sábado, 8 de octubre de 2016

CRÍTICA | TRAIN TO BUSAN (BUSANHAENG), de Yeon Sang-ho


¡Zombis al tren!
TRAIN TO BUSAN (BUSANHAENG), de Yeon Sang-ho
Cannes: Sección oficial fuera de concurso. Sitges: Sección oficial a concurso
Corea del sur, 2016. Dirección y guión: Yeon Sang-ho Música: Jang Young-Gyu Fotografía: Lee Hyung-Deok Reparto: Yoo Gong, Ma Dong-Seok, Ahn So-Hee, Kim Soo-An, Jung Yu-Mi, Kim Eui-Sung, Choi Woo-Sik, Jung Kyung-Mi, Shim Eun-Kyung, Choi Gwi-Hwa Género: Thriller. Terror Duración: 115 min. Tráiler: Link
¿De qué va?: Mientras Corea del sur es asolada por un extraño virus, los pasajeros de un tren con destino a Busan siguen ajenos a la catástrofe. Cuando uno de los pasajeros se convierte en zombi y empieza a infectar a los ocupantes de todos los vagones, diferentes personajes unirán sus fuerzas para sobrevivir.


Si en los últimos años hemos asociado el nombre de Yeon Sang-ho a las animaciones sombrías de The King of Pigs y The Fake, ahora hay que cambiar obligatoriamente de términos para referirse a su nuevo trabajo, Train to Busan, la primera obra de acción real del director surcoreano. Train to Busan es el enésimo reflote de la corriente zombi, con la particularidad de que los infectados se encuentran encerrados en un tren de mediana distancia. El viaje no está ausente de turbulencias y tampoco es ajeno a las truculencias habituales del (sub)género, todo para máximo disfrute de los acólicos del horror asiático. Tras un prólogo más bien escueto que presenta la "génesis del apocalipsis", la cinta mete a sus personajes entre raíles y no aminora la marcha. Esa es su gran virtud: traza un constante crescendo y saca el máximo rendimiento, cinematográficamente hablando, a un espacio tan reducido. Un mérito, dicho sea de paso, directamente relacionado con el pasado animado de Sang-ho y con su voluntad por convertir cada fotograma en una estampa preciosista que perfectamente podría estar dibujada con rudimentos tradicionales. Esa mezcla de artesanía y pirotecnia digital hacen de Train to Busan uno de los espectáculos más destacados de la temporada, una película que puede gustar tanto a los ultras del fantástico como a audiencias proclives a productos más adocenados como Guerra Mundial Z. En conclusión, Yeon Sang-ho se reinventa y convence. Veremos si la próxima parada del tren nos lleva hacia una más que posible secuela, hacia la animación habitual o hacia nuevos frentes. Una de las mejores películas de este Festival de Sitges. 


Para los que piensan que los trenes de cercanías son lo más parecido al infierno.
Lo mejor: Tiene el ritmo de un AVE recién inaugurado.
Lo peor: El drama de los personajes (la amistad de las dos ancianas, la relación paternofilial, la mujer embarazada y su marido, etc.) aporta más bien poco.

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