martes, 17 de febrero de 2015

CRÍTICA | SELMA, de Ava DuVernay


Hombre blanco, conciencia negra
SELMA, de Ava DuVernay
2 nominaciones a los Óscar 2015: mejor película y mejor canción original
EE. UU., 2014. Dirección: Ava DuVernay Guion: Ava DuVernay y Paul Webb Fotografía: Bradford Young Música: Jason Moran y Morgan Rhodes Reparto: David Oyelowo, Tom Wilkinson, Tim Roth, Giovanni Ribisi, Cuba Gooding Jr., Common, Carmen Ejogo, Lorraine Toussaint, André Holland, Alessandro Nivola, Oprah Winfrey, Dylan Baker, Tessa Thompson Género: Biopic. Drama histórico Duración: 125 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 27/02/2015
¿De qué va?: Luther King viaja hasta la Casablanca con un objetivo: que los afroamericanos tengan derecho a voto en todos los estados. Tras la negativa del presidente Johnson, y lejos de aparcar su lucha en favor de los derechos civiles, su atención se centra en Selma, una localidad de la Norteamérica sureña que registra numerosas tensiones entre blancos y negros. Una concentración pacífica de ciudadanos afroamericanos salta a los periódicos por la expeditiva y violenta reacción de autoridades y policía. Luther King, aún a riesgo de poner en jaque su matrimonio, se traslada a Selma con el objetivo de cambiar el caos reinante. Su discurso pacífico pero infatigable lo acabó convirtiendo en un ejemplo a seguir para todos los estadounidenses, sin importar su edad, raza e ideario.


Los Óscar no dejan de ser una expresión de los miedos y de las preocupaciones del 'ser y sentir norteamericano'. Por eso, cada temporada de premios tenemos una película que aborda las tensiones entre blancos y negros. Unas acaban arrasando (12 años de esclavitud), otras se deshinchan en el último momento (El color púrpura), la mayoría se refugian en las formas del biopic histórico (El mayordomo) y otras se convierten en sleepers veraniegos (Criadas y señoras). Selma es la baza 'afro-académica' del 2015, y sus responsables no han querido pasar desapercibidos: se trata, nada más y nada menos, que un homenaje a Martin Luther King (elevado a la categoría de símbolo) en relación a los violentos acontecimientos que tuvieron lugar en la Alabama de mediados de los 60. Los clichés se suman: produce Oprah Winfrey, vaca sagrada de los 'media' estadounidenses (también se reserva un papel en el film); y presume de candidatura más por su supuesto valor 'histórico', 'humano' o 'humanitario' que por virtudes estrictamente cinematográficas (es lo que tiene la estatuilla: se valora 'lo necesario' o 'políticamente correcto' por encima de títulos con mayores méritos).



Todo lo dicho puede resumirse de la siguiente manera: en Estados Unidos saben facturar blockbusters rompetaquillas, y cuando quieren también saben sacarse de la chistera productos descaradamente académicos. Selma es un ejemplo de lo segundo, y aunque podríamos reducirla a mera nimiedad (lo es), seremos un poco más benévolos. Estamos ante un film parsimonioso, menos importante de lo que se cree, menos interesante de lo que se piensa, y más hermético y menos apasionado-apasionante de lo que sus responsables serían capaces de confesar. Un film que para los ideales norteamericanos puede resultar emocionante... aunque a este lado del globo terráqueo nos deja más bien fríos. De Selma no me creo nada, no me atrae nada, no empatizo con nada. Prima la sensación de film 'ya visto', y en versiones más logradas. Los Óscar vigentes todavía nos han sorprendido más y para peor: al final resulta que Selma ha arrebatado a El francotirador el título de film apolillado de la cosecha 2014-2015 (que ya es decir). Un caso flagrante de telefilm encubierto que sin los Óscar no sería nada. El problema es que los Óscar tampoco serían nada sin films como Selma. La retroalimentación perfecta. Aburrimiento.


Para buscadores de historias 'bigger than life'.
Lo mejor: La interpretación de Carmen Ejogo, lo más comedido del film.
Lo peor: Pretende epatar y crea indiferencia.

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