Caníbal, de Manuel Martín Cuenca. Sección oficial a concurso. |
Hoy hemos podido ver cinco películas en Donosti. Empezamos a perder la noción del tiempo e incluso del espacio, y apenas comemos: nunca mejor dicho, nos alimentamos de cine (con el perdón de los fantásticos lugares de tapas y pinchos de la ciudad). Y seguramente por eso, por la necesidad de poner un nexo común a todo aquello que vemos sin apenas posibilidad de digerir las imágenes, la conclusión del día es que hemos asistido a cinco películas de personajes, todos ellos muy distintos.
Mon âme par toi guérie, de François Dupeyron. Sección oficial a concurso. |
Frédi es el protagonista de Mon âme par toi guérie, un hombre con poderes sanadores que atropella sin querer a un niño y que se enamora de una mujer alcohólica. François Dupeyron ya sabe lo que es ganar aquí, pero sin duda no podrá repetir triunfo. La película, muestrario de personajes deshechos, traumatizados y extravagantes, no termina de cuajar, se alarga y estanca hasta llegar a las dos horas, y al final no queda muy claro qué quería contarnos el director con tanta monserga. Desde el palco del Victoria Eugenia podía verse a más de un asistente echando una cabezadita mientras en pantalla no sucedía casi nada. Sólo el prestigio de su director y su vinculación con el certamen vasco explica la presencia de esta olvidable película en la Sección oficial a concurso.
Gloria, de Sebastián Lelio. Sección Perlas. Representante chilena a los Oscar 2013. |
Gloria es un personaje tan rico que la película, la crónica de una mujer de 58 años con ganas de vivir y amar, sólo puede tener su nombre: Gloria (incluyendo la famosa canción de Umberto Tozzi en una escena final apoteósica). Paulina García, Oso de oro a la mejor actriz en Berlín, interpreta a un ser entrañable, entre lo payasesco y lo dramático: estamos ante una de las interpretaciones del año. El film explica los estados de ánimo de Gloria, sus ganas por aprovechar sus últimos años de juventud y sus ganas por empezar una nueva vida al lado de un hombre tras su divorcio. No existe un retrato más desolador del síndrome del 'nido vacío', o lo que es lo mismo, la soledad de la madre que ya no cuenta ni con sus hijos ni con su marido; y al mismo tiempo el film no podría ser más vitalista y esperanzador (a la salida del cine alguien decía que incluso 'feminista'). Ver a García en acción vale por todos los posibles defectos de la cinta. Seria aspirante a ganar el Premio del público.
The Japanese Dog (Câinele Japonez), de Tudor Cristian Jurgiu. Sección Nuevos Realizadores. |
El abuelo de The Japanese Dog (Câinele Japonez) es un ejemplo de la Rumanía rural que se resiste al cambio: aunque lo perdió todo en una inundación, no está dispuesto a abandonar sus tierras y no quiere vender los terrenos para construir edificios. El cambio vendrá con su hijo, la esposa japonesa y el hijo pequeño de ambos, que le regala un perro de juguete con luces y voces. La película sigue una constante que recorre gran parte de las películas de la sección Nuevos Directores: tramas mínimas, planos lánguidos, ausencia de diálogo y personajes con profundos procesos internos. Difícilmente llegará a proyectarse por las vías habituales, pero es un film entrañable, contado con sencillez y mucho cariño. Un ejemplo de cómo contar mucho en muy poco.
Fruitvale Station, de Ryan Coogler. Sección Perlas. Mejor película del Festival de Toronto. |
El protagonista de Fruitvale Station se inspira en un caso-nombre real: Oscar Grant, un joven que murió al ser disparado por un policía tras una pelea en el metro durante la Nochevieja del año 2009. La película arranca con un vídeo de mala calidad del suceso verídico, y luego propone una ficción que nos lleva irremediablemente a la trágica escena. Desgraciadamente la película no convence: todo resulta demasiado exagerado, tópico y ruidoso; el preludio subraya en exceso las virtudes y defectos de su padre de familia, y luego termina enseñando lo que todos esperábamos con una simpleza preocupante. Es entretenida e incluso conmueve, pero cuesta sentir empatía por un producto tan manipulador que recuerda 'lo malos que son los blancos con los negros'. Ha ganado Sundance y la avalan los Weinstein, pero creednos: es un telefilm de usar y tirar. Nos quedamos con la madre que interpreta Octavia Spencer, nueva demostración de quién es la afroamericana secundaria de lujo del nuevo cine yanki. Cito a mi compañera de sesiones: 'a mi las pelis de 'negratas' con palabrotas no me van'. Ahí queda el dato.
Caníbal, de Manuel Martín Cuenca. Sección oficial a concurso. |
Y para terminar, el personaje más complejo. Carlos arremete contra un coche, recoge el cadáver de una mujer joven y posteriormente lo traslada a su refugio, lo trocea, lo embala y dispone su carne en la nevera de un piso de Granada, lista para ser cocinada. Ese proceso macabro no lo vemos pero lo intuimos, algo que impacta todavía más. Caníbal recuerda a Las horas del día de Jaime Rosales por muchos motivos: película de pocos diálogos con un personaje psicópata que actúa amparado por la careta de la normalidad. Si Rosales enfocaba su historia desde el realismo más depurado, Martín Cuenca prefiere contarnos un cuento de amor envenenado con reminiscencias pictóricas. Caníbal es un film apasionante: atrapa su impecable dirección de fotografía, la mirada de Antonio de la Torre esconde todo un mundo y la película mantiene en vilo hasta su sorprendente final. En la sala se han oído algunas risas, pero seguramente es el film más triste de lo que va de festival. Se ha hablado tanto de ella que a muchos vecinos de platea les ha sabido a poco: quien escribe sigue atrapado en su universo, aun reconociendo que dista de ser redonda. Hablaremos de la cinta con más precisión cuando termine el festival. Para ese entonces, no sería extraño que De la Torre tuviese la Concha de oro en el salón de su casa.
Mañana es el turno de Gravity y de lo nuevo de David Trueba: Vivir es fácil con los ojos cerrados. De esas y otras cintas os hablaremos en breve. ¡Saludos desde la capital del cine!
1 comentario:
Donostia es un gran escaparate para el cine actual, y el Zinemaldia uno de los mejores festivales que tenemos en Europa.
Está genial que te alimentes de cine, pero no dejes perder la oportunidad de perderte en los callejones del 'Alde zaharra' o de 'Gros', para alimentarte de los pintxos más variados, más queda porque 'ESTÁN DE CINE' ;)
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