miércoles, 27 de junio de 2012

El culpable era Gerardo Herrero: Crítica de SILENCIO EN LA NIEVE

Para hablar mal del cine de Gerardo Herrero solo hay que remitirse al cine de Gerardo Herrero. No, no es ningún juego de palabras. Llevamos mucho tiempo acusando a las historias de Herrero de planas o poco interesantes, y efectivamente ahí estaba su filmografía para confirmar la teoría. Pero vamos a proponernos el reto de obviar todo ello con motivo de Silencio en la nieve. Podríamos no hacerlo, pero vale la pena intentarlo. Empecemos. 1. Estamos ante una película diferente, no solo dentro del conjunto fílmico del Herrero director sino de todo el cine español. Una cinta de trasfondo bélico, cuidada recreación histórica y alma de thriller. Ni rastro del costumbrismo social típico de Herrero. Buena noticia, ¿verdad? 2. Me pregunto hasta qué punto Silencio en la nieve se beneficia del Herrero cineasta o del Herrero productor. Efectivamente aprecio un despliegue de medios considerable, pero su corazón narrativo no podría ser más tedioso: algo va mal cuando sus personajes, harto exagerados por sus actores, tienen que repetir las claves del misterio, los nombres de los implicados y demás entresijos de la historia. Ni qué decir que tanto subrayado acaba dando una película densa, no tanto por lo intrincado de su contenido sino por la falta de carisma del conjunto. Así que... 3. Queramos admitirlo o no, el problema vuelve a estar en Gerardo Herrero. Su nombre es suficiente para evocar un cine de trasnochadas adaptaciones literarias, de excelentes premisas argumentales que no se sabe muy bien por qué acaban en el bando del cine mediocre. Es una lástima ver como gente como Herrero, quizás por ser uno de los que mueven los hilos en las bambalinas del cine de este país, recibe el apoyo económico suficiente para levantar otro título perecedero en detrimento de los nuevos talentos. Silencio en la nieve es del todo anacrónica, desfasada, innecesaria, poco atractiva. Habrá de nuevo quien se congratule al ver de lo que es capaz técnicamente el cine español, incluso podemos utilizar la película como prueba de que aquí se hacen películas de todos los géneros para todos los públicos. Pero no es suficiente. No vale con decir 'la próxima película de Herrero será mejor'. Ya no. Así que enterremos en la nieve, entiéndase en el ostracismo, a un autor ante cuya obra solo queda responder con silencio. De nuevo, no es ningún juego de palabras. Es la verdad del cine español del 'quiero y no puedo'.


Nota: 4'5

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