
Cada día nos sorprendes con un nuevo truco. El año pasado, tu película fue el título patrio más taquillero, aunque realmente no se trataba ni de una película española ni de una buena película. Quieres salvar el cine español de los números rojos y lo consigues. Ahora quieres salvar la gala de los Goya, y, para qué negarlo, estando tú como presidente, el bodorrio interminable tiene su morbillo. Esperamos un discurso a lo Muchachada Nui, algo ligero y contundente que disperse los monólogos sobre homínidos de González Sinde. Sabes que tú eres el protagonista, sabes que eres el cineasta con más huevos del planeta por aceptar la dirección de una Academia sin veleta. Puede que no sea valentía, sino inconsciencia. Y puede que lo que hagas no sea cine, sino mera publicidad. Solo a tí se te podría ocurrir abrir una encuesta en internet y proponer a Pocoyo, Ponyo o algún Pokemon en horas bajas como presentador de los Goya. Cachondeo, morro, descaro... e inteligencia. Puede que con este sistema hagas feliz al españolito medio, ese que no ha visto ninguna película española y al que no le importa el palmarés de tus cabezones. El cinéfilo, pese a todo, siente vergüenza ajena al ver el circo que has montado: véase la elección de Buenafuente como presentador, egocentrismo a granel, y su presentación en público simulando un secuestro (para que no digan que los Goya carecen de efectos especiales). Tú rompes con la imagen del académico idílico: sustituyes la oficina por el bar, lo serio por lo intrascendente. Te animamos a seguir tu andadura cinematográfica, esa que está plagada de bodrios adorables (Acción Mutante, El día de la bestia, la serie televisiva de cuyo nombre no quiero acordarme) y obras maestras tronchantes (películas ferpectas, La comunidad a la cabeza). Cojas o no el consejo, disfruta del que está siendo tu año por excelencia. En el Festival de Málaga alabaste y premiaste Tres dies amb la familia, quién lo diría. Esperamos que, tras la broma, las nominaciones sean justas. Sea como sea, que gane el cine español (tema que, digas lo que digas, no admite chistes). Con afecto,
Cinoscar & Rarities
