jueves, 19 de mayo de 2011

LA PIEL DE ALMODÓVAR YA HABITA CANNES

'Ni qué decir que yo no soy nazi', dijo Pedro Almodóvar en la press conference de esta mañana en Cannes. El manchego sabía que La piel que habito había generado mucha espectación, y que incluso muchos de los cinéfilos y periodistas reunidos en Cannes buscaban a la desesperada una entrada para ver su película desde hacía horas. Eso sabiendo además que su rentrée era en jueves, cuando el festival ya caminaba hacia su final tras las sacudidas mediáticas de Malick y Von Trier, y la unanimidad que ha despertado lo nuevo de Kaurismaki y los siempre eficaces hermanos Dardenne. Consciente de que su película llegaba a la Croisette a modo de presagio patrio, o lo que es lo mismo, 50 años y un día después de que su admirado Buñuel ganase la única Palma de oro española con Viridiana. Y finalmente, plenamente elogiado por los responsables del festival, que incluyeron su película en la selección competitiva casi in extremis: quizás por eso, como acto de agradecimiento y de cómplice amistad, Almodóvar cenó el miércoles con el director Gilles Jacob. Entre tanto, cosas que Almodóvar puede que no sepa: el hecho de que su película se proyecte después de la vacua polémica del danés Von Trier le beneficia, ya que muchos se han tomado la jornada de hoy como una vuelta a la verdadera esencia del festival y al visionado de películas, no a la rúbrica de una declaración con aspiraciones a provocación; y la otra, que La piel que habito es la película del día, en Cannes y en el mundo, porque Miike, que hoy presenta su nuevo juguete, esta vez en tres dimensiones, difícilmente puede eclipsar los pasos de la troupe almodovariana. La piel que habitaba en los estudios de El Deseo durante meses ahora expande su dermis, se ha abierto en canal para derrochar una sangre espesa, hecha de celuloide, tejida de melodrama, ciencia ficción y terror enfermizo. Ha sido a las 8:30 de la mañana y durante la jornada de hoy habrá dos pases más, hasta llegar a la alfombra roja de la noche. Toca hablar de Almodóvar.


En el photocall Almodóvar intentaba coger en brazos a Banderas, todo para saciar los gritos de centenares de fotógrafos. Elena Anaya, bella en un traje a rayas negras y blancas, parecía segura: si antes ya era una de nuestras actrices con mayor proyección internacional, ahora confirma definitivamente su condición de star planetaria. Marisa Paredes, con unas gafas galácticas, diva desde Tacones Lejanos, la Huma Rojo de Todo sobre mi madre, traía el aroma del Almodóvar de siempre. Y mientras Jan Cornet y Blanca Suárez, a los que se les considerará novatos pese a su corta pero intensa carrera, los periodistas llenaban Twitter con los primeros comentarios del film. Todos, o casi todos, positivos. Y los que no lo eran, venían a destacar las claves de una trama excesiva, surrealista e inabarcable. Vaya, nada nuevo en el manchego. La recepción de la prensa general ha sido más que favorable, y es una pena que la única nota discordante la hayan puesto algunos medios de comunicación españoles (si me permiten el apunte: tanto de derechas como de izquierdas), sabuesos carroñeros que parecían preparados de antemano a poner un 'pero' a la mañana de Almodóvar. Incluso en este aspecto, los designios almodovarianos se han vuelto a cumplir: aún se recuerdan las palabras de Boyero al comentar Los abrazos rotos, o las reticencias de los medios españoles en el 2004 a propósito de La mala educación. Sólo una parte venía a cambiar el esquema, una incógnita (que no se revelará hasta el fin de semana) con capacidad de alterar toda la ecuación: Almodóvar nunca estuvo y está más cerca de la preciada Palma de oro, al menos del palmarés. Un hecho, un presentimiento que flota en las calles de Cannes y en los ordenadores de muchos corresponsables allí reunidos.


En su encuentro con las preguntas de los periodistas, Almodóvar ha vuelto a dar una de cal y otra de arena, siendo el centro de la velada, regalando chistes y alguna reflexión personal. Cuando aún se recuerda el experimento mudo de The Artist, el español confesó que durante meses estuvo tentado de rodar su film en blanco y negro y sin diálogos. Lang y Franjh han salido a colación como referencias e influencias (ni rastro del ejercicio de metalenguaje de Los abrazos rotos: ahora Almodóvar recuerda más a otros que a él mismo). A Banderas se le ha tenido en cuenta, y mucho, durante toda la mañana: a su aura de intérprete popular se le suma el plus de una interpretación oscura, perversa, inédita hasta ahora en el malagueño. Ya se habla de Goya a mejor actor, aunque antes cruzaremos los dedos por la Palma de oro a la mejor actuación masculina, galardón que el año pasado se quedó en casa gracias al lado biutiful de Javier Bardem. Tampoco sería extraño que Almodóvar volviese a recibir compensación en mejor dirección o mejor guión, premios que se justificarían solamente por su trayectoria de 30 años. La evidencia es una: hay ganas de que Almodóvar salga con el máximo oro, porque se lo merece, porque ya toca, o simplemente porque sí. La duda, todavía más grande: puede que el jurado comunique su veredicto sin saber que nuestro director más internacional, como Kaurismaki, aún no tiene la Palma. Ya lo decía el protagonista: 'la decisión final es del jurado y estoy preparado para irme con las manos vacías'. Será porque, de nuevo, Almodóvar es sabedor de muchas cosas: de que Mujeres al borde de un ataque de nervios fue rechazada y tachada de 'demasiado comercial', aunque después triunfó en Cannes y oteó el Oscar; de que Átame tampoco fue admitida en la competición; que, tal vez a modo de rectificación, Almodóvar fue invitado a formar parte del jurado en el 1992; y que, tras tantos años, Todo sobre mi madre y Volver han brillado a toda potencia en Francia, mientras La mala educación y Los abrazos rotos gustaron un poco menos.


Ahora ya es oficial: Banderas ha vuelto con Almodóvar. Que el manchego ha comprado un billete hacia la ceremonia de clausura, con la esperanza de que su nombre esté en algunos de los sobres del jurado. Un día de júbilo vivido a distancia que para nosotros no será una realidad hasta el viernes 2 de septiembre. ¡Imposible esperar! ¡Mucha suerte, Pedro!












Reseña en EL PAÍS
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Reseña de EL MUNDO
Reseña de ABC


3 comentarios:

Roke Molina dijo...

Me encantaría que Banderas ganara la palma a mejor actor ;)

Vera dijo...

En general ha sido una jornada muy positiva para Almodóvar y su troupe. Mucha suerte Pedro, ojalá y la Palma de oro sea para ti!

Yessi dijo...

Yo estoy ansiosa de ver la cinta.

Y si ojalá se lleve el galardon y si se puede también Banderas.