Heath Ledger nació a principios de abril de 1979, tiempo en el que nadie podía imaginar su repercusión mediática y fama como genial actor de cine. Empezó en la televisión australiana y no tardó en cruzar el charco. Su rostro empezó a ser popular con El patriota de Mel Gibson (¡con solo 20 años!) y con Destino de caballero consiguió la consideración de sex-symbol, un título que renovaría en Casanova. Consiguió dos nominaciones al Oscar, aunque el premio vino de forma póstuma por una película que batió records. La aventura acabó el 22 de enero del 2008, justo cuando Ledger estaba en la cúspide de su carrera. Es una incógnita cómo hubiera continuado la carrera de Ledger tras su soberbio Joker; también es un misterio esa sobredosis accidental que segó su vida. James Dean moderno, niño prodigio, uno de los rostros de la década, un actor que combinó lo comercial con lo indie. Nunca repetía con sus directores y Terry Gilliam es la excepción que confirma la regla. Brokeback Mountain cambió su vida: empezó a jugar en la primera división del star system y su romance con Michelle Williams traspasó la pantalla. Objetivamente, no realizó grandes películas, pero su aportación artística es innegable. Visitó el Festival de Venecia en varias ocasiones, aprovechaba su fotogenia y alimentaba su condición de enfant terrible, ahora en forma de leyenda. Esto no es solo una recopilación de lo mejor de Heath Ledger, sino un homenaje a un actor brillante, una de las pérdidas más tristes del séptimo arte.
LEDGER SEGÚN GILLIAM

Ledger artista, escritor, trotamundos y cuentista.
EL LEDGER ÉPICO

Superproducción fallida. Bueno en el amor y en la guerra.

Dylan es épico y Ledger formó parte del puzzle de Haynes. Lástima que falten (y sobren) piezas.
RANKING: LO MEJOR SEGÚN CINOSCAR & RARITIES

Demostró que podía protagonizar un film... y ganar todo tipo de torneos. Poder rubio.

Su papel es pequeño; su personaje, muy grande, la esencia de una trama en carne viva.