QUERIDÍSIMA MAMÁ (MOMMIE DEAREST), de Frank Perry
Largometraje nº 13: Cinoscar Summer Festival 2015: Sección fuera de concurso
Elección de Andrés Ricaurte
EE. UU., 1981. Dirección: Frank Perry Guión: Frank Perry, Frank Yablans, Tracy Hotchner y Robert Getchell, a partir del libro homónimo de Christina Crawford Duración: 125 min. Género: Drama autobiográfico Tráiler: Link Reparto: Faye Dunaway, Steve Forrest, Diana Scarwid, Mara Hobel¿De qué va?: Al morir la mítica actriz Joan Crawford, su hija adoptiva Christina escribió un libro revelando el maltrato que había recibido por parte de su madre. Queridísima mamá adapta esa novela superventas y muestra el carácter caprichoso y autoritario de Joan Crawford, sus complicadas relaciones con la industria y sus maridos, y la pugna que mantuvo con su hija durante muchos años. Film denostado por la crítica que con el tiempo se ha convertido en un título de culto.
Palmarés: 7 premios Razzie, incluyendo mención a la peor película del año y de la década.
RESEÑA XAVIER: Sabía que Queridísima mamá era una película de culto, denostada por la crítica y los Razzies. Sabía del carácter extravagante de Joan Crawford gracias a visionados y lecturas previas. Y sabía que la película de Frank Perry me ofrecería todo lo que en un principio promete: crítica al lado oscuro de Hollywood y retrato nada condescendiente de una estrella que en su ámbito privado no era tal. Pero nada podía prepararme para la cantidad de barbaridades, frases lapidarias y salidas de tono que acumula Queridísima mamá, un film que, por grave o por ridículo (o por ambas cosas a la vez), deja ojiplático a cualquiera. Faye Dunaway tal vez pensaba que estaba realizando la interpretación de su vida, pero su aportación es uno de los trabajos más hiperbólicos y peripatéticos de la historia del cine. Se tome a broma o en serio, se considere un fiasco o un film de brillantez 'pulp', Queridísima mamá es una de las películas más crueles jamás realizadas, con un nivel de violencia, histerismo y coherencia narrativa cercano al de una telenovela venezolana de sobremesa. Un film con tanta cutrez y rabia que termina por resultar entrañable. Parece que a muchos les provoca una gracia incontenible: a mi me ha dejado 'de pasta de boniato' y medio acojonado. De verdad de la buena. No sé si Crawford era el diablo vestido de Prada o si el film es sólo un reflejo deformado de la biografía de Christina Crawford (¿víctima o sólo resentida?), pero no olvidaré jamás esta Queridísima mamá. Por fortuna, a mi madre no se le hincha la vena cuando cuelgo mis camisetas en perchas metálicas.
RESEÑA MAYRA: Película sobre la vida de la actriz Joan Crawford, basada en el libro que escribiera su propia hija, y en la que se narra la aparente cruel niñez y adolescencia que Crawford le habría hecho pasar a sus hijos adoptivos. No sé hasta qué punto son reales los hechos que narra el film, pero sin duda estamos ante una cinta muy intensa. Faye Dunaway es la encargada de representar a Joan, una celebridad de temperamento fuerte, que al parecer no era miel sobre hojuelas. Queridísima mamá (título muy irónico, por cierto) nos invita a conocer la faceta 'maternal' de una de las grandes actrices de Hollywood que logró pasar la época de transición del cine mudo al cine sonoro, una actriz tan talentosa como colérica. Queridísima mamá, aunque algo carente de matices (sólo tenemos el punto de vista de la hija), resulta interesante. Luego de ver esta película he pensado que es curioso que Crawford ganara su único Óscar por el papel de una abnegada madre en la cinta Mildred Pierce (en la que, por cierto, ofrece una de sus mejores interpretaciones).
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RESEÑA DANIEL: Visionar un film como Queridísima Mamá, una película que aborda un enfoque bastante peyorativo sobre la vida de una estrella icono del cine clásico de Hollywood, puede resultar para muchos una experiencia catastrófica, por el simple hecho de ver plasmada una inquietante versión de una mítica actriz. Y digo catastrófica, porque aunque todos sospechamos que la vida de las estrellas está llena de muchos conflictos internos y de ego, pocos podemos concebir la desmedida salvajada que se nos narra en dicho film. ¡Joan Crawford era el mismo diablo! ¿Qué tan cierto es? Sólo Dios sabe. Y también los hijos. Pero aquí la duda siempre está en el limbo. Y aunque Faye Dunaway logra construir con un 'camaleonismo' acérrimo a esta ponderosa actriz, la película se nos vuelve un festín maquiavélico y perverso donde pareciera que la mayor intención es satanizar a la leyenda viva; alojado al abrigo de un guión que no cumple satisfactoriamente, haciendo que la experiencia se vuelva una más que entera manipulación, con escenas de una gravedad insultante rayando en el ridículo (wire hangers, por Dios). Pobres hijos. Pobres nosotros. Grande Dunaway.
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