martes, 15 de octubre de 2013

SITGES 2013 | CRÓNICA 3 | WE ARE WHAT WE ARE, BORGMAN, COHERENCE, POSSESSION, MONSOON SHOOTOUT, MACHETE KILLS y FRANKENSTEIN'S ARMY

  
Sitges sigue, el calor aumenta, se empiezan a notar las pocas horas de sueño y sube el nivel de las películas proyectadas: ahora sí, arranca la porra del palmarés. Sin desdeñar la costa sitgense, que sorprendentemente todavía cuenta con bañistas, el mejor refugio de este lunes ha sido la pantalla del Auditorio. Sin movernos de la butaca, o más bien entrando y saliendo de la sala, esquivando colas, comentando en corrillos, escribiendo en los smartphones y demás intendencia festivalera, hemos viajado por diferentes lugares del mundo, cinematografías diversas y estilos dispares. Este podría ser un resumen de la ruta de esta cuarta jornada y tercera crónica desde la capital del cine fantástico.

Machete Kills, de Robert Rodríguez. Sección oficial Fantàstic Gales.

Parada 1: India. O mejor dicho, el Bombai sin ley de Monsoon Shootout. El film cuenta la historia de un joven agente de policía que es testigo de las injusticias que se producen a su alrededor, tanto dentro del corrupto equipo policial como en las incontrolables calles de la ciudad. A partir de un suceso decisivo, el protagonista imagina diferentes continuaciones de la trama, y con tanta concatenación de variaciones, posibilidades y efectos mariposa el film se desdibuja y no concreta ni su tesis de partida ni sus objetivos finales. Aún así, es una película bastante original que sabe zambullir al espectador en el curioso círculo de tiempos y espacios del film. Un film oscuro y lluvioso que podría colarse en el palmarés sin crear controversias.

Coherence, de James Ward Byrkit. Sección oficial a concurso.

Parada 2: el falso documental o técnica del 'found footage'. De este recurso ya hablamos con respecto The Jungle, y a partir de ese título apuntábamos la caducidad de una forma de proceder dentro del cine de horror-terror que ha pasado de ser original a previsible en cuestión de años (los que median, grosso modo, entre El proyecto de la bruja de Blair y títulos como Monstruoso o Paranormal Activity). En esta ocasión hay que añadir dos variaciones de la fórmula. 

La primera, Frankenstein's Army, se trata del material grabado por un grupo de soldados rusos durante la Segunda Guerra Mundial. Poco importa que el film se salte a la torera cualquier imposición histórica (los protagonistas hablan en inglés, el soporte es digital y las imágenes no son en blanco y negro) porque lo que sigue es todavía más descacharrante: el descubrimiento de un doctor pirado que creó máquinas de matar a partir de cercenar, lobotomizar y soldar las extremidades de los cuerpos mutilados en ambos frentes. El film es un monumento al pringue y a la no lógica, y hay que verla como un juego desenfadado que lo único que se propone es disparar la adrenalina del público. En la sesión del Retiro lo ha conseguido: curiosísimo, casi memorable, el momento en que este Frankenstein del S. XX juega a crear una nueva bestia a partir de la unión de un cerebro comunista y de otro nazi. Para cachondearse de lo lindo, tan políticamente incorrecta como Zombis nazis.

Frankenstein's Army, de Richard Raaphorst. Sección Panorama Fantàstic a competición.

La segunda, Possession (Sapi), es la primera incursión dentro del cine de terror del filipino Brillante Mendoza (si bien Kinatay daba y sigue dando muchísimo miedo). El film sigue al equipo de un programa de televisión que viaja por toda Manila en busca de vídeos con gente poseída por el demonio. Ni la presencia del director en la sala ha podido acallar la sensación de profunda, sonora, enorme decepción que ha producido la cinta. Mendoza nos castiga con dos horas que no cuentan nada, que están trufadas de una música de fondo muy molesta y con unos trucos visuales del todo amateurs. Seguramente Mendoza quería firmar una crítica a la llamada telebasura, pero todo se queda en agua de borrajas. Y como Frankenstein's Army, otra escena para sumar a la lista de fotogramas pesadillescos de Sitges 2013: el momento en el que la protagonista sueña que una serpiente recorre sus intestinos hasta salir por su vagina. Ver para creer.

Borgman, de Alex van Warmerdam. Sección oficial a concurso.

Parada 3: la Europa tarada. La que representa Borgman, film aplaudido en Cannes y seleccionado por Holanda en su camino al Oscar de habla no inglesa. La cinta es un cruce entre el laconismo griego de Canino y el cortante humor de cierto cine nórdico. Tras un tramo inicial que sólo podrían firmar nombres como Kusturika o Jeunet, el holandés Alex van Warmerdam, premiado antes de la proyección por el director del certamen Ángel Sala con el galardón honorífico La màquina del temps, traza un cuento con un mendigo, su curiosa tropa de compinches, una ama de casa aburrida, un ejecutivo al borde de un ataque de nervios y la curiosa fauna que orbita alrededor de éstos. Nada tiene demasiado sentido y en algunos momentos recuerda al Dominik Moll de Harry, un amigo que os quiere o Lemming. Muchos se sentirán totalmente excluidos de su humor marciano, pero otros nos dejamos llevar por una curiosa unión de escenas graves y otras comiqueras. Una película especial, perfecta para un público tan especial como el que reúne Sitges. Con algún minuto menos de metraje sería una candidata perfecta a la mejor cinta: de hecho, puede que sea la obra a competición más emparentada con Holy Motors, la ganadora del año pasado. Preparaos para escuchar de todo cuando se estrene (siempre, claro está, que logre estrenarse).

We are what we are, de Jim Mickle. Sección oficial a concurso.

Parada 4 (y fin del trayecto): la Norteamérica caníbal y paranoica. We are what we are se trata de un remake de la cinta mexicana Somos lo que hay, que ya concursó aquí hace tres años. Desconociendo el film de base, la obra de Jim Mickle es lo más redondo que ha desfilado en la sección oficial. Tremenda historia de un patriarca que educa a sus dos hijas adolescentes y a su hijo pequeño en una disciplina inhumana, un fanatismo religioso de manual y una dieta caníbal que está a punto de ser descubierta por un policía forense. La trama crece y se oscurece a medida que avanza hasta que estalla en uno de los crescendos finales más impactantes del año. Convence y mucho el trabajo interpretativo de Bill Sage, favorito para alzarse este sábado con el premio al mejor actor. Y convence todavía más una cuidada narrativa que sin huir de los clichés del género sabe hacer una honda reflexión sobre el peso de la familia y la herencia genética. Se agradece que en un certamen con tantas vísceras colgando se cuele un film que sin renunciar a las necesarias cuotas de sangre entiende que el terror más brutal se esconde en el concepto, en aquello que no se ve. No es perfecta, pero nosotros ya la envolvemos para premio. Podría ser la Chained del 2013.

Safi (Possession), de Brillante Mendoza. Sección oficial a concurso.

Y para terminar, la que para muchos es la cinta del festival: Coherence. Llegaba al escenario de Sitges con un runrún atractivo y no ha defraudado, o lo que es lo mismo, ha dejado a cuadros a todos los asistentes. Los ingredientes son pocos y el resultado es tan complicado y complejo como Lynch o incluso Nolan: un grupo de amigos quedan para cenar y todo da un giro cuando intuyen que a pocas manzanas de la casa otro grupo de amigos, con sus mismos nombres y caras, intenta ponerse en contacto con ellos. Hay tanta curva y movimiento de varita que el film puede parecer una tupida red de teorías y lecturas, pero para nosotros es la cosa más sencilla del mundo: un cubo de rubik elevado a la máxima potencia que, pese a su aparente seriedad, no deja de ser una gran butarde. Interesante, eso sí, pero ligeramente sobrevalorada a juzgar por los comentarios tan entusiastas que se escuchaban a la salida. La separan pocos pasos del Premio del público, que seguramente valorará esta trama ínfima que logra mucho con muy poco.

Monsoon Shootout, de Amit Kumar. Sección oficial a concurso.

Mañana seguimos con nuevas paradas en la hoja de ruta. Y sí: en nuestro mapa de visionados no hemos incluido Machete Kills, que hoy ha sido recibida con división de opiniones. La polémica volverá a la sala en pocas horas con los pases de Only God Forgives, el nuevo capricho de Winding Refn, y de Enemy, la película-rompecabezas que nos tiene obsesionados desde que la vimos en Donosti. Ambas tendrán un post para ellas solas. En veinticuatro horas, nueva crónica.

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