martes, 10 de mayo de 2011

La mujer que canta: Crítica de INCENDIES

Ver Incendies es como incubar en nuestra memoria cinéfila el gusano de la serpiente que va carcomiendo todos nuestros recuerdos. Incendies resulta una película un tanto estirada de metraje a la que se le pueden reprochar varios trucos de guión y alguna inverosimilitud por el camino, todo para que las piezas del puzzle encajen a la perfección. El impacto de Incendies no es la película que es, sino la que esconde. En un primer plano, no deja de ser un thriller, drama personal e investigación casi policial, introspección y reconstrucción de la vida de una mujer marcada por el dolor. Eso sí: en sus adentros vive una perla envenenada, una rotunda trama con un final sorpresa que difícilmente podremos olvidar en mucho tiempo. Sería una indecencia intentar dibujar su argumento o explicar detalles de la película: véanla con ojos vírgenes y esperando ser sacudidos en el momento más inesperado. En su medallero brillan premios en Valladolid y sobre todo la nominación al Oscar a la mejor película de habla extranjera. Acaba en incendio y empieza sólo con una llama: el fuego se expande más allá de la pantalla, porque Incendies es una película que el espectador llevará a cuestas durante semanas, preguntándose qué historias de tortura, guerra y muerte esconde nuestra familia, incluso nuestros vecinos en una sociedad tan globalizada como la nuestra. Una tragedia moderna sobre el perdón y las sinrazones de cualquier conflicto armado. Aunque hay veces que  las matemáticas no responden a nuestros problemas: hay demasiadas incógnitas en la ecuación. Y hay veces que más vale no abrir la caja de pandora, ignorar de dónde venimos. Para públicos valientes que amen las tramas intensas. Recuerden: el eco de la mujer que canta reverbera y explota.


La escena: Jeanne pisa el pueblo de su madre tras recorrer un largo camino. Llega a una casa llena de mujeres y recibe una respuesta sorprendente: 'si eres la hija de Nawal Marwal, aquí no eres bienvenida'.

Nota: 8