Rob Marshall se empeña en su segundo musical en retratar los entresijos del mundo del espectáculo. Chicago era una exploración alocada de las garras de la prensa, una metáfora sobre lo mediático y sus participantes, un cabaret que utilizaba la opereta del imponente Hollywood para contar una historia socarrona, excelentemente dirigida y con un añadido crítico bastante atractivo. En este viaje a talia, Marshall se centra en la creación artística y vira su mirada hacia el creador de ficciones, sus mujeres, sus filias y fobias, sus miedos y excentricidades. Ambas películas funcionan como cara y cruz de un mismo discurso, incluso se plantean antitéticas en su concepto visual y musical: allí donde Chicago seguía un escrupuloso orden cronológico, Nine inventa pequeños personajes y números musicales que casan a modo de collage; si la música en Chicago era esencial para saborear el discurso de la película, Nine prefiere letras menos sofisticadas y una dinámica estilística más austera, siempre desde la base que las escenas de baile y canciones son ensoñaciones, deseos, fastasmas, recuerdos y meras inquietudes del personaje protagonista. Nine es, como resultado, más oscura y menos dinámica que su predecesora. Si lo que prima es el mundo del espectáculo, es una lástima que Nine no sea ni espectacular ni vibrante, que no tenga la fuerza de un título de Oscar; que no atesore, en resumen, la solidez y el savoir faire que nos demostró Marshall hace seis años. Pese a esto, Nine no es una mala película y sus flaquezas no justifican que su carrera hacia el Oscar esté siendo tan tortuosa e irregular como la existencia del mismísimo Guido Contini. Nine respira cine, habla sobre el cine y garantiza un espectáculo más que digno: no se puede pedir más...
Hay que desmentir muchas cosas sobre Nine. En primer lugar, Marion Cotillard no es más protagonista que Penélope Cruz, por citar a las dos actrices que consiguen las mejores interpretaciones de la cinta. Suma y sigue: Nicole Kidman, cuyas dotes musicales son innegables, no desmerece en nada a sus compañeras de reparto, por muy desacreditada que esté la australiana tras algunos desatinos artísticos (y estéticos, por no decir quirúrgicos). Y, para redondear el análisis al reparto de Nine, Daniel Day-Lewis brinda otro tarado memorable, un director de cine en decadencia atractivo en todos los sentidos. Más superficial es la aportación de Kate Hudson, el único personaje que no está explotado como debiese, aunque ella sola centra el número musical más famoso de la velada. Fergie no desentona (Be italian es el leitmotiv, la columna vertebral del relato) la diva Loren funciona más como guiño interno que como personaje potente y Judi Dench es un valor seguro que no decepciona. No seremos chovinistas: Cruz está radiante, pero no excelente. Al final, parece casi obvio que no figure entre el quinteto de nominadas a actriz secundaria, aunque tener el papel más atractivo del show ya es todo un mérito. Todo ello, por conjunto y por separado, uno de los repartos más vistosos y multiculturales del momento que, sin llegar a estar desaprovechado, sí daba para mucho más.
Más atrevida es la cinta a nivel técnico. Todos los números musicales suceden en el mismo escenario, los decorados de la película que Contini está a punto de rodar pese a no tener ni guión ni salud. También sorprende el elegante uso del blanco y negro para retratar flashbacks, algunos de ellos de suma importancia (véase la atractiva escena de la playa). La gran tara de Nine es tener poco gancho cómico y devenir un tanto forzada en sus momentos dramáticos: la discusión en la sala de proyección entre Day-Lewis y Cotillard no funciona, y el frustrado romance entre Day-Lewis y Kidman no llega nunca a justificarse del todo. Al final, Nine se desnuda y demuestra tener poca enjundia, excesivo temor al riesgo, menos energía de la que precisa un musical de nivel. En el otro lado de la balanza, el guión, último trabajo del fallecido Minghella, cuenta con algunas frases memorables, mención especial para la descripción que Judi Dench realiza sobre la tarea de dirigir (basada, según ella, en decir 'sí' y 'no' todo el tiempo a toda la gente). Poco para pasar a la historia, bastante para merecer su visionado, suficiente para conseguir alguna nominación a la estatuílla.
5 comentarios:
Te me has adelantado! En unas horas publicaré mi crítica, pero ya te adelanto que a mí me gustó más aunque es cierto que es una película que no está exenta de fallos, pero la disfruté mucho.
Be italian!
La vi ayer, me esperaba mucho más, la verdad....
No me atrae mucho, pero siento que es una película imprescindible.
Excelente Crítca!.
Saludos!
pues se esperaba mucho de la película desde hace muchísimo, ahora que ha desinflado sin haberse estrenado quitan las ganas de verla a pesar de que hace unos meses se encontraba dentro de las favoritas, de todas maneras la veo por su grandioso reparto
Nine: "El argumento es una mera anécdota, los números musicales aparecen como metidos con calzador, casi “cronometrando” los tiempos en que cada “celebrity” tiene que aparecer en pantalla (como si estuvieran pactados por contrato)".
Salvo alguna que otra excepcion ;-) esta peli ha gustado bastante a los criticos de muchocine.net:
http://www.muchocine.net/criticas/11483/Nine/sharp
saludos cinefilos!
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