miércoles, 3 de octubre de 2012

Crítica de PROMETHEUS, de Ridley Scott

Hay muchas formas posibles de acercarse a Prometheus, la notable película de Ridley Scott. La más evidente, volviendo a toda la saga de Alien y jugando a las siete diferencias y similitudes a fin de decidir hasta qué punto la nueva película rompe y continúa con lo visto anteriormente. La más simplona, viendo el film como un blockbuster veraniego más, algo que la película no tarda en desmontar con un complejo que tiene tanto de cine de entretenimiento despampanante como de filosofía, principios biológicos y teorías creacionistas. Y finalmente la que ha optado este blog: entender Prometheus como un título independiente que hereda parte de las virtudes de la primera Alien y que pone patas arriba un cine fantástico que tras Avatar llevaba demasiado tiempo anclado en el buenrollismo falsamente ecológico y con mensaje. Prometheus es una película negra y robusta. Film de acción que, paradójicamente, acontece en interiores y decorados iluminados y oscurecidos con una precisión exquisita. Prometheus ofrece lo que promete (tiene un sublime crescendo final) y al mismo tiempo es una película con recovecos y matices. Tal vez esa doble alma (la parte claramente desenfadada y su vertiente metafórica) no acaba de estar conjugada con la eficacia que debería, y de ello se resiente un tramo intermedio un tanto anodino. Pese a esto, Prometheus tenía que codearse con una saga mítica y más que superarla lo que ha hecho es parir otra criatura igual de endiablada que dará para más visionados y nuevas reseñas. Hay que agradecerle al bueno de Scott, director que no siempre acierta, que en poco menos de dos horas logre construir un personaje antológico (el David androide que defiende Michael Fassbender), crear varios iconos visuales (cuando se levanta la nave y su silueta suspendida en el aire descubre la forma alargada y enroscada del bichejo) y brindar algunas escenas que merecen pasar a los anales del género (el 'parto' de Noomi Rapace en su esforzado trabajo por ser la nueva Weaver espacial). En contra de la opinión de muchos Prometheus se ve beneficiada por sus personajes, totalmente definidos, delimitados y distribuidos como fichas en una suerte de slasher interplanetario, desde el más protagonista al puramente ornamental. Y me gusta que Prometheus sea un enigma a medio presentar y a medio descifrar, una cinta más ininteligible de lo habitual. El film se sitúa en el bando de la fe, la creencia a pies juntillas y la certeza a ciegas. Así que Prometheus, admirada, interpretada y visionada desde la absoluta libertad y heterogeneidad que va del fan acérrimo al no iniciado, puede y a juicio de quien escribe debe verse como un honorable ejercicio de complicar lo que ya de por sí resultaba alambicado (lo que en términos peyorativos sería 'explotar la gallina de los huevos de oro', aquí con una gracia inaudita). Prueba de ello es que Prometheus, la historia de un viaje, termina con la promesa de otro viaje en la constante duda existencial nunca resuelta de quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Por sus momentos de impacto, por su semioculta madurez y por otras tantas cosas que deben descubrir en la intimidad de la sala de cine Prometheus es una de las mejores películas del año.


Para los que se acerquen al mejor fantastique sin fanatismos.
Lo mejor: Tardaremos en olvidarla.
Lo peor: Desfallece en ciertos momentos.

Nota: 7'5

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2 comentarios:

Alvaro dijo...

Pues a mí me parece que el personaje del androide tampoco está muy bien caracterizado, más bien no se termina de saber qué pasa con él, lo que pasa es que está interpretado por uno de los mejores actores del momento. La escena del parto no está nada mal, es cierto, y me gusta mucho la ambientación de los primeros cuarenta y cinco minutos de película, luego y ya difiriendo por completo con tu crítica se desinfla como un globito y al final asistimos a una deshilachada sucesión de cuadros propios de pelis comerciales sobre el fin del mundo. Un desastre total. Lo que tú llamas ininteligibilidad buscada, a mí me parece más bien la única salida de un guión perdido y un metraje que por necesidades comerciales (tan caras a Scott) es demasiado reducido.
Un saludo

Anny dijo...

Lamentablemente no concuerdo con tu crítica a pesar de considerarme una fanática de Alien (la primera y única) y Blade Runner.
Prometheus es lo que considero una falsa promesa. Una película que sólo logra sobrevivir por sus constantes guiños a Alien, pero para el espectador medio que lo más probable no recuerde esta película, pasará como una historia más de la confección estadounidense con una cierta cuota de misterio. Sin embargo ese misterio no es más que un guión famélico que no pudo sostener las expectativas creadas en la primera parte del metraje. ¿Dónde quedó la profundidad existencialista de Alien?...
Prometheus abarca mucho pero no concreta nada. Y en mi opinión, una película necesita caminar sola, no sostenerse con muletas de otras historias, aunque estas estén relacionadas deben ser caminos paralelos, no necesarios.
Prometheus puede parecer interesante para los fanáticos de Alien (me incluyo) pero al analizarla mejor, nos damos cuenta que todo fue una ilusión.

Saludos.-