lunes, 16 de abril de 2012

Simulacro de un amor: Crítica de RECONSTRUCTION

Empieza la película. Un mago logra levitar una especie de cigarrillo mientras un narrador en off nos introduce en lo que será una historia de amor. Tal vez de desamor. Tal vez sean dos historias de amor. Pienso que Nikolaj Lie Kaas tiene una cara tan particular que me daría miedo si me encontrase con él una noche por las calles de Copenhague. A la chica de la película parece gustarle. Viajan en metro, beben café en un bar, sin novedad. Hasta que el 'prota' llega a casa y se da cuenta de que la puerta de su apartamento ha menguado. El asunto de la puerta me recuerda a Alicia en el país de las maravillas. Hago conexiones: pienso que la adaptación de Tim Burton era bastante mala, y que Reconstruction podría ser igual de pésima. Acaba con el mismo mago y el mismo narrador: me autofelicito por no haberme dormido, me asusta el hecho de no haber entendido nada. Pienso que, a la hora de escribir la reseña del film, podría establecer conexiones con algunas comedias de narrativa original como ¡Olvídate de mí! o 500 días juntos. Pero la comparación me parece tan forzada e injusta que la descarto. Recuerdo los motivos que motivaron su descarga: ganó un premio en Cannes, algunas críticas la elevan como la mejor película danesa de la década (risas enlatadas) y tuvo la osadía insensata de representar a tan honorable país en los Oscar 2003. Flipo. Como reza el discurso del film, 'todo es una reconstrucción, una película', algo falso, una mentira, un simulacro de un amor que no he sentido. Eso me alivia. Por unos segundos pienso que debería concederle el beneficio de la duda, pero en seguida sé que ni entendí ni quiero entender los entresijos (seguro que pocos) de Reconstruction. Tras escribir el párrafo, me percato que la reseña final es la reconstrucción de lo que intenta ser un escrito sobre Reconstruction: el juego de palabras me gusta. Pero... ¿debo recomendaros la película? Pues no sé. A algunos les encantará y otros la aborrecerán. Si son atrevidos, intenten reconstruir las piezas del puzzle. Es como si una película indie norteamericana tuviese nieve, caras de circunstancia, momentos absurdos y diálogos románticos que en verdad son barras de hielo. Al menos es corta: no perderán mucho tiempo. Una lapidaria, sonora decepción. ¿O tal vez no?


Nota: 3

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