El cine ama los mitos, y más si su historia y leyenda incluye drogas, crisis, enfermedades y otras tantas calamidades. Es difícil enfrentarse a Crazy Heart sin rememorar la vasta tradición de fracasados cantantes y otra fauna frustrada: del Rourke de El luchador al Pitt de Last Days, casos aún muy frescos en la cinefilia universal. Sorprende que, ante tal tradición, esta ópera prima tenga un ritmo, una magia, un 'algo' especial. Historia de redención, música y heridas del pasado, Crazy Heart no quiere innovar y compone un fresco que, por conocido, acaba involucrándonos. Parte del mérito nace de Jeff Bridges, un recital de sutilezas, muecas, voces y gestos: nunca un Oscar a mejor actor protagonista había estado tan justificado. Y decimos 'en parte' porque el resto del dulce lo propone una Maggie Gyllenhaal emocionada y emocionante, la cara joven pero curtida de una crítica musical que teme caer en los mismos errores de antaño. Nuestra peculiar pareja, con la ayuda de secundarios de lujo como Colin Farrell o Robert Duvall, la película construye una clásica e inmortal historia de amor, alcohol y segundas oportunidades: por ello poco importa que el patrón made in USA se repita. El trabajo de Bridges y Gyllenhaal nos recuerda que, aun con una historia manida, ver cine implica disfrutar de buenas interpretaciones, que menos es más y que la fórmula de siempre no necesita demasiados cambios. Un gustazo, como el que siente el forofo (ella) ante su ídolo (él). ¿Por qué el Oscar a Mo'nique parece cada día más injusto? ¿Por qué el trabajo de Bridges debe figurar en la historia del mejor cine? La respuesta, a ritmo de country.
Road movie por las profundidades de la Norteamérica más polvorienta, un western de vaqueros sin balas, un austero musical sobre la decrepitud y la salvación. Crazy Heart consigue momentos de auténtica intimidad y el espectador sufre con los seres de la película (algo se desgarra dentro y fuera de la pantalla cuando Bad pierde al pequeño de la casa o cuando el protagonista decide llamar a su hijo tras veinte años de silencio e inconsciencia). Es una historia especial, pequeña y a su manera muy grande, tan demodé que podría considerarse moderna, arriesgada. Ni rastro de las manidas formas de las biografías: aquí hay cerebro y corazón, el entusiasmo del novato (su director, debutante) y el oficio del veterano (Bridges actor y cantante: seguro que muchos no distingirán entre persona y personaje). Imprescindible.
2 comentarios:
Bridges, Bridges, Bridges... ¿por qué tú si y Rourker no...?
En fin, ya voté en las dos encuestas Xavier!! Pero el voto me lo guardo, JAJUJUJOII!!
Un saludo!
ajaja. Bridge me encanta, un oscar muy justificado. Sin embargo la pelicula no me gusto. No se me parecio aburrida, ademas de ser una historia ya contada, con un guion demasido sencillo y tipico. Otra joya es la cancion jajaa. Resumiendo, una pelicula de segunda categoria con dos oscars muy merecidos jajaj.
Saludos
Pd: yo tambien he votado en las encuesta. COmo puede ser que El viaje de Chihiro vaya de las ultimas? Si es la mejor de las 10 en mi opinion jaja
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