Cinoscar & Rarities: CRÍTICA CSF: UMBERTO D, de Vittorio de Sica

jueves, 10 de julio de 2014

CRÍTICA CSF: UMBERTO D, de Vittorio de Sica

UMBERTO D., de Vittorio de Sica

Largometraje nº 29. Cinoscar Summer Festival 2014: Sección oficial a concurso

Italia, 1952. Dirección: Vittorio de Sica Guion: Vittorio de Sica y Cesare Zavattini Duración: 80 min. Género: Drama neorrealista Fotografía: G. R. Aldo Música: Alessandro Cicognini Reparto: Carlo Battisti, Maria Pia Casilio, Lina Gennari, Memmo Carotenuto, Alberto Albani Barbieri
Elección y presentación de Guillermo Navarro: "Una de las películas imprescindibles dentro del Neorrealismo italiano. Muy real, y que nos muestra la soledad del ser humano, y las dificultades para sobrevivir dentro de una gran ciudad. Un acercamiento a las personas ancianas, desde el punto de vista de uno de los mejores directores italianos de la historia".

¿De qué va?: Umberto es un funcionario retirado que malvive con los pocos miles de liras de su pensión. En las calles se respira un ambiente empobrecido tras la guerra, y dentro de la habitación que tiene alquilada no consigue la paz necesaria. Ante las amenazas de su casera y los impagos acumulados, Umberto idea un plan para seguir adelante. Pero no será suficiente...

Palmarés: Nominación al Óscar al mejor guion. Bodil danés a la mejor película europea. Premio a la mejor película de habla no inglesa concedido por el Círculo de Críticos Cinematográficos de Nueva York, ex-aequo con Las diabólicas de Henri-Georges Clouzot.

Reseña Xavier: Umberto D cierra la trilogía neorrealista que De Sica inició con El ladrón de bicicletas y Milagro en Milán. De todas ellas, Umberto D es la obra menos conocida, seguramente porque a diferencia de las dos anteriores no logró un reconocimiento internacional notable y no tuvo en Italia el éxito de público de sus predecesoras. De Sica dedica el film a su padre, y la ficción queda impregnada de la realidad social y familiar que circundó al maestro. La película arranca con una curiosa manifestación de ancianos enfervorecidos pidiendo un incremento de sus pensiones: en ese arranque nos encontramos ante el De Sica más reconocible, crítico y naturalista, hasta el punto que puede establecerse un paralelismo evidente con la escena inicial, de nuevo de tono multitudinario y reivindicativo, de El ladrón de bicicletas. Con todo, Umberto D pronto marca la diferencia al imponerse como un relato más pequeño e íntimo dedicado a contar los avatares de un funcionario jubilado sin familia: la trama sucede en gran parte en las cuatro paredes de la pensión en la que el hombre malvive y sobrevive. Tras un episodio de tono pícaro en un hospital dirigido por monjas, De Sica dibuja una recta final dotada de tensión y humanidad que indaga en la relación entre Umberto y su inseparable perrito. En la primera mitad, De Sica parece ceñirse a los tiempos reales de la ficción, pero el segundo tramo parece dilatarse, de forma que el espectador siente en sus propias carnes las contrariedades y frustraciones del protagonista, al que ya no le quedan más puertas a las que llamar, más posesiones que empeñar ni más recursos de los que servirse para seguir adelante. Los últimos veinte minutos de Umberto D, sin apenas diálogos pero llenos de sensibilidad, atesoran algunos de los mejores fragmentos jamás rodados por De Sica. El plano final se queda grabado a fuego en la memoria del espectador: la opresión y el optimismo por los tiempos venideros continúan con toda su crudeza y belleza, y Umberto, que desaparece lentamente del plano, se convierte en símbolo de la lucha que no termina. Que prosigue, aunque nos pese, incluso ahora, sesenta años después, en otro contexto de crisis, pero en esencia similar. Obra, en resumen, de lo más actual, cargada de sentido y sensibilidad, que merece ser recuperada para el disfrute cinéfilo.

Reseña Mayra: Umberto D. es el protagonista de este relato nostálgico sobre la vejez y la soledad, y al mismo tiempo el retrato social de la Roma de entonces. Entrañable historia que nos presenta la vida de un hombre cuya única compañía es su perro y la amistad de una joven que trabaja en el edificio donde vive. Umberto es un jubilado que vive de su pensión y que atraviesa por una crisis no solo económica sino también existencial: al reparar en su soledad y al ver como todos sus conocidos se muestran indiferentes ante su problema, vemos reflejadas en su rostro la pena y la desesperanza ante su situación, la misma que le lleva a transitar caminos impensados. Un film ágil en mostrar calidez y humanidad inmensa en los acontecimientos típicos del vivir diario y los vaivenes de esta vida. Don Umberto y Flike protagonizan una historia digna de ser vista.

VALORACIÓN DE LA CRÍTICA

El Neorrealismo fue un movimiento italiano, nacido en tiempos de guerra y que continuó en la década de los 50, que creía que las películas debían estar apegadas a la realidad y contar la superficie del día a día con actores no profesionales. 'Umberto D' es una de las demostraciones más exitosas de esa teoría. El film está contado sin falso drama. Se dice que los personajes de Chaplin siempre rogaban ser queridos. A Umberto no le importa si lo queremos o no... y por eso lo amamos. Roger Ebert, Rogerebert.com

Además de una obra clásica e imprescindible, es un film entrañable y comprometido, de puesta en escena sencilla, austera y transparente... Un sentido homenaje a toda una generación marcada por una sociedad que aún curaba sus heridas de guerra. Miguel Ángel Palomo, El País

Propone una fábula tirando a negra sobre los apuros económicos de un anciano funcionario que pretende preservar la dignidad de su imagen pública. Oscila entre la dureza y el ternurismo, pero no siempre consigue guardar el necesario equilibrio entre ambos estrenos. Film que en su día fue inédito en España. Redacción Fotogramas

Seguramente es el film más astringente jamás realizado sobre un hombre mayor pobre y su perrito. Su estilo puede rastrearse en la actualidad con Kiarostami, Hsiou-Hsien y Akerman. Con ella, el realismo italiano llega a su fin, pero dista de ser una obra desmayada, aunque su pesimismo no gustó a los espectadores de 1952. Stuart Klawans, Criterion

Nota Filmaffinity: 8'2 - Nota IMDB: 8'2

Nota Metacritics: 8'85 - Nota Rottentomatoes: 9'45