En un país que acaba de vivir una reforma de su sistema sanitario (EE.UU., cómo no), una película como Repo Men resulta bastante curiosa. Las imágenes de este ejercicio de ciencia ficción con vocación de diversión veraniega nos acercan una sociedad tecnificada que soluciona cualquier problema de salud con un surtido de órganos falsos, implantes de metal con su código de barras y demás dispositivos. Y donde hay alguien con un órgano artificial en sus entrañas hay un Repo Men, el encargado de matar a todos los morosos que no paguen la cuota del artilugio que los mantiene vivos. Estos empleados funcionan como sicarios y como recaudadores de impuestos: pasado un plazo de 96 días, el Repo Men viaja hasta la casa del paciente y extirpa sin miramientos el órgano no embolsado. Esta gente tiene sus familias y se pasea por las calles con pistola e indumentaria de lucha. Son una autoridad y son temidos. Espían como zorros en la noche y deambulan por una ciudad llena de luces de neón y ahogada por el tráfico. La vida tiene otro precio, y a su vez la muerte tiene otro valor. Y la película, en este contexto apocalíptico que esconde dos homenajes bastantes explícitos a Blade Runner y a Old Boy, narra las dudas y posterior huida de un Repo Men que, tras un episodio decisivo que no revelaremos, se atreverá a poner en duda las reglas de su empresa. El descubrimiento de que un humano puede estar muerto y vivo al mismo tiempo. Porque el oficio de matar, cuando se vuelve aséptico y rutinario, también va matando poco a poco la moral y la humanidad del asesino. Y también el de filmar; por eso Repo Men, en calidad de ópera prima, es más atrevida que la media de las películas de acción que nos llegan de Norteamérica, también más socarrona, aunque no acabe de imponerse como comedia futurista. Una película con fondo y con trasfondo, no manipula la historia para ofrecer más o menos escenas de acción y cuando se pone peleona es un espectáculo muy ameno (y generoso en el apartado 'sangre'). El thriller que no debería palidecer a la sombra de Origen (Inception).
Los elegidos como Repo Mens son Jude Law, nuestro alopécico favorito, y Forest Whitaker, que vuelve a interpretar ese 'negro rellenito con una gracia innata' que nos tiene acostumbrados. No tuvo demasiado éxito en su estreno en los EE. UU. y nadie parece dispuesto a reivindicarla ahora que ha llegado a las salas españolas. Los que apuesten por ella se llevarán una grata sorpresa: es mucho mejor de lo que parece a simple vista. Es una rareza que puede dejar con ganas de más a los sedientos de violencia, pero los que se atrevan a indagar las sutilezas de su argumento se encontrarán con una película bastante subversiva. Detrás de ese corazón de hierro hay un cerebro vivo, y eso, aunque el show sea desigual, se agradece. Vean Repo Men, aunque sólo sea porque los sueños, como en la cinta de Christopher Nolan, también tienen un papel esencial en su final sorpresa. Pero ésta es una propuesta más híbrida, puede que más convencional (al parecer de este blog más honesta).
3 comentarios:
Tío, 6 a Toy story 3 y 8 a este producto descarado hecho de plagios?
No hay perdon de dios...
Jeje curioso el comentario del Anónimo. Aunque no hay que comparar tan colgadamente porque nada que ver una con otra...
La apunto porque no sos el primero en alabarla.
Un abrazo Xavi! Hace rato no te veo por mi blog, te espero :D
Saludos!
Repo Men es entretenida, el comienzo es brillante al igual que la presentación de los personajes, pero su desarrollo es caótico y predecible.
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