LA ÚLTIMA PELÍCULA (THE LAST PICTURE SHOW), de Peter Bogdanovich
Largometraje nº 42: Cinoscar Summer Festival 2015: Sección oficial a concurso
Elección de Marga Molero
EE. UU., 1971. Dirección: Peter Bogdanovich Guión: Peter Bogdanovich y Larry McMurtry, a partir de la novela de McMurtry Duración: 115 min. Género: Drama Tráiler: Link Reparto: Jeff Bridges, Ben Johnson, Cloris Leachman, Timothy Bottoms, Cybill Shepherd, Ellen Burstyn, Randy Quaid, Sharon Taggart, John Hillerman¿De qué va?: En un pueblo de la Norteamérica profunda de los años 50, distintos personajes se debaten entre la adolescencia y la vida adulta. Sus experiencias pasadas, su inestable presente y sus perspectivas de futuro se entremezclan en un cúmulo de sentimientos encontrados. Episodios de amor y amistad que marcan toda una vida.
Palmarés: 1 Globo de oro, 2 Óscar y 3 Baftas.
RESEÑA ISIDRO: La última película es una de esas películas que se ambientan en esos pueblos de la América profunda con calles más anchas que el brazo de Schwarzenegger en sus tiempos mozos, tartas de manzana enfriándose en los alféizares y Helens Lovejoys criticando por las esquinas. Pero es de las que afilan las espadas y mandan a la mierda ese estilo de vida americano que tanto idealizan otras. Se trata de un relato bastante pesimista de unos vecinos anclados en unas vidas monótonas, que han abandonado sus sueños e intentan encontrar algún aliciente a su existencia: desde el ama de casa insatisfecha o los viejos amantes resignados (¡hay que ver lo que se parece aquí Ellen Burstyn a la creadora de las Stacy Malibú!) hasta los jóvenes de hormonas revolucionadas, a quienes conocemos a partir de sus escarceos sexuales. Y es curioso el contraste, tanto 'froti-froti' en un pueblo tan chapado a la antigua. Aunque he de decir que yo soy de un pueblecillo pequeño perdido por los montes y en las fiestas la buenorra de turno no se marca ningún 'estriptis' sobre el trampolín de la piscina. O quizá yo me estoy perdiendo las mejores… vaya. Buena película, en definitiva.
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RESEÑA MAYRA: Llegamos al último film de la sección oficial de largometrajes del Cinoscar Summer Festival 3, y de la mano de The Last Picture Show viajamos a un pequeño pueblo de Texas desolado y de ambiente melancólico, donde sus habitantes viven sumergidos en la monotonía, y lo que nos resta es el contraste entre adultos de sueños frustrados y vidas monótonas, y el retrato de una nueva generación impulsiva y dispuesta a disfrutar del momento, jóvenes que quieren trazar nuevos horizontes y no quedar atrapados en la rutina e incluso en el pueblo. El film despierta la nostalgia del paso del tiempo y la pérdida, pero sobre todo se centra en mostrarnos el paso de la adolescencia a la madurez, desde sus pulsiones sexuales, sus primeros amores, hasta esa etapa de las decepciones y traiciones. Destacable fotografía en blanco y negro que refuerza ese taciturno y pesimista ambiente, que nos ofrece correctas interpretaciones. The Last Picture Show no me ha emocionado, pero sin duda cerramos esta sección con una película que merece ser descubierta.
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RESEÑA MIGUEL: La adolescencia americana ha sido relatada de diferentes formas a lo largo de la historia del cine, y se sigue analizando a día de hoy. Sim embargo, es este film del 1971 uno de los más desinhibidos que el que escribe haya visto. No sólo es un canto a la sexualidad de unos chicos y chicas que abren la puerta a la madurez, sino que subraya la frustración, los enamoramientos vacuos, el desasosiego adulto…; todo de forma coral, sin centrar el foco en ninguno de sus personajes. The last picture show también puede funcionar como ejercicio documentalista para analizar las diferencias socioculturales entre la sociedad americana de los años 50 con la nuestra, razón por la cual es difícil ponerse en la piel de esos jóvenes, pues los bailes de graduación, la aridez de sus pueblos, y lo impostado de sus relaciones se alejan kilométricamente de lo castizo de nuestro país. A pesar de que presumiblemente hablen de emociones universales, la lejanía emocional siempre está presente durante todo el metraje.
Lo mejor: su tono, y Cloris Leachman.
Lo peor: el guión se olvida de algunos personajes a medida que avanza la narración, por ejemplo el de Ellen Burstyn.
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RESEÑA XAVIER: El término ‘película generacional’ pocas veces se puede usar con tanta propiedad como en el caso de The Last Picture Show, el film más conocido de Bogdanovich. Retrato desangelado de los descubrimientos y las frustraciones de un grupo de jóvenes que desean escapar de las calles de su pueblo de la Norteamérica profunda. La moral de la época, las pulsiones sexuales, la música romántica del momento y constantes referencias a la cultura de su tiempo (musical, cinematográfica) redondean una propuesta que se intuye auténtica, que tiene la virtud de acercarnos vidas que parecen vividas de verdad y personajes que se dirían almas inherentes del paisaje que transitan. En este sentido, es interesante comprobar cómo los problemas de la juventud y las sanciones que ésta recibe por parte de los adultos no han variado ni un ápice varias décadas después: tal vez por ello The Last Picture Show resulta dura y dulce, plenamente reconocible con independencia del bagaje vital y cinematográfico del espectador. Con una enorme diferencia: la propuesta de Bogdanovich siempre discurre varios peldaños por encima de las festivas celebraciones del cine de los 80 o de la ñoñería que ha imperado desde los 90. En The Last Picture Show hay crítica, incertidumbre, melancolía, felicidad a sorbos y desencantos en pequeñas dosis. Un conjunto que es un fresco de pura vida, con un reparto en estado de gracia. Con un guión más condensado y menos titubeante (abundan los tiempos muertos) sería una enorme obra maestra.
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RESEÑA DANIEL: Pocos retratos tan hábiles, sensibles, atentos y minuciosos en torno a la adolescencia y a la madurez han sido ofrecidos por el cine como en La última película. En ella se declaran los más profundos sentimientos y las más honestas emociones del tránsito de un grupo de jóvenes febriles por el descubrimiento de la sexualidad y el enamoramiento a personas con responsabilidad y comprometidas a la vida. Es aquí donde se pone de manifiesto las intenciones de la historia: dar una óptica alejada de convencionalismos y maniqueísmos a lo que significa madurar y vivir el destino, en medio de turbios momentos y atrapados en la soledad. Pero no solo se detiene a eso, sino que examina la amistad como esa arma franca que utiliza el ser humano para refugiarse de la falta de compañía y el escaparate para la diversión y la serenidad. Utiliza al cine como metáfora del fin y el despertar de un nuevo ciclo; ese nexo que vincula la desaforada adolescencia y la tan temida adultez. Los personajes se mueven reacios, temerosos a su destino, como presas fáciles de una vida llena de rutinas (Sonny); pero otros (Duane) tratan de marcar la diferencia, y es allí donde radica el contraste y la pureza de sus imágenes, en un blanco y negro que rinde tributo al mismísimo origen del séptimo arte. Un film precioso, cruento y vigoroso.
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VALORACIÓN DE LA CRÍTICA
Bellísima reflexión sobre el paso del tiempo que toma como pretexto la desaparición del cine en una pequeña población de la América profunda. Se desarrolla en un tono que combina la nostalgia con inflexiones casi fúnebres. Levemente empañado por el paso del tiempo, sigue siendo un título emblemático para toda una generación de cinéfilos. Fotogramas, Redacción
NOTA DE LA CRÍTICA
Filmaffinity: 7'9 / IMDB: 8'1 / Sensacine: 8'2 / Rottentomatoes: 9'5
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VALORACIÓN DEL JURADO
El jurado del CSF ha decidido promover el film a
7 PREMIOS DEL FESTIVAL:
Mejor actor secundario: JEFF BRIDGES
Mejor actor secundario: BEN JOHNSON
Mejor actriz secundaria: CLORIS LEACHMAN
Mejor reparto
Mejor guión adaptado: PETER BOGDANOVICH y LARRY McMURTRY
Mejor fotografía: ROBERT SURTEES
Mejor canción: Blue Velvet
NOTA DEL JURADO
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