Dentro de la amplia etiqueta de la comedia, ¿Quién mató a Bambi? se incluye en un apartado muy concreto: la 'mortadelada'. La trama avanza por medio de confusiones, los personajes se encuentran y desencuentran a base de mamporros y la gama de chistes va de la screwball comedy norteamericana (aquí sobresale Quim Gutiérrez como el gran galán de la parodia patria) al 'chiste de colegueo' que funciona por no tener nada que ver con la historia principal y por proponer al espectador digresiones en base a la popularidad de un personaje-personalidad concreto (ahí está la gran chanza que protagoniza Carmina Barrios como criada o el prescindible gag futbolístico). La mezcla no deja de ser una aportación más a otro compartimento ya marcado (la comedia ibérica con tendencia a lo soez), y es interesante destacar que ¿Quién mató a Bambi? no sigue los patrones habituales ni de la comedia de autor ni de la torrentada de turno. Otra cosa es que el conjunto resulte gracioso: estamos ante una película que en función del tipo de público que la vea resulta o bien fría o bien desmadrada, sin término medio. Para nosotros, el problema de ¿Quién mató a Bambi? está en la intrascendencia de su planteamiento: ni los personajes tienen su espacio fuera del embrollo en el que se han metido a conciencia o por azar ni las acciones que genera la sucesión de disparates están contadas de forma creible y madura. A ¿Quién mató a Bambi? le falta la chispa de la mejor comedia de enredos y no termina de desatarse: sus responsables siguen el planteamiento infantil de hacer reír a base de caracteres-comportamientos tópicos (el vizco, la chacha, el compañero tonto del curro, la niña mimada, el ejecutivo agresivo, etc.), y aunque el resultado no es estridente tampoco resulta apasionado, convincente. El material de partida bien hubiese podido dar la versión española de Un pez llamado Wanda o similares: mucho nos tememos que Santi Amodeo, autor de raíz social con films tan brillantes y poco conocidos a sus espaldas como Astronautas (las referencias a la crisis económica lo delatan), no era la persona perfecta para filmar una comedia coral con posibilidades de trascender tanto a nivel académico como de taquilla. Con todo, no debemos descartar la posibilidad de que muchos aplaudan entre carcajadas cada giro y fuga de la historia y que el film termine siendo de culto para determinado sector: ahí está el misterio del humor.
Para fieles de la comedia comiquera ligeramente desmadrada.
Lo mejor: Quim Gutiérrez,
Lo peor: El momento 'Iniesta'.
Nota: 5
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