Mads tiene 30 años y no le satisface ni su trabajo (guionista de una exitosa serie policíaca de televisión) ni su pareja (una mujer a la que oye pero no escucha). Decide romper con todo e iniciar una nueva vida, pero todo es mucho más difícil de lo que parece. Pronto se da cuenta que su vida es como una película ya vista, que se guía por los mismos pasos, giros argumentales, situaciones y personajes que cualquier historia que haya podido ver, de cada persona que haya podido conocer. Pero Mads, sumido en una crisis existencial, amorosa y creativa, está decidido a crear el guión de su vida, escribir la película con la que esté enteramente contento y con la que considerarse totalmente feliz. Pero en la vida, como en el cine, no todo es perfecto, y al final ese momento de confusión será un bache más en el largo guión que es su vida. Saldrá a flote, como todos, aunque nadie acabe sabiendo por qué nos sentimos incompletos, por qué llegada cierta edad notamos que se nos escapa la juventud. La historia de Mads se parece a la nuestra, y su película es en parte el reflejo de otras. Las imaginaciones del protagonista, sus recuerdos, sus frases, sus vivencias, todo está filmado con un ritmo muy logrado. La película acaba siendo una historia de amor y desamor, una comedia romántica atípica tan original como las mejores propuestas norteamericanas: de ¡Olvídate de mí! a 500 días juntos o Adaptation: El ladrón de orquídeas. Una película aparentemente desordenada, porque el protagonista rebobina en su mente amores pretéritos que encadenan con sus relaciones presentes. Pero todo sigue su orden natural, como esas tres películas que el personaje escribió con ganas de gustar a los demás sin pensar que primero debía estar satisfecho consigo mismo. Una película sumamente simpática y tierna. Para los que se enamoraron y pensaron que era para siempre. Para los que se conceden el derecho de la duda y la posibilidad de 'autocontradecirse'. Para los que alguna vez han roto con toda su vida anterior o para los que no se atreven a reordenar su existencia por miedo. Todos tenemos una vida que podría llevarse al cine: tocaría un montón de géneros, tiempos narrativos, escenarios y personajes secundarios. La de Mads vale la pena ser vista: es la excusa para ser testigos de unos de los ejercicios de cine dentro del cine más originales de los últimos años. Una de las descargas que más agradecerán.
Nota: 7
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