Una vuelta de tuerca a la fórmula de siempre
LA CABAÑA DEL BOSQUE (THE CABIN IN THE WOODS), de Drew Goddard (EE. UU., 2011)
¿De qué va?: Cinco adolescentes se preparan para pasar un fin de semana en una cabaña perdida en medio del bosque. En paralelo, en una sala llena de grandes ordenadores dos operarios se disponen a iniciar un nuevo día de trabajo. Pronto los adolescentes se darán cuenta que la casita de madera aparentemente idílica esconde muchos secretos. Mientras, todos sus conflictos, baños en el lago y líos varios son filmados con cámaras ocultas.
Valoración: El género fantástico busca con urgencia un cambio de fórmula año tras año para dar el éxito de la temporada. Scream revolucionó el slasher y los que vinieron después vivieron del chicle mascado. La entrada del cine asiático en Occidente creó una moda pasajera que los remakes estadounidenses finiquitarían en una muerte rápida. Y a falta de que los distribuidores apuesten por un cine típicamente adolescente o juvenil, justamente el público más familiarizado con la rutina de las descargas, las nuevas tendencias del cine de terror se han quedado en festivales como Sitges y webs especializadas: hablamos, cómo no, del nuevo gore francés o el descubierto horror balcánico al que Eli Roth hacía mención en Hostel y que A Serbian Film, por el motivo que todos sabemos, puso de nuevo en la picota. Todo ello (dejar el cine fantástico en ámbitos residuales cuando es seguramente el género de naturaleza más libre y crítica), más la triste realidad (en los cines solo podemos ver las nuevas partes de Saw y productos de poca entidad), hacen que la llegada de películas tan discutibles pero tan anárquicas como esta La cabaña del bosque sea un gran noticia que debería trascender el ámbito fan. Los tiempos que vivimos son tramposos y la demagogia ha entrado de lleno en el cine de terror: solo hace falta ver Monstruoso o The Devil Inside para darse cuenta de los estragos que ha producido el cine aparentemente espontáneo, realidad filmada en cámara en mano cada vez más gratuita y mareante. Si esa tónica remite a El proyecto de la bruja de Blair, un clásico moderno a base de citarlo, es una cuestión que admite discusión. Un detalle que puede revelar un hecho mayor: cabe la posibilidad de que en el terror casi todo ya esté inventado y que las nuevas películas solo puedan limitarse a girar en la noria de influencias con más o menos gracia.
La cabaña del bosque demuestra que todo está visto y que tal
vez la novedad sea aglutinar cuantos más ingredientes mejor, aunque de
ello se resienta la creatibidad y la estabilidad de la trama. El film
cuenta la típica historia de adolescentes en celo de vacaciones en un
bosque perdido, pero poco a poco el cliché se cae, el papel de la pared
se desprende, la cebolla revela más capas y lo que queda a base de
cambiar de nivel e incluso de género cinematográfico (el film va del
terror adolescente al fantástico delirante) es una criatura tan indescriptible como paranoica. En la marcianada que es La cabaña del bosque
también aparece una constante temática del cine popular: la obsesión
por lo filmado, lo simulado o lo visto tras el filtro de la cámara
oculta, algo que estaba en Battle Royale, en Los juegos del hambre e incluso en esa genial paranoia que es Holy Motors. Y hasta eso nos remite a El show de Truman, estrenada un año antes de la primera edición de Gran Hermano. En todo este embrollo sería fácil decir que La cabaña del bosque es el súmum de la originalidad o una demostración de 'cuento más, mejor'.
Existe el error de confundir el cine con la televisión, y es imposible
incluir en hora y media los giros de trama que sí permite una ficción
televisiva más larga. O mejor dicho: sí se puede, pero a riesgo de
perder todo el interés y la cohesión de la historia que se tiene entre
manos. La cabaña del bosque caerá en gracia por su actitud provocadora e indomable, pero carece de todo sentido.
Algo que no se justifica ni con las licencias propias del género: si no
hay personajes todo lo demás se desmorona como piezas en un circuito de
dominó. Se ha escrito que La cabaña del bosque tiene un interés casi científico y que como intrascendencia festiva resulta la mar de divertida. Pues bien: ni lo uno ni lo otro.
Seguramente el ferviente seguidor del terror barato se dejará llevar por
la espiral y aplaudirá a rabiar el cameo 'sorpresa' que esconde la
película (dicho sea de paso, una declaración de intenciones de sus
creadores). Pero a los que les guste el cine, en mayúsculas, y por lo tanto amen las buenas películas con independencia de los géneros, La cabaña del bosque es un conjunto deshilvanado de buenas ideas ensambladas sin ton ni son. O puede que los géneros, entendidos como contenedores o etiquetas clasificatorias, ya no existen. Ya ven que La cabaña del bosque da
para mucho. Sí, tal vez me puse demasiado serio: era eso o llenar el
párrafo de spoilers. ¿Qué film de terror podría motivar un debate
semejante? Por desgracia o fortuna solo La cabaña del bosque. Aunque, andan avisados, esté lejos de ser una buena película.
Para amantes del terror que quieran poner a prueba su militancia por el género
A favor: No defraudará a su target potencial.
En contra: En teoría el terror juvenil es solo un pretexto para contar algo diferente, pero la película dedica 45 minutos largos a su parte más convencional.
Nota: 5
2 comentarios:
A nosotros nos encanta reunirnos en un entorno genial hotel sierra para verlas.
Saludos
Una película esta 'La Cabaña del Bosque' tan desprovista de encanto y gracia que ni sus escasos momentos de humor e 'intriga' me dejan un recuerdo agradable. Un revoltijo de ideas: los realitys, las viejas películas de amigos en el bosque, no sé, será cosa mía. ¿Qué fue de 'La matanza de Texas'? Esa sí que era de humor y miedos :) Un saludo
Publicar un comentario