Irán en un taxi
TAXI TEHERÁN (TAXI), de Jafar Panahi
Oso de oro y Premio Fipresci: Festival de Berlín 2015. Sección Perlas: Festival de San Sebastián 2015
Irán, 2015. Dirección, guión, fotografía, montaje, sonido y reparto: Jafar Panahi Género: Falso documental. Drama social. Cine experimental Duración: 80 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 09/10/2015
¿De qué va?: El cineasta Jafar Panahi recorre Teherán subido a un taxi con la compañía de su inseparable cámara. Distintas personas se suben a su taxi durante un día. Algunos le reconocen, otros le obligan a hacer frente a situaciones difíciles. Mientras, el objetivo filma conversaciones, pequeñas anécdotas y los miedos y deseos de la gente que se sube a bordo.
Jafar Panahi vuelve a analizar la sociedad iraní y las posibilidades de la representación cinematográfica en Taxi Teherán, una película-experimento que se alzó con el máximo galardón del último Festival de Berlín. Panahi se pone al volante de un taxi y deja su cámara en el salpicadero del vehículo para filmar las conversaciones y las vidas de sus pasajeros. Taxi Teherán milita entre la realidad y la ficción, a la vez que su director-personaje reflexiona sobre los males y las costumbres de esa sociedad que se cuela a modo de collage humano en los asientos de su coche.
Panahi elige de forma muy concienzuda los quiebros e itinerarios de su inusual road movie, y tal vez por ello Taxi Teherán resulta profunda e inteligente, pero también un tanto artificial, ligeramente impostada. El viaje de Panahi se sabe tan trascendente que da la sensación de que la vida en mayúsculas, con toda su potencia y sus contradicciones, discurre bastante lejos de ese taxi de frases y seres nada espontáneos. Con todo, si Taxi Teherán no acaba de convencer como retrato-retazo social, sí resulta especialmente interesante en su discurso sobre el poder del arte, la censura y la piratería. En definitiva, Taxi Teherán es una obra austera, evocadora y metalingüística para espectadores valientes. La complejidad del Teherán de nuestros días encapsulada en los escasos metros cuadrados de un taxi. Bon voyage.
Para turistas cinematográficos que huyen de las convenciones.
Lo mejor: Equilibra comedia y drama con mucha eficacia.
Lo peor: Es sutil, pero también un tanto obvia.
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