Festival de San Sebastián: Mejor guión. Festival de Sitges: Sesión especial
España, 2016. Dirección: Rodrigo Sorogoyen Guión: Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen Música: Olivier Arson Fotografía: Alejandro de Pablo Reparto: Antonio de la Torre, Roberto Álamo, Mónica López, Luis Zahera, Rocío Muñoz-Cobo, José Luis García Pérez Género: Thriller Música: 125 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 28/10/2016
¿De qué va?: Madrid, verano de 2011. Mientras las autoridades controlan los manifestantes del 15-M y organizan la visita del Papa a la capital en un ambiente de crisis económica y calor sofocante, los inspectores Velarde y Alfaro creen estar tras la pista de un psicópata. La aparición de distintas ancianas asesinadas bajo el mismo modus operandi confirma su teoría.
¿De qué va?: Madrid, verano de 2011. Mientras las autoridades controlan los manifestantes del 15-M y organizan la visita del Papa a la capital en un ambiente de crisis económica y calor sofocante, los inspectores Velarde y Alfaro creen estar tras la pista de un psicópata. La aparición de distintas ancianas asesinadas bajo el mismo modus operandi confirma su teoría.
Muchos pensábamos que Rodrigo Sorogoyen había dado su brazo a torcer ante "las majors" con Que Dios nos perdone, un título a priori poco vinculado al cine indie que representaba Stockholm. El cambio de registro es evidente, pero tras visionar el segundo largometraje del director madrileño no hay espacio para las suspicacias. Estamos ante otra cima (y van...) del thriller español, una película recia que, como la ópera prima de su director, se asienta sobre la personalidad de sus protagonistas, dos agentes de perfil antagónico que cuentan con el excelente trabajo de Roberto Álamo (la fuerza bruta hecha carne) y Antonio de la Torre (en otra de sus interpretaciones para enmarcar). Nada que perdonar, vaya, y mucho que celebrar.
Sin el paso previo de Stockholm difícilmente hubiera visto la luz esta intriga con psicópata y conflictos sociales de fondo, aunque es de justicia señalar que Que Dios nos perdone le debe mucho, por no decir todo, a La isla mínima, un título que, si bien no inauguró el thriller ibérico, sí lo elevó a unas cimas de perfección artística y técnica que Sorogoyen reproduce con una solvencia sorprendente. Que Dios nos perdone, puestos a establecer diferencias, es una cinta más clásica, vinculada en mayor medida al policiaco norteamericano de los 70. Con todo, ambas películas pueden verse como un intento de nuestra cinematografía por encontrar las bases del desencanto del presente en las heridas del pretérito, aunque ese pasado sea muy reciente y aunque ello suponga apelar a un cine lúdico en el que el espectáculo prima ante cualquier otro elemento.
Que Dios nos perdone puede considerarse, en definitiva, un logro tanto del género como de su autor. Referencias aparte, el film es mérito exclusivo de Sorogoyen, y a él también se le pueden atribuir las principales flaquezas de la historia: la más evidente, esa innecesaria resolución con cartel de "tres años después" incluido. De hecho, resulta paradigmático que el jurado de San Sebastián decidiera valorar la cinta en el apartado de guión cuando las debilidades de ésta vienen por parte de un libreto que hubiera ganado enteros con más capacidad de síntesis. "Pecata minuta", con todo, para una película de referencias bíblicas que discute sobre nuestras relaciones con el pecado, incluso entre aquellos cuya profesión es dar caza a los pecadores. De "amén" para arriba.
Para fieles al thriller ibérico.
Lo mejor: Roberto Álamo está de Goya.
Lo peor: Puede quedar ensombrecida en taquilla por El hombre de las mil caras y Tarde para la ira.
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