martes, 19 de noviembre de 2013

Crítica de JODOROWSKY'S DUNE, de Frank Pavich

A mediados de los 70, el polémico director chileno Alejandro Jodorowsky empezó a trabajar en un ambicioso largometraje, Dune, a partir de la novela homónima de Frank Herbert. El proyecto finalmente no cuajó y en los 80 la misma historia fue llevada a la gran pantalla por David Lynch. Ahora, tres décadas después, el documentalista Frank Pavich nos cuenta cómo fue la preparación de esa frustrada cinta de ciencia ficción que quizás pudo haber cambiado el curso de la historia del séptimo arte. La premisa de 'cine dentro del cine' funciona a las mil maravillas, pero Jodorowsky's Dune no es tanto el relato de un supuesto artístico como un homenaje a un cineasta: Jodorowsky, con sus gestos, sus palabras, sus chistes y sus expresiones entre entrañables y grandilocuentes llenan la película de energía, de forma que cada locura que desvela el octogenario cineasta para el espectador se sentencia con una risa general de la platea y una total adhesión del espectador por 'el film que nunca existió'. Poco importa si Jodorowsky's Dune es un fake como una catedral, si realmente Jodorowsky remite más a un personaje que a su propia persona y exagera su relato, o si en verdad todo sucedió tal y como recoge Pavich en su documental: sea como sea, la propuesta es fascinante, con independencia de que uno conozca o no la obra y la personalidad de Jodorowsky, sea o no fan de Dune, o incluso sea o no un seguidor del cine fantastico de los últimos años.


Jodorowsky's Dune es un monumento al exceso, y todo porque Jodorowsky nos hipnotiza y utiliza a Pavich como vehículo para hacernos llegar ese detallado storyboard que ningún estudio de Hollywood tuvo los bemoles para convertir en realidad. Searching for Sugar Man nos habría resultado igual de fascinante si no hubiese existido nunca Sixto Rodríguez: lo mismo ocurre con Jodorowsky's Dune, una propuesta que se graba a fuego en la memoria del público por la singularidad de las ideas y de los despropósitos de su narrador. La ficción, el buen cine, es al fin y al cabo la ejecución de una gran idea: vean Jodorowsky's Dune con la mente abierta, sin cuestionar la veracidad de sus testimonios y el origen de los bocetos que se nos presentan. Jodorowsky's Dune puede dejar a gran parte del público fuera de su juego: para el blog es la mejor película vista en el último festival de Sitges. Pavich ha conseguido su objetivo: tras ver el film, a uno le dan ganas de rescatar o visionar por primera vez la obra de Jodorowsky. Y a su vez, Jodorowsky puede sentirse halagado y agradecido: su Dune ha llegado por fin a las salas, si bien con retraso y de la forma más insospechada, para dejar una huella imborrable en la historia del cine.


Para amantes de los supuestos, las teorías conspirativas y el arte en general.
Lo mejor: La pasión que transmite Jodorowsky a su edad.
Lo peor: Que la ambigüedad de lo que cuenta no deje ver la pasión cinéfila que hay en cada fotograma.

Nota: 8

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