maxima calificacion (Sin vajar el liston claro jaja)

Como tu dices un esquisito aperitivo cinematografico europeo del verano. Una pena que vaya a pasar desapercivida en todos los premios del año. Aunque espero hacerle un hueco en actriz secuindaria a alguna de la viejecitas en mis premios jaja y a poder ser en guion original.

Recomiendo su visionado.

Saludos.