CRÍTICA | SOBRAN LAS PALABRAS (ENOUGH SAID), de Nicole Holofcener

SOBRAN LAS PALABRAS (ENOUGH SAID), de Nicole Holofcener

Largometraje nº 08: Cinoscar Summer Festival 2015: Sección fuera de concurso

Elección de Marcelo Morales

EE. UU., 2013. Dirección y guión: Nicole Holofcener Duración: 90 min. Género: Comedia romántica Tráiler: Link Reparto: Julia Louis-Dreyfus, James Gandolfini, Toni Collette, Catherine Keener, Ben Falcone, Tavi Gevinson, Tracey Fairaway, Eve Hewson, Anjelah Johnson-Reyes, Toby Huss
¿De qué va?: Eva es una masajista que afronta con resignación la marcha de su hija mayor a la universidad. Albert es un hombre de aspecto rechoncho y carácter afable que también añora a su retoño tras marcharse de casa. Ambos coinciden en una fiesta y entre ellos surge el amor. Un día, Eva descubre que una de sus clientas es la ex pareja de Albert, y sin quererlo empezará un juego de líos, confusiones y compromisos que no podrá detener.
Palmarés: 2 Independent Spirit Awards y nominación al Globo de oro a la mejor actriz de comedia/musical (Louis-Deyfus).

RESEÑA XAVIER: La comedia romántica de enredos ha dado buenos réditos a la historia del cine. Sobran las palabras sigue la tradición, aunque lo hace con un plus de inteligencia, sin la ñoñería habitual del género y con dos personajes protagonistas que se intuyen reales, grandes en sus virtudes y complejos en su amalgama de claroscuros. Con todo, la fórmula rosa siempre reduce la complejidad de sus criaturas en favor de lo esencial, al menos de lo que el público habitual de esta tipología de productos demanda: el triunfo del amor, con poco espacio para el matiz o la excepción. Sobran las palabras, aunque liviana y a la postre intrascendente, resulta el encuentro agradable de dos actores-personajes a los que el público desea siempre lo mejor. Sobre el papel, un film fácil, pero en esencia complejo. Lástima que la serenidad, la presencia y la madurez del orondo Gandolfini no pueda volver a repetirse en la gran pantalla.

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RESEÑA ISIDRO: En Sobran las palabras, una masajista divorciada en los 'cincuarentas' a la que todo el mundo le pregunta si a sus clientes machos se les levanta el asunto, conoce en una fiesta, por separado, a una poetisa hippy-pija, potencial cliente y mejor amiga, y a James Gandolfini haciendo de buenazo, potencial rollete. Y todo va genial y sobre ruedas con su nueva amiga moderna y su noviete simpaticón poniendo a parir a sus respectivos ex (por esos montes está divorciado hasta el perro) hasta que descubre que estos dos estuvieron casados. Catapún. A partir de aquí se desarrolla una trama de mentiras (o de verdades parciales) muy de sitcom que en la vida real no tendría mucha consistencia, pero que en la película, para la evolución emocional de sus personajes, funciona bien. Y es que es una de esas pelis indies norteamericanas que no necesitan ser excesivamente complejas ni tener un sello precisamente personal para que te cautiven, porque suelen venir acompañadas de diálogos con chispa, musiquilla buenrollista e interpretaciones muy humanas. Así tenemos a Julie Louis-Dreyfus, simpatiquísima con todos y cada uno de sus tics, y a un Gandolfini encantador, en unas de sus últimas apariciones, que derrocha naturalidad. Y si al final acaba uno con buen cuerpo, emocionadillo y enamorado de sus personajes no hay mucho más que decir. Muy bonita.

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RESEÑA MIGUEL: En un sketch de la graciosísima Amy Schumer, acompañada de Patricia Arquette, Tina Fey y Julia Louis-Dreyfus, esta última trata de explicar las señales que vaticinan el final de la etapa más triunfante de una actriz en Hollywood, por ejemplo: cuando en tus películas te visten con jerséis que cubren todo el cuerpo, cuando en los posters de tus films ponen simplemente la fotografía de una cocina, o cuando los títulos de tus películas son frases del tipo: Whatever it takes, She means well… Pues bien, Sobran las palabras es un perfecto ejemplo de lo que Louis-Dreyfus apuntaba en ese sketch: un film bienintencionado de maduritos 'bien' dándole una nueva oportunidad al amor. Este film de corte feminista trata de salirse del tópico con un guión punzante y ágil, sin embargo, cae en los mismos errores que sus homólogas en su tercio final. No consigue solventar los espacios comunes de esta clase de comedias románticas, y salva los muebles por una efectiva y estilosa dirección que va más allá de lo impuesto por el género. Es amable y se ve beneficiada de una pareja protagonista con mucha química y muchas tablas, que nos obliga a rogar que den más papeles cinematográficos a Julia Louis-Dreyfus.