Que el largometraje ha dejado de ser la única opción de los realizadores consagrados era cosa sabida. Que la televisión, en parte gracias a las producciones de la HBO, compite y en muchos casos supera la factura y la narrativa de muchas películas, también. En un tiempo en el que Wes Anderson o Fernando Trueba se han pasado al cine de animación, era lógico que Haynes, que en Lejos del cielo demostró su dominio a la hora de orquestrar un melodrama de época de altos vuelos, se dejase seducir por un proyecto como Mildred Pierce, miniserie de cinco episodios en la que el norteamericano tiene la ocasión de rememorar la Norteamérica de la Gran Depresión, el Hollwood dorado y rendir homenaje a sus divas. Un proyecto magno en dimensiones y recursos, unos 300 minutos que vistos de un tirón parecen un Lo que el viento de llevó en el que el personaje protagonista pasa por todos los estados de tristeza y éxtasis posibles, de ama de casa con dificultades económicas a empresaria de éxito. Haynes habla del american dream y las vicisitudes de una mujer luchadora, con sus conquistas y sus renuncias. El director filma a su personaje dotándolo de la teatralidad de otros tiempos, incluso monta algunas escenas como largas secuencias de varios minutos en los que los personajes dialogan en un mismo escenario. Mildred Pierce es un ejercicio de estilo melancólico, una oportuna relectura de la premisa bigger than life. Que un producto de semejantes atributos no se adecúe a lo que demanda el público del S. XXI nos obliga a invocar esas tardes de sesiones cinematográficas, con péplums y westerns, con gente fumando y gritando en la sala, con una pausa entre film y film.
Tardábamos en decir que Mildred Pierce es Kate Winslet. Nadie mejor que una actriz británica de formación teatral para lidiar con un personaje complejísimo, centro de cada una de las escenas del megafilm (y hay muchas). Winslet nos ofrece un recital interpretativo que seguramente le valdrá un nuevo Globo de oro. Por momentos es imposible no pensar qué hubiera sucedido si la actriz hubiera nacido unos cincuenta años antes y hubiera compartido pantalla con Bette Davis, Katharine Hepburn o Vivien Leigh. Su contraréplica es Evan Rachel Wood, la hija descarriada, el detonante del mayor drama en la vida de Mildred. En medio, Haynes nos regala una acertada visión de la Norteamérica en crisis: Mildred trabajará dejando de lado la opulencia que le rodeaba, algo que su hija mayor nunca aceptó; mientras el personaje que interpreta Guy Pearce es por el contrario el prototípico burgués sin oficio ni beneficio, vago y bebedor, que malvive de sus rentas. Otro centro de interés: Mildred da un golpe de autoridad a una sociedad machista, preocupada por las apariencias, que no ve con buenos ojos que una mujer se separe de su marido, tenga un amante y trabaje por su cuenta. Una mujer fuera de las convenciones, uno de esos grandes nombres que han convertido a los Estados Unidos en la potencia económica que es (se podría establecer un puente con la crisis actual). De esas historias que merecen ser contadas. 5 horas que nos recuerdan que el cine, dentro o fuera de la sala comercial, puede llegar a enamorarnos con buenas interpretaciones y una excelente ambientación. Aunque mucho me temo que las nuevas generaciones recibirán esta Mildred Pierce con frialdad y algún bostezo.
Nota: 8
3 comentarios:
Genial entrada Xavi! Mildred Pierce recuerda a un cine que se rescata de una manera gloriosa. Intenso relato, bien narrado y con una inmensa interpretación del elenco actoral, sobresaliendo como es de suponerse de la inigualable Kate. Gracias a HBO podemos decir que la TV nunca estuvo tan cerca de transmitirnos lo que muchas veces sentimos sentados en una butaca de cine.
Saludos!!
Le tenía puesto el ojo a esta serie (que parece podría emitirse en cines) hace tiempo. Ya veo que es lo que me parecía y después de leerte me han dado más ganas de verla.
No ha llegado a España ¿no?
Tu reseña me ha recordado que tenía su visionado pendiente, así que aprovechando que es verano y que tengo bastante tiempo libre me he puesto manos a la obra y ya he visto el primer capítulo.
Me ha gustado mucho y es verdad que recuerda bastante al tono de Lejos del cielo. Tengo ganas de continuar para ver a mi querida Evan Rachel Wood; probablemente sea una de los teleseries con mejor reparto que se haya visto jamás.
Saludos!
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