jueves, 31 de julio de 2014

CINOSCAR SUMMER FESTIVAL: NOMINADOS II

Cinoscar Summer Festival, 2ª edición: Nominados

Los nominados al MEJOR ACTOR PROTAGONISTA son:


1. TAKESHI KITANO, por El verano de Kikujiro: Aunque en un inicio Kitano parece interpretar al yakuza descarado, desalmado y nada refinado que nos tiene acostumbrados, poco a poco el personaje va ganando matices y Kitano consigue robarnos el corazón con apenas un gesto. El trabajo del japonés pone sobre la mesa lo crudo y lo inocente, y a todo ello contribuye tanto la parálisis facial de la que sufre el actor como el hecho de que Kitano esté homenajeando a su padre. Un trabajo grande a base de pequeños y preciosos matices.
2. IGNACIO LÓPEZ TARSO, por Macario: López Tarso consigue que como espectadores sintamos el hambre, la frustración, el desamparo y la desesperación absoluta. El rostro del actor es la viva imagen del dolor, y la película es tanto un vía crucis para el personaje como una posibilidad de oro para el lucimiento de este importantísimo intérprete latinoamericano. La película descansa sobre él, un detalle a tener muy en cuenta. Si Tarso resulta ser tan constante e insistente como lo es su personaje, tiene el premio en sus manos.
3. ROBERT DE NIRO, por Casino: La pareja De Niro - Scorsese ya había dado buenísimos frutos antes de Casino, y en el film se repite la fórmula del éxito. La nominación de De Niro es resultado tanto del buen trabajo del actor como de la total complicidad que existe entre él y el director, el mismo que sabe cómo conseguir que el protagonista de Toro Salvaje esté siemple impecable, amenazante o sensible según la escena. Una baza que valora la experiencia y la constancia. Porque los clásicos nunca mueren y casi nunca decepcionan.
4. SEAN PENN, por Pena de muerte: Penn trabaja encerrado en celdas ínfimas, y de igual forma su interpretación es un ejercicio de contención constante. Ver al actor con los ojos hinchados, el rostro desencajado y sus gestos chulescos es un absoluto gozo. El trabajo de Penn en Pena de muerte representa muy bien tanto el espectro dramático que tanto domina el actor como la imagen reivindicativa, comprometida e incluso impulsiva que tiene el actor fuera de las cámaras. Todo, en resumen, permite el lucimiento de un Penn enorme.
5. JOE PESCI, por Casino: Pesci es uno de los secundarios de oro de Hollywood y en Casino comparte protagonismo con De Niro. Pesci, eso sí, se reserva las escenas más pasadas de rosca: el reparto de gritos, enfados, miradas amenazantes y grandísimas líneas de guion se suceden a una velocidad trepidante, y Pesci consigue una de sus mejores interpretaciones, uno de esos trabajos que lo confirma como el 'italiano bajito y refunfuñado' por excelencia. En los Oscar, los votos debieron repartirse, pero en nuestro festival no ha sido así, y tanto Pesci como De Niro pelean por el podio. Esperemos que la lucha no sea tan sangrienta y encarnizada como la de la ficción.
6. JOSE SACRISTÁN, por Madrid, 1987: No todas las grandes figuras del cine español tienen la suerte de encarar el último tramo de su trayectoria con el éxito, los buenos papeles y el respeto que se merecen, más todavía sabiendo la 'mala costumbre' 'tan española' de echar tierra encima a nuestros principales baluartes. Sacristán, por fortuna, ha conocido el dulce sabor de una vejez más que digna: su escritor de Madrid, 1987 es todo experiencia, todo sabiduría, todo picardía y agudez. El Goya pasó de largo: ¿por qué no le brindamos una simbólica segunda oportunidad en nuestro certamen?

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Los nominados a la MEJOR ACTRIZ PROTAGONISTA son:


1. JOAN CRAWFORD, por ¿Qué fue de Baby Jane?: Desde el festival, dejamos el duelo de divas y la pelea de gatas Crawford - Davis en tabla. Ahora os toca decidir a vosotros. Y la tarea es complicada, porque ambas actrices hacen méritos para recibir la medalla de oro. Crawford, inválida pero nada desvalida, defiende con fiereza un papel perturbador. Algunas escenas como la bajada de las escaleras o el descubrimiento de la rata muerta en la bandeja de la cena son una clara demostración de que Crawford está terroríficamente perfecta.
2. BETTE DAVIS, por ¿Qué fue de Baby Jane?: A Davis no se le puede reprochar nada. Actriz fuera de toda duda que no necesita más homenajes o premios para confirmarla como una de las más grandes. En el film de Aldrich, suma otro personaje con personalidad, perturbado y con alma de antagonista. Davis es furia y miedo: pasa de ser una versión desequilibrada de la 'Psycho Killer' del mejor cine de terror a una niña danzarina en el fantástico plano final en la playa. Desbordante y genial.
3. JOAN FONTAINE, por Rebeca: Ser la cabeza de cartel sin ser protagonista. Describir la evolución de una joven que empieza como una ingenua ayudante de vacaciones en Europa a la señora de una mansión encantada. Lograr captar nuestra atención pese a que el guion prefiere otros derroteros: hasta cierto punto, Fontaine es una espectadora más de los misterios de Manderley. Listado, vaya, de todos los méritos que suma Fontaine en una película inmortal. No todas las actrices de la época habrían aceptado un papel en parte tan poco agradecido y lucido como este. Fontaine, por suerte, obra el milagro.
4. KATI OUTINEN, por La chica de la fábrica de cerillas: Kaurismäki trabaja con pocos actores, porque pocos son capaces de poner rostro y resultar tan tiernos, crueles y veraces como Outinen, por méritos propios diva del cineasta finlandés. Este cuento envenenado, versión glacial del 'patito feo', funciona gracias a Outinen: en su rostro y su silueta alicaída se sustenta todo el film. A veces resulta difícil entender el personaje, en otras se gana todo nuestro afecto, pero siempre nos fascina ver a Outinen, aunque sea vagando en silencio en mitad de la nieve. Cómo la fealdad puede ser muy bella.
5. GENA ROWLAND, por Noche de estreno: Si entre Outinen y Kaurismäki existe una complicidad y una intercomprensión absoluta, el caso Rowland - Cassavetes es todavía más pronunciado: ambos eran pareja en la vida real y musa - maestro en los sets de rodaje. El trabajo de Rowland reafirma todo esto: dar vida a una dama del teatro tan desequilibrada puede, y con razón, desestabilizar en la vida real. La cámara mima, sigue, violenta y aturde emocionalmente a Rowland: Almodóvar, Von Trier y siguientes le deben mucho. Una Rowland 'imperial'.
6. SHARON STONE, por Casino: Por unanimidad, crítica, público e industria considera que el mejor trabajo de Stone lo logra entre las salas de juego del maestro Scorsese. La actriz, archifamosa y activa en los 90, acarició con justicia el Óscar por dar vida a una trepa peligrosa, una guapísima ladrona y una atípica mujer con mil y un secretos y caprichos. Por ser símbolo de la belleza y de potencia dramática (imposible olvidar sus enfados al final de la película), Stone está en lo más alto de nuestras preferencias.

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Los nominados a la MEJOR ACTOR SECUNDARIO son:


1. TOM BERENGER, por Platoon: La responsabilidad de Berenger es tremenda: da vida al diablo en el mismísimo infierno, o lo que es lo mismo, la némesis del protagonista en una selva vietnamita repleta de peligros. El mensaje del film, 'el hombre es una bestia para el hombre', está en manos de Berenger, y cuesta recordar un personaje más violento y horripilante que el que cincela el actor con sus cicatrices y miradas de tarado. Sea cual sea vuestro resultado, Berenger consigue aquí el papel de su carrera.
2. ROBERT BLAKE, por Carretera perdida: Si Berenger nos da miedo, el rostro de Blake es la misma encarnación de la pesadilla. Desde su primera intervención en la fiesta con Bill Pullman cuesta olvidar su rostro, su negra vestimenta y su risa desquiciante. Blake no tiene personaje: a duras penas puede decirse que interpreta a una sombra, a un estado de ánimo, a una metáfora (cada uno que aporte su particular lectura a la rareza de Lynch). Y precisamente por eso, por ser tremendamente rotundo a la par que ambiguo, Blake aspira a premio.
3. WILLEM DAFOE, por Platoon: Todo el pelotón del film de Stone merece premio, pero el reducido número de plazas nos obliga a limitar los candidatos. Dafoe merece con creces la nominación por dar vida a uno de los soldados más complejos de la historia. El director aprovecha el curioso físico de Dafoe para dar forma a un personaje ambiguo que en el tiroteo final acaba convertido en símbolo de la parte menos amable de la contienda.
4. HENRY FONDA, por Casta invencible: Entre tanto secundario malvado, el personaje de Fonda, aunque complicado a más no poder, causa mucha ternura. Encarnación del 'macho' estadounidense, la esencia de la fuerza bruta, de los ideales inquebrantables, de la tozudez en su máxima expresión y los valores políticos, familiares y sociales más ancestrales. Todo con la potencia, la rudez y el ímpetu que Fonda imprime a casi todos sus personajes. De nuevo, nos hemos quedado con ganas de citar a más miembros del reparto de Casta invencible, pero el patriarca Fonda los representa a todos.
5. PAT HINGLE, por Esplendor en la hierba: Otro nombre más en la lista de personajes 'poco amables'. El de Hingle es un padre estricto que representa los valores de la tradición y de la Norteamérica anterior y posterior al crack del 29. Hingle interpreta con mano dura el peso de los mayores en el romántico y sentido universo de los jóvenes. Nos repetimos, pero volvemos a decir la verdad: más miembros del reparto del film de Kazan merecen la nominación, pero la presencia aquí de Hingle condensa las buenas interpretaciones de la película.
6. PETER LORRE, por M., el vampiro de Düsseldorf: Todos menos Lorre compiten por películas muy corales, algo que puede dar ligera ventaja al actor europeo. El rostro de la maldad y la debilidad, el protagonista del film pero secundario a lo que tiempo de intervención en pantalla se refiere. Lorre, curtido en el cine mudo, defiende un malo con matices, víctima del contexto, de la sociedad y de sí mismo. En la escena final, el rostro de Lorre pide perdón, comprensión, piedad... a la vez que nos produce tremendo rechazo y miedo. Esto, compañeros, solo está al alcance de los mejores.

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Los nominados a la MEJOR ACTRIZ SECUNDARIA son:


1. JUDITH ANDERSON, por Rebeca: Anderson es el elemento desestabilizador en un film ya de por sí misterioso. La ama de llaves del lugar calla más que dice, mata con la mirada y consigue que una invitación al mismo suicidio parezca la cosa más normal del mundo. Lo mismo puede decirse de la evidente pero velada trama lésbica que Hitchcock deja abierta para devanarnos todavía más los sesos. Anderson es puro hielo en una película que termina entre llamas.
2. BARBARA BRYL, por Faraón: Compite en belleza con Cardinale, y compite con Anderson por la secundaria más oscura del sexteto. Musa faraónica, profeta y extraño objeto del deseo en un film, por lo general, muy masculino. Bryl, la más desconocida del grupo, concentra la magia, el misterio y la atracción que produce el film de Kawalerowicz. Si se confabula con los dioses egipcios, tiene el premio a sus pies.
3. CLAUDIA CARDINALE, por 8 y medio: Cardinale representa a todas las féminas de 8 y medio, todas ellas espléndidas y bellísimas. Si el festival fuese un pase de modelos, Cardinale ganaría a todas sus compañeras de reparto. Y si se trata de decidir cuál brinda la interpretación más notable, también nos atrevemos con Cardinale, esa amante apasionada y confundida por el mismísimo Marcello.
4. VALENTINE CORTESE, por La noche americana: Cortese no se queda atrás con respecto a Rowland a lo que divas de la escena se refiere. En un film sin protagonistas, Cortese es la reina del cortejo, y ella tiene los momentos más gloriosos de este ejercicio de cine dentro del cine. En una escena, Cortese se equivoca en pleno set de rodaje al confundirse de puertas y frases de guion: nunca hacerlo mal implicó hacerlo tan bien.
5. FAYE DUNAWAY, por Los tres días del Cóndor: Dunaway fue uno de los rostros más emblemáticos del cine de los 70. La actriz sabe lo que es aportar belleza y potencia a un buen thriller: así lo hizo en Network o Chinatown, y así lo hace en esta Los tres días del Cóndor, en la que se niega a ser la bobalicona mujer secuestrada que cae rendida a los brazos del héroe. Dunaway es una actriz y una mujer de armas tomar: promete dar mucha guerra en el recuento final de votos.
6. LISE ROY, por Tom à la ferme: La actriz canadiense lidia con un personaje complicado. Nada en el film de Dolan resulta claro, cuanto menos evidente, por lo que Roy está obligada a jugar al despiste y al mismo tiempo resultar humana y cercana, una madre destrozada por la muerte del hijo y ensimismada en su propio mundo. Ni Roy ni el film cae en el ridículo, y eso es gracias a las tablas de todos sus intérpretes. La suerte ha deparado nominación a Roy... y merece recompensa.

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Los nominados al MEJOR REPARTO son:


1. OCHO Y MEDIO: Un reparto que en verdad es una vida. Una vida de romances, de pasiones, de madres, de esposas, de amantes, de compañeros de trabajo, de jefes... Actores, y sobre todo actrices, subidos al carrusel apasionado y apasionante de Fellini. Vaya, que mejor utilizar el superlativo: repartazo.
2. CANCIONES DEL SEGUNDO PISO: Podrían ser zombies en busca de presas, almas en pena a la caza de una redención imposible, muertos a la espera de que alguien decida su estancia en el cielo o en el infierno, vivos alienados por culpa del frío y del apocalipsis... Todos los actores del film sueco contribuyen a dibujar una cadencia extraña pero atractiva. Nadie destaca sobre nadie, pero la homogeneidad del film es, aunque no lo parezca, un mérito de la delicada dirección de actores.
3. CASINO: No podemos decir eso de 'hagan juego' sin que el suelo alrededor del tapete esté ocupado por ávidos estrategas. De eso Casino anda más que sobrado, porque Scorsese cuida muchísimo cada figurante, extra y demás detalles. Seguramente estamos ante el reparto más extenso, aunque De Niro, Pesci y Stone concentren todos los elogios: sin duda, el despliegue humano de la película quita el hipo por su calidad y su cantidad.
4. CASTA INVENCIBLE: La familia unida jamás será vencida. Por eso, todos los miembros del clan revindican su pertenencia a esta casta invencible e indomable con una justísima nominación. Padres, hijos, hermanos, esposas y vecinos están espléndidos: nos creemos a pies juntillas que esas gentes forman parte del paisaje de los Estados Unidos rurales e inhóspitos. Aunque, claro está, en realidad se trata de 'big stars' como Fonda, Newman, Potts o Jaeckel.
5. LOS OLVIDADOS: Buñuel trabaja con animales, niños y actores no profesionales: más difícil, imposible. Todos estos elementos hacen que el film tenga una frescura muy personal, como si las cámaras no existiesen y como si los actores, más que intérpretes, estuvieran contándonos en primera persona sus desdichadas vidas. Al inicio de la película se nos dice que lo que vamos a ver puede ocurrir en cualquier lugar del mundo... y nos lo creemos... y nos conmueve, todo gracias al trabajo de su jovencísimo reparto.
6. PLATOON: Stone reunió a los nombres que estarían destinados a dejar una huella hondísima en el cine estadounidense de los último veinticinco años. Un gran acierto de casting al que cabe valorar tanto la inexperiencia de muchos de sus actores como el riesgo que corría todo el equipo de la película al dejar el peso del film en rostros poco conocidos para el gran público.

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