viernes, 30 de octubre de 2015

CRÍTICA | COOTIES, de Jonathan Milott y Cary Murnion


Menú Halloween: unos nuggets de muerte
COOTIES, de Jonathan Milott y Cary Murnion
Festival de Sitges 2015: Secció Fantàstic Sessions Especials
EE. UU., 2014. Dirección: Jonathan Milott y Cary Murnion Guión: Ian Brennan y Leigh Whannell Música: Kreng Fotografía: Lyle Vincent Reparto: Elijah Wood, Alison Pill, Rainn Wilson, Leigh Whannell, Nasim Pedrad, Jack McBrayer, Jorge Garcia, Morgan Lily, Peter Kwong, Cooper Roth Género: Comedia de terror Duración: 90 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: Pendiente
¿De qué va?: Tras abandonar Nueva York, un joven regresa a la casa de sus padres. Aunque su deseo es convertirse en escritor y terminar su primera novela de terror, malvive sustituyendo a una profesora en el instituto local. Durante el primer día de trabajo, una extraña pandemia afecta a todos los chavales del colegio. Con la compañía de algunos profesores, iniciará una lucha particular contra los pequeños monstruos que ocupan el patio y los pasillos del edificio.


Ahora que la opinión pública está obsesionada con los posibles efectos cancerígenos del consumo de carne procesada, una película como Cooties puede venir muy bien para cerrar definitivamente el apetito de la población. En el film, una de las sensaciones del último Festival de Sitges, unos nuggets precocinados en mal estado convierten un comedor escolar en un coladero de zombis rabiosos. Cómo no, pringan los de siempre: los profesores, a cada cual más variopinto. Y con esta premisa, queda claro que Cooties es, por encima de todo, un divertimento loco que, como los titulares de algunos periódicos y telediarios, no hay que tomarse demasiado en serio. O nada, incluso. Cooties es una pandemia de chistes, homenajes al cine de serie B, espíritu ochentero y guiños apasionados al cine de terror. Si fuera un plato, no figuraría en la carta de un restaurante de cinco tenedores: Cooties es puro MacDonalds, fugaz y excesivo, para los amantes del género fantástico. Comida rápida que, para qué engañarnos, de vez en cuando no viene nada mal. Una comedia de terror intrascendente con nerds en apuros y niños infectados. En Sitges muchos se pusieron las botas. ¿Quién dijo que el cine cutre no puede llegar a ser muy nutritivo?


Para cinéfilos que frecuentan los buffets libres a base de cachondeo y vísceras.
Lo mejor: Elijah Wood, un mito moderno del cine fantástico.
Lo peor: Podría ser todavía más destroyer.


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