domingo, 17 de abril de 2011

Las óperas primas de los Goya 2011: PLANES PARA MAÑANA y TODAS LAS CANCIONES HABLAN DE MÍ

Planes para mañana es la ópera prima de Juana Macías. Y desde este blog deseamos que siga dirigiendo. Su primera película es una obra inteligente, bien construida, con un guión veraz, escueto, árido, punzante. La dirección de actrices roza el excelente: todas, absolutamente todas las protagonistas, están estupendas y a su manera conforman un pequeño fresco de la mujer deseosa, la mujer activa, la mujer maltratada, la mujer adolescente, la mujer independiente, al final la mujer española moderna en todas sus facetas, respetando toda su complejidad. Ya es tarde para reivindicar una nominación al Goya para Carme Elías o Goya Toledo, pero Planes para mañana, estrenada de tapadillo hace seis meses, no puede pasar desapercibida. Podría definirse como la historia de tres mujeres a partir de tres partes o shorcuts unidas por un accidente de tráfico. Pero es mucho más: la reflexión de lo difícil que sigue siendo ser mujer en el S. XXI, la difícil conquista de su felicidad y su plenitud sexual, laboral y familiar. Cada una de las cuatro mujeres de Planes para mañana sintetiza gran parte de la esencia femenina española: desde la madre de Inés, que responde a su hija de forma durísima, anclada en la tradición; hasta la Mónica que da vida Aura Garrido (recuerden su nombre: aspira a ser un portento), adolescente valiente que se lame sus propias heridas, lucha por su propia causa y defiende su identidad con firmeza. De Planes para mañana me conmueve todo, me gusta todo. Ni qué decir que merecía el Goya a la mejor dirección novel por encima de Bon Appétit. Al final queda esa incertidumbre del título: el no saber pero sí intuir cómo seguirán los devenires de esas mujeres que, con pocas palabras, con escasos planos, consiguen ganarse un rincón en nuestro recuerdo cinéfilo. Puede que su futuro no sea mejor que su presente. Pero han decidido cambiar, han tomado una decisión. Y les deseamos toda la suerte del mundo a las que podrían ser nuestras madres, amigas o vecinas. No es feminista ni combatiente, puede que a la hora de ordenar sus tramas cruzadas el espectador se adelante a la trágica resolución. Aún así no es una película obvia ni fácil de dirigir, por muy escaso que haya sido su presupuesto y por mucha que haya sido la complicidad de las actrices implicadas. ¿Su plan para mañana? Verla. Descubrirán ese cine español que nadie conoce y que pocos promocionan, pero que vale muchísimo la pena.


Nota: 7'5



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De tal palo tal astilla. De casta le viene al galgo. En casa del herrero, por una vez, cuchillo de hierro. Jonás Trueba lleva el cine en la sangre y ya nos había sorprendido con el guión de la bastante solvente Vete de mí. Pero con Todas las canciones hablan de mí, título largo y egocéntrico, nos ha matado. La historia es muy básica: un chico que se cree melancólico y enamoradizo escribe poemas, habla con sus amigos y recuerda a una antigua novia. Señores, se acabó el argumento. No sucede nada más. Todo está contado de modo lento y engolado, como si un Woody Allen treinteañero sustituyese Nueva York por Madrid o como si al cine francés con tendencia al diálogo le hubiesen dejado las palabras pero vaciado cualquier tipo de contenido. Confieso que, como mínimo, me dormí dos veces viéndola. Comprenderán que ver el devenir de unos estudiantes de filología cuando uno mismo es estudiante de filología es poco apasionante. Incluso cuando la película se desmelena un poco y encadena alguna frase con sentido (¿tanta clase de morfosintaxis para qué?) al pequeño Trueba se le nota la arrogancia de una rata de biblioteca, de un mono de filmoteca. ¿Cómo puede contarse una historia sobre el amor si todo carece de ritmo, pasión por lo que se está filmando? No me creo nada, y menos si el encargado de transmitir un sentimiento tan noble es Oriol Vila, uno de los actores locales con las expresiones de pasmarote más sosas. Conclusión: el talento no se hereda, si acaso la inquietud por crear. Que este muermazo de película haya estado nominado al Goya a la mejor realización novel superando a las muy decentes Ander y Blog (opciones más radicales, eso sí) da vergüenza. El apellido tenía que servir para algo, ¿no? Hay gravedad donde tendría que haber espontaneidad. Lo que se dice apuntar al blanco y disparar al aire.


Nota: 3

sábado, 16 de abril de 2011

ADIVINANDO EL PALMARÉS DE CANNES 2011

PALMA DE ORO 2011:
LA PIEL QUE HABITO, de Pedro Almodóvar (España)
Otras posibilidades: Once upon a time in Anatolia, Le havre, The tree of life, Melancholia

GRAN PREMIO DEL JURADO:
MELANCHOLIA, de Lars Von Trier (Dinamarca)

PREMIO DEL JURADO:
ONCE UPON A TIME IN ANATOLIA, de Nuri Bilge Ceylan (Turquía)

MEJOR DIRECTOR:
TERRENCE MALICK, por The tree of life (EE. UU.)
Otras posibilidades: Pedro Almodóvar, Nuri Bilge Ceylan, Aki Kaurismaki, 
Naomi Kawase, Nanni Moretti, Lars Von Trier, Joseph Cedar, Alain Cavalier, Radu Mihaileanu

MEJOR ACTOR:
SEAN PENN, por This must be the place (Italia) y/o The tree of life (EE. UU.)
Otras posibilidades: Antonio Banderas, Lior Ashkenazi, Maïwenn Le Besco

MEJOR ACTRIZ:
EMILY BROWNING, por Sleeping Beauty (Australia)
Otras posibilidades: Elena Anaya, Cécile de France, Hafsia Herzi, Tilda Swinton, Kirsten Dunst

MEJOR GUIÓN:
JEAN-PIERRE y LUC DARDENNE, por Le gamin au vélo
Otras posibilidades: Habemus papam, La piel que habito

viernes, 15 de abril de 2011

GOYAS 24: CELDA 211 (2009)


Título: CELDA 211 Director: Daniel Monzón Guión: Jorge Guerricaechevarría y Daniel Monzón, a partir de la novela homónima de Francisco Pérez Gandull Género: Thriller Duración: 105 min. Reparto: Luis Tosar, Alberto Amman, Antonio Resines, Carlos Bardem, Marta Etura, Fernando Soto, Manuel Morón, Luis Zahera, Vicente Romero, Félix Cubero, Manolo Solo, Juan Carlos Mangas, Jesús Carroza, Joxean Bengoetxea, David Selvas Producción: Morena Films, Telecinco Cinema, Vaca Films, La Fabrique de Films Fecha de estreno: 06/11/2009 Nota Filmaffinity: 7'8 Nota IMBD: 7'7 Nota blog: 7'5 Palmarés destacado: Fotogramas de plata a la mejor película y actor protagonista, 5 premios del Círculo de escritores, 2 Premios ACE, 3 premios de la Unión Española de Actores; vista fuera de competición en el Festival de Venecia y Sitges DVD: Paramount Tráiler: Link Crítica: Link del blog Etiqueta: Goyas 2010


Sinopsis: Juan es un funcionario de prisiones al que la vida parece irle muy bien: su mujer está embarazada y acaba de encontrar un nuevo trabajo. Durante su primera visita a la cárcel, cae desmayado y lleno de sangre. Despierta en una celda, la número 211. Los presos han preparado su particular motín. Los medios de comunicación se interesan por la noticia. Familiares y demás gente inundan el perímetro de la prisión. El alcaide se ve saturado ante la situación y recibe la ayuda de un dispositivo variado de policías. La esposa de Juan también se dirige a la prisión nerviosa. Y mientras, Juan debe simular que es un preso más para sobrevivir en un ambiente totalmente masculino, carnívoro, peligroso. Malamadre, el reo más influyente del patio, será quien decida cómo sigue una guerra que no parece tener fin. 8 premios Goya / 16 nominaciones.




Sus competidoras:
Agora, de Alejandro Amenábar 7 /13 (crítica) (tráiler)
El baile de la victoria, de Fernando Trueba 0 /9 (crítica) (tráiler)
El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella 2/9 (crítica) (tráiler)

Nos representaba al Oscar: El baile de la victoria (no obtuvo nominación)
Finalistas: Gordos y Mapa de los sonidos de Tokio


Edición XXIV de los Premios Anuales de la Academia de las Artes
y las Ciencias Cinematográficas de España
Lectura de nominaciones: 08/01/2010, a cargo de Paz Vega y Javier Fesser
Gala: Domingo 14 de febrero de 2010, Palacio de Congresos de Madrid
Maestro de ceremonias: Andreu Buenafuente (vídeo inicio)
Presidente de la Academia: Álex de la Iglesia (discurso)
Audiencia: La Uno, 26'4% de share y 4.656.000 millones de televidentes
(gala más vista y la primera en emitirse sin cortes publicitarios)
El momento: Almodóvar se reconcilia con la Academia (vídeo)

PALMARÉS:
Película: CELDA 211 Vídeo
Director: Daniel Monzón, por CELDA 211 Vídeo
Actor protagonista: Luis Tosar, por CELDA 211 Vídeo
Actriz protagonista: Lola Dueñas, por YO, TAMBIÉN Vídeo
Actor reparto: Raúl Arévalo, por GORDOS Vídeo
Actriz reparto: Marta Etura, por CELDA 211 Vídeo
Actor revelación: Alberto Amman, por CELDA 211 Vídeo
Actriz revelación: Soledad Villamil, por EL SECRETO DE SUS OJOS Vídeo
Director novel: Mar Coll, por TRES DIES AMB LA FAMÍLIA Vídeo
Guión original: Alejandro Amenábar y Mateo Gil, por AGORA Vídeo
Guión adaptado: Jorge Guerricaechevarría y Daniel Monzón, por CELDA 211
Música original: Alberto Iglesias, por LOS ABRAZOS ROTOS Vídeo
Película documental: GARBO, EL ESPÍA
Película animada: PLANET 51 Vídeo
Película hispanoamericana: EL SECRETO DE SUS OJOS (Argentina) Vídeo
Película europea: SLUMDOG MILLIONAIRE (Reino Unido)
Goya de honor: ANTONIO MERCERO Vídeo



VALORAR EL ESFUERZO

La Academia valoró con Celda 211 la carrera crítica y comercial de una película que había gustado a todos los niveles. El film de Monzón se impuso como paradigma de un 'cine total' capaz de unir a especialistas y espectadores, y reconciliarnos con un cine español que podía ocupar las primeras posiciones de las más vistas y eternizar su reinado en la taquilla con un excelente boca a boca. Otra clave del éxito estuvo en la naturaleza coral de la película, la misma que ya había beneficiado a Belle Époque, Días contados o Mar Adentro. La machacona campaña publicitaria de Telecinco también tuvo sus frutos, un sistema que con Alatriste, El laberinto del fauno y El orfanato había demostrado su fortaleza y efectividad. El thriller se impuso y se aplaudió su capacidad por mantener la tensión desde el primer minuto, el riesgo de los actores y, en general, la valentía y estilo negro acorde con las pasadas Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto o Tesis. Eso sí: para valorar el esfuerzo, Trueba vivió un 'zero' histórico, Amenábar sacó brillo a otras 5 estatuillas y El secreto de sus ojos se conformó con 2 premios (luego ampliados con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa). Y de nuevo, no se valoró el esfuerzo de otros tantos cineastas pequeños pero grandes en su estilo, tan personales como el Marc Recha de Petit Indi o el Isaki Lacuesta de Los condenados, ambos ninguneados en la terna de nominaciones. Se valoró el esfuerzo, sí, pero solo en parte. ¿Y qué decir de los abrazos almodovarianos, más rotos que nunca? La no nominación de Blanca Portillo y Lluís Homar olía a escándalo.



SE DIJO...

Tenéis fama de ser fríos, pero me habéis demostrado que no lo sois en absoluto (...). Estoy aquí porque tenéis un presidente muy pesado (Pedro Almodóvar, presentador sorpresa del Goya final a la Mejor Película, ovacionado durante 2 minutos para sellar su paz con la Academia)

Señora ministra, perdone que no baje, pero delante de usted no me atrevo a bajar nada (Buenafuente a González-Sinde, en clara referencia irónica a la polémica de las descargas)

Nunca reconocemos nuestros errores. Nos miramos al ombligo, nos encanta nuestro ombligo. Tenemos nuestras habitaciones llenas de pósters con ombligos (...). Hay que ser humildes, no somos tan importantes (...). Mañana ruedo, así que no me quedo a los canapés (el flamante presidente Álex de la Iglesia en uno de los discursos más críticos... aunque sazonado con algunos toques de humor marca de la casa)

La única cosa buena que tiene el alzheimer es que puedes ver 500 veces Cantando bajo la lluvia como si fuera la primera vez (un emocionado Antonio Mercero al recibir en su casa el Goya de honor. En la gala estuvieron sus hijos y explicaron la locura de un productor: quería resucitar a Chanquete en el cine... y Mercero, que ya tenía en mente la primera escena, rechazó la oferta. Sólo por eso ya merece este Goya, dijo su hijo)

Me he puesto mi mejor traje de perdedor. Siendo optimistas podríamos llevarnos entre ninguno y cuatro premios. Lo justo sería ganar en aspectos técnicos muy cuidados como dirección artística y vestuario (Amenábar, realista, en la alfombra verde)

A mi amor, por quererme tan bien y porque siempre puedo contar contigo (Marta Etura a su marido Luis Tosar, los dos premiados). Yo, la mayor alegría de la noche ya me la he llevado hace un rato, siguió Tosar al recibir el premio al mejor actor de manos de Javier Bardem (Malamadre, sube aquí, cabezón, dijo). Una relación de amor y otra de amistad unidas por el Goya.

Cruz y Bardem confirmaron su relación al sentarse juntos en la gala y la cámara no paró de enfocarles. Buenafuente los saludó como Carlos Bardem y Mónica Cruz. ¡Ah! no, que son los hermanos...

miércoles, 13 de abril de 2011

Un engañabobos: Crítica de MONSTERS

Vaya... Uno se espera una nueva versión de Distrito 9 o Monstruoso y acaba encontrándose con... una historia de amor en un contexto apocalíptico. De Monsters se lleva hablando mucho desde que se proyectó en algunos festivales de cine fantástico y de terror. Todo para descubrir que en la película los alienígenas han decidido situarse en la frontera entre México y Estados Unidos. ¿Una elección nada casual, no? Tampoco es fruto del azar que los dos protagonistas formen una pareja mixta, que ambos tengan unas vidas bastante pobres y que el camino que emprenden para volver a sus casas esté trufado de peligros, pero también de miradas cómplices. Los arrumacos ganan a los efectos especiales: he aquí la novedad. Efectivamente, el propio recorrido da sentido a la historia, independientemente del destino final del viaje. Pueden hacerse múltiples lecturas de Monsters, y todas ellas dependerán si el espectador prefiere los aportes visuales del género de las disaster movies, o bien la filosofía de otro cine minoritario. Mezclar los dos ingredientes es al final lo más sabio de Monsters, como mínimo su sello definitorio. Pero permítanme que ponga en duda las exquisiteces del plato. Monsters no acaba de ser el entretenimiento frívolo que precisan unos y la reflexión definitiva de las miserias del hombre moderno que esperan otros. Se sitúa, pues, entre Pinto y Valdemoro, alternando códigos, turnándose en intenciones, pensando durante toda su hora y media qué película quiere ser. Al final su identidad es clara: es otro engañabobos con espíritu continuista, no rompedor; un cura vestido de lagarterana que aspira a ser una película con monstruo pero sin presupuesto. ¡Eso sí que es una paradoja! Perdonen la esquizofrenia de esta crítica. Volvemos a empezar. Uno se espera una nueva versión de Distrito 9 o Monstruoso y acaba encontrándose con... un dejà vu, copia indie y pedante de todas las invasiones, colonizaciones y catástrofes terrenales e interestelares que nos ha brindado el último cine norteamericano. Percátense que el final de la cinta nos remite al principio, todo al más puro estilo REC: la grabación de una cámara de video sentenciando el destino de los dos personajes. ¿Será porque Monsters también esconde, otra vez de forma nada casual, la posibilidad de una secuela, precuela o versión futura? Estafa y topicazo.


Nota: 4

martes, 12 de abril de 2011

Un héroe atípico: Crítica de BRUC: EL DESAFÍO

Bruc: el desafío es una película de aventuras en el sentido más clásico del término. Más que contarnos quién fue el 'timbaler del Bruc', la cinta prefiere tomar el referente histórico y transformarlo en un superhéroe con mucha fuerza pero con poca enjundia (en otras palabras: sin ninguna complejidad emocional que aporte brío a su gesta). De esta forma, Bruc va acorralando a las tropas de Napoleón en las montañas de Montserrat para poner en jaque a los asesinos de sus padres y a los secuestradores de su prometida. La jugada tiene especial gracia para el público catalán, que tendrá la oportunidad de ver una coproducción multilingüe situada en un lugar emblemático, parte privilegiada de nuestra geografía y todo un símbolo de nuestra historia. La anécdota acaba aquí: aunque Ballesta, que cierra su particular 'anus ruralis' tras encarnar la versión adulta del protagonista de Entrelobos, preste todo su sudor a la causa, la película acaba por adolecer de falta de interés, más allá del clásico juego del gato y el ratón. Uno desearía más contenido y más metraje, incluso que la escena-flashback de la Batalla del Bruc fuera algo más que la versión mala de un Resident Evil ibérico. Es aquí cuando se intuye la personalidad del director Daniel Benmayor, autor de la muy inocua Paintball que, visto su interés por rodar Hitman 2, no tiene ninguna intención de seguir 'el buen camino' del buen cine. En Bruc, sin ser algo escandaloso, se nota un trabajado aspecto visual en detrimento de una historia más compacta. La revelación que esconde Bruc es que su director batalla en el bando de los malos, algo que, por muchas piruetas que dé el joven carbonero, es difícil de obviar. Película familiar y correcta que hubiera podido ser mucho más.


Nota: 5'5

lunes, 11 de abril de 2011

Obras a reivindicar: A L'ORIGINE (CRÓNICA DE UNA MENTIRA, IN THE BEGINNING) (2009)

CRÓNICA DE UNA ESTAFA
Un estafador de poca monta llega a una zona francesa acuciada por la crisis. Hace dos años, la construcción de lo que debía ser una carretera que conectara la zona con el resto del país se paralizó al encontrar en las inmediaciones de las obras colonias de escarabajos. Las asociaciones animalistas lograron paralizar el proyecto, y desde ese momento la alcaldesa del pueblo y sus conciudadanos, bares, hoteles y demás, tuvieron que apretarse el cinturón con resignación. Pero la llegada de nuestro ladrón lo cambiará todo. Especialista en engañar a particulares y empresas, el caco que interpreta François Cluzet, casi sin querer, será el encargado de reactivar las obras de esa autopista metafórica: es, simbólicamente, el camino hacia el progreso y, de forma trágica e irónica, el asfalto no lleva a ningún sitio, no une ningún punto geográfico con otro. Porque todo es una mentira, porque esta es la jugarreta más grande en la que se ha visto inmerso un ladrón anónimo reconvertido en héroe local. La crónica de la estafa de toda una región que compitió en Cannes 2009 y recibió 11 nominaciones a los premios César, venciendo en la categoría de actriz de reparto (estupenda Emmanuelle Devos). Además, la premisa en la que se basa esta estupenda película es real. Para más señas. Para más inri.

Gérard Depardieu, secundario de lujo
 A l'origine, no estrenada en España y recién aterrizada en países como Argentina, tiene muchos atractivos. Cuenta la vulnerabilidad de la gente en tiempos de crisis, cómo nos agarramos a un clavo ardiendo cuando los tiempos no son buenos. El personaje de ese estafador no se distancia demasiado de la figura de un político en la convulsa Europa del S. XXI: lo que ofrece a la ciudadanía, más que la autopista en sí misma, es esperanza en forma de trabajo (los políticos hablan mucho pero no dicen nada: esa es la estrategia del protagonista, al que odiamos por su descaro y con el que simpatizamos por su fragilidad). Estamos, por lo tanto, ante una película social que retrata las debilidades de aquellos ojos que, ante la necesidad, no ven lo evidente. Y como el hambre agudiza el ingenio, el engaño no sigue en ningún momento el esquema esperado. A l'origine es también un thriller sumamente realista y la historia de un personaje ambiguo: desconocemos su pasado y puede ser un mero sinvergüenza, un hombre con morro y gran capacidad manipuladora, un tarado mental, o un ególatra irredento que toma la construcción de la vía como un reto personal. El proyecto. Su proyecto. Y la última escena, una de las más impactantes que nos ha dado el cine francés reciente, lo demuestra (cuidado con el spoiler): el protagonista se sube a los andamios, coge la bandera con el símbolo de la falsa empresa que creó (o hizo creer, o quiso crear) y corre por su carretera a sabiendas de que la policía le espera al final de la lengua de asfalto. Él alza esa bandera como el colonizador que pone sus huellas en tierra nueva. Este último plano nos recuerda que, además de sus trepidantes formas del cine de mafiosos, A l'origine es un film político que analiza las telarañas (entresijos, mecanismos, oscuridades) del engaño, una mentira que nos remite a nuestra vida cotidiana (las pequeñas cosas que escondemos y que pueden tener consecuencias incontrolables) y a la vida de todos nosotros (aquí se estafa a toda una sociedad, y de paso salen a relucir las miserias de todos los implicados).

Emmanuelle Devos ganó su segundo Cesar por interpretar a una alcaldesa en apuros
A l'origine no es una película que explota. Dura 130 minutos, y el director filma el zenit y la bajada a los infiernos de su personaje con calma. La película es un nuevo ejemplo de que en el cine un buen guión puede a cualquier efecto especial. A l'origine acaba demostrando un pulso narrativo encomiable, comprometido y consciente de las dimensiones de la historia. Es, pues, una demostración admirable de 'cine basado en una historia real'. La demostración de que el cine francés de hoy tiene más recovecos noir fuera del cine de Jacques Audiard (recordemos que El profeta fue la gran vencedora en los César de ese año). Ahora que se avecinan elecciones en España, alguien debería estrenarla (sí, este blog sigue quejándose, más bien reivindicando todo lo excelente que no llega a las salas). Seguro que la ciudadanía abriría los ojos tras tanta corrupción en Marbella y alrededores. Una película necesaria, de rabiosa actualidad.

El protagonista es el no demasiado conocido François Cluzet (El adversario, París)

 Nota: 8

domingo, 10 de abril de 2011

CUANDO SE ESTRENA POCO, TARDE Y MAL

Estrenos del 2011 en la cartelera española
El otro día una amiga me comentó algo que resultó totalmente inspirador. Se quejaba de que el sistema de estrenos en las salas está descompensado. Asegura que no puede ir al cine en enero porque en ese mes tiene exámenes, con lo que se pierde casi todas las películas de la temporada de premios. Sí tiene tiempo de ir al cine en verano, pero cuando el calor aumenta el buen cine se esconde, agacha la cabeza, y mi amiga se queda sin buenas propuestas en cartel. ¿Qué le decimos? Ella comentaba que la temporada de premios, nacional e internacional, debería ser más larga, pero eso no tiene ningún sentido: si se trata de valorar lo mejor de un año, poco valor tienen unos premios que se entregan a mitades del año posterior (eso es lo que hacen en Italia con sus David de Donatello, y quizás por eso a nadie le interesan esos galardones). Con ello los premios perderían todo su atractivo y su función promocional y de referente cultural. Pero sí es verdad que en abril no hay nada que llevarse a la boca, y que los anteriores meses fueron un goteo constante de grandes estrenos. Aunque no todo lo bueno se premia, ni todo lo que se premia es bueno. Por eso simpatizo con mi compañera al ver que las francesas Mademoiselle Chambon, Potiche y El último verano se han estrenado en España la misma semana, todas, en pack. Algo incomprensible. Entre las tres suman 5 nominaciones a los César. ¿No creen que es una indecencia? ¿Qué sucedería si en Francia se estrenaran el mismo viernes También la lluvia, Pa Negre y Balada triste de trompeta, nuestras películas insignia de la temporada? ¿Por qué se han estrenado al unísono Sin límites, Soy el número cuatro, Furia ciega y La legión del águila, las cuatro (¡cuatro!) con un target similar, con una propuesta de acción similar y parejas posibilidades de triunfar en taquilla? Luego se preguntarán por qué todas han cosechado cifras mediocres. Si En un mundo mejor y La vida de los peces lograron una buena entrada en el ranking es porque en su semana sólo se estrenaban dos películas más (la competencia, por lo tanto, era poca). Vaya, que se estrena poco, tarde y mal. Y algunos productores y distribuidores parecen contentos viendo cómo el enemigo está en casa, cómo se tiran piedras a sus mismos tejados. No me extraña que mi amiga opte por las descargas. Será ilegal, pero también lo más sensato mientras nadie ponga orden al tráfico de estrenos.

En un mundo mejor e Incendies: pequeños grandes éxitos de taquilla
El otro día leía la reseña de un crítico de cine: 'el problema es que somos muy pocos los que vemos más de 100 películas de estreno al año'. ¡Cuánta razón! El espectador medio va al cine y visiona lo que le echen. Si la mayoría de los mortales va a ver una película en concreto o decide qué ver delante mismo de la taquilla, ¿cómo podemos pedir a ese conjunto que se rebele contra esta sinrazón de estrenos? Quienes deciden lo que estrena no sólo no tienen en cuenta el factor artístico, ya que también fracasan en lo económico. Eso explica, aunque sólo sea en parte, la siempre irregular situación del cine español. Si somos un país pequeño, si sabemos lo que se está rodando, se ha rodado y se rodará, ¿por qué no diseñar un calendario de estrenos coherente (en la medida de lo posible), de forma que nadie compita contra nadie y que el público fiel a nuestro cine (que lo hay, aunque a muchos les pese o digan lo contrario) tenga motivos para asistir a las salas de forma constante pero sin 'overbookings'? Quien sea, no sé si los señores de la Academia o los de las productoras/distribuidoras (o aún mejor: todos juntos), deberían por una parte respetar el público y por otra organizar estrenos que no sean ni técnicos ni suicidos bancarios. Eso es lo que hacen las televisiones generalistas al diseñar sus parrillas, ¿no? ¿Cómo se quiere aspirar a que ¿Para qué sirve un oso? sea un éxito de taquilla si el seguidor de las comedias nacionales se ha quedado sin blanca y contento tras Torrente 4? Lo peor de todo es que las cifras de ¿Para qué sirve un oso? no son ni muy buenas ni muy malas (algo más de 400 mil euros de recaudación en 3 días). Hasta el más ciego es capaz de percatarse que, más que malas o buenas cintas, hay mejores y peores semanas para estrenar una película. Lo mismo explica que Mademoiselle Chambon y El último verano hayan recaudado lo mismo con un número de copias idéntico y los mismos días en cartel.

8 i mig (Ocines Tarragona): ejemplo de cómo programar VOSE fuera de Barcelona
Nueva noticia para la reflexión: los Cines Alexandra Kaplan de Barcelona, fieles a la versión original, cierran sus puertas. Son malos tiempos para el cine en general y el subtitulado en especial. Aunque no viva en una capital de provincia de las dimensiones de Barcelona (y por lo tanto, con su oferta cultural), sólo hace falta seguir la rutina de estrenos y los datos de taquilla para darse cuenta de que hay películas que sólo deberían lanzarse con pocas copias y en centros urbanos determinados. Y aquí es el propio bloggero el que se está hiriendo de muerte a sí mismo. Pero inspira lástima, por no decir ternura, el responsable del cineclub de turno que intenta levantar un proyecto para defender el buen cine y luego no consigue que las cuentas cuadren. ¡Ah! Y muchos programadores de esos cineclubs no pueden acceder a determinadas copias de determinadas películas porque las distribuidoras, enemistadas entre ellas, no quieren que una película esté al mismo tiempo en las salas comerciales y en los cineclubs minoritarios. Por lo tanto, cuando el esforzado organizador ha conseguido los rollos de la película deseada, su audiencia potencial ya se ha descargado la película. Y ojo: si la ha descargado con buena calidad es porque esas películas llegaron ya con sumo retraso en las salas ordinarias, y entonces resulta muy fácil mezclar imágenes de dvds de otros países con subtítulos caseros o audio en español (este sí, registrado a escondidas en el cine). La crisis del cine, pues, además de externa, es interna: el cinéfilo se siente desamparado, y el mero visionador de películas también. La burocracia nos aplasta, como al protagonista de Buried. Un dato para acabar: respecto 2000, en 2010 se estrenaron un 10% menos de películas. Ya adivinarán qué cintas son las que no han llegado a España, de las que se ha decidido prescindir sin consultar a nadie. Lo dicho: poco, tarde y mal. Y aún irá a peor.

sábado, 9 de abril de 2011

Mujeres al poder: Crítica de MADE IN DAGENHAM

En 1968, las 187 mujeres que trabajaban en la fábrica londinense de la compañía automobilística Ford organizaron una de las huelgas más largas y sonadas de la historia de Gran Bretaña. Esas mujeres, que se dedicaban a coser los acabados de los coches en plena bonanza económica, pedían un aumento de sueldo, unas nóminas iguales a las de sus compañeros masculinos (la mayoría). Nigel Cole, que en su día dirigió otro canto a la feminidad y a la libertad en Las chicas del calendario, nos cuenta esa lucha que incluso puso en jaque al gobierno inglés y a los altos cargos de la Ford. Ya pueden imaginar que la cara más visible de la revuelta es Sally Hawkins, una actriz excelente que nos brinda de nuevo una interpretación con pulso, siendo lo mejor de la cinta. Se la tuvo en cuenta para los Oscar, y no es de extrañar, aunque si no logró la candidatura es, precisamente, por todo aquello que hace su trabajo tan especial: aun sin tener escenas en las que lucirse, debido a la naturaleza coral del film, Hawkins se impone con su naturalidad dando vida a una inglesa más, residente en un barrio obrero gris y con una vida poco alentadora. El director encuentra una ambientación exquisita y un reparto de mujeres acorde con el buenrollismo y el mensaje esperanzador de la historia. Aunque el guión olvida que la lucha de la mujer proletaria sigue siendo un problema hoy en día: más que establecer un puente entre la situación actual y el episodio narrado, la película prefiere terminar con los testimonios de las verdaderas mujeres que protagonizaron el hito obrero más importante de los 60. Aquí se desvelan las intenciones del film. Made in Dagenham es, por lo tanto, un ejercicio de nostalgia british muy bien ejecutado y diseñado para ser un producto familiar y una película good feeling. Las mujeres de Dagenham lucharon hasta el final y no será este post quien desvele si lograron o no su objetivo. La cuestión es otra: su consigna es tan actual y el tema es a todas bruces tan recurrente que uno hubiera deseado una película más ácida que dulce, más incisiva que indulgente. De todas formas, la relación es tan obvia que cualquier espectador moderno sacará a colación la sangría de empleos y la falta de escrúpulos que se esconde tras nuestra crisis, tanto de valores como de millones. Queda, eso sí, unas dos horas de cine alegre... algo perfecto en tiempos de vacas flacas, ¿no creen?


Nota: 7

viernes, 8 de abril de 2011

Cine en mayúsculas: Crítica de MADEMOISELLE CHAMBON

Se dice que no hay buenos actores sino buenas historias. Y aunque es verdad, el cine es algo más que una historia. Es saber contar algo de una manera determinada, y que entre la forma y el contenido la magia eclosione y una palabra, un plano, un gesto o una mirada sea un elemento mayor, todo un mundo, algo más que una palabra, un plano, un gesto o una mirada. Me remito a esa parte invisible, la más difícil de analizar como bloggero, la más difícil de describir como espectador, para hablar de Mademoiselle Chambon, una película en la que suceden y se dicen muy pocas cosas, y que aún así consigue una atmósfera de dolor, amor y contención increibles. Más que ser un film mudo, es una cinta de tono salmódico (que no lento), una descripción de lo cotidiano (pero no banal). En contraposición a ese cine francés dialogado, reivindicativo y teatral de los clásicos de la Nouvelle Vague (ahora el país galo tiene ejemplos de sabia tradición con los libretos de Agnès Jaoui), Mademoiselle Chambon es un cine poético que puede desgarrarnos por dentro o dejarnos totalmente aburridos durante hora y media. He aquí la grandeza de esas películas que, sin saber por qué, te reconcilian con la verdadera naturaleza del cine. Porque esta historia de empatía, comprensión, compasión y necesidad entre un obrero y una maestra de escuela es de lo más bello que hemos tenido en cartel en mucho tiempo. Una película que, si se logra conectar con ella, se vive con misterio y al final con tensión. El cuento de dos almas perdidas que el año en el que Un profeta acaparó todos los piropos ganó el César al mejor guión adaptado. Una joya que, de nuevo, se ha estrenado tarde y mal en nuestro país. Una pena: tras esa Mademoiselle Chambon se esconde el alma inquieta de una película doliente, un prodigio narrativo. Dan ganas de leer la novela que inspiró la película. Y, sobre todo, escuchar la pieza de violín que Véronique Chambon toca para apaciguar sus heridas y las de Jean. Para los que reparan en lo que se intuye y no se dice. Para los que crean que el cine hay que vivirlo y no verlo. Para los lúcidos que sepan que lo complejo nace de lo pequeño.


Nota: 8

jueves, 7 de abril de 2011

CINE: SOBRE PROMOCIONES TRAMPOSAS


 Desde siempre, pero ahora más que nunca, a los carteles y afiches de toda película se le añaden pequeñas notas promocionales. Unas son frases promocionales. Otros son logos o insignias. La cuestión es que el público se sienta atraido por la película y que en el mejor de los casos pague por ver el film en la pantalla grande. Se trata de llamar la atención de espectadores, viandantes y demás público potencial. Aunque el fin no justifica los medios. Y hay estrategias, no sé si mercantiles o promocionales, que vienen acompañadas de cierto descaro.


Cuando me preguntan '¿qué función tienen los premios o los festivales?' mi respuesta es rápida: dar a conocer películas interesantes, de nacionalidades y estilos diversos, que sin el prestigio de un galardón importante difícilmente lograrían promoción. ¿Cuántas películas se han rodado y no han llegado a ver la luz en las salas comerciales? No queremos ni pensarlo. Pero también las hay que, aun estando en festivales y en la carrera del premio que queramos poner de ejemplo, no llegan a conocer la popularidad. Porque el cine es, lo queramos o no, una competición en la que a veces hay más oferta que demanda. Se necesitan unos embudos o filtros. Y es aquí cuando los premios tienen todo el sentido del mundo: sirven de referencia, da entidad e identidad a las personas que los promueven (sin ir más lejos, los Goya cohesionan el aparatoso aparato del cine español). Los premios tienen su parte frívola y no es bueno entender el gremio del cine como un submundo de ganadores y vencidos, alfombras rojas y anécdotas de los rodajes. La cinefilia parece encaminada por esa peligrosa vía, y si la dudan sólo hace falta ver los desechables extras, por intrascendentes y poco cinematográficos, que incluyen los dvds de las películas de éxito. En el momento que una Palma de oro, un León de oro o demás no sea un reclamo para que el productor financie la película, el distribuidor se interese por proyectarla y el espectador pague por verla, más valdrá que cerremos el chiringuito.


Cuando esos premios se utilizan como medio de promoción, la jugada admite pocas dudas. Y cuantos más logos tenga el cartel, mejor será la película que haya detrás de la imagen promocional. Tanto tienes, tanto vales. Pero muchas estrategias invitan a engaño. Con las promociones de las películas sucede como en los currículums: hay más paja de la que debiera. Uno apunta los cursos de formación que ha hecho, tal vez los años de estudio de una lengua extranjera, y eso no admite duda; de igual forma, las películas apuntan todos los festivales que pisan, aunque hayan pasado el examen con una media de cinco. Pero en los currículums hay el ansia de mostrar más, engrandecer hasta desvirtuar nuestras aptitudes. Siempre pondremos en el papel un nivel de inglés superior al que realmente se tiene. Con los carteles de las películas sucede un caso análogo. Pero el público, que desconoce la maniobra, y que incluso ignora los festivales o premios a los que se está haciendo referencia, se deja llevar por la mera acumulación de acreditaciones. 


Al final se trata de que el público relacione una película con otra, o más bien un producto con otro, y traspase a la cinta anunciada las bondades que inspira el referente citado. En el cartel de Carne de neón y Secuestrados, dos títulos españoles del 2011, podemos leer 'de los productores de Celda 211'. Ello nos lleva a reflexionar varias cosas. Celda 211 no guarda ninguna relación con esos títulos. Sí, las ha pagado la misma persona, pero eso no es garantía de nada. Secuestrados también se define como 'la nueva Buried', declaraciones tomadas de un crítico especializado: la nota ya me parece más idónea. Y al final vemos el logo de los premios conseguidos en el Festival de Sitges: eso sí que nos merece toda fiabilidad. Al espectador se le engaña constantemente: Matt Damon se lo promociona como ganador del Oscar en Destino Oculto, que llegó a las salas hace unas semanas. Pero Damon tiene el Oscar como guionista, no como actor (algo que, seguro, el espectador de a pie desconoce). Pero a Emily Blunt, su compañera en el film, no se la realza como nominada al Globo de oro. La cosa chirría. En Los ojos de Julia, el cartel rezaba 'Guillermo del Toro presenta': relacionamos la película con el realizador de El laberinto del fauno. Pero luego anuncia 'de los productores de El orfanato'... ¿no sería más sensato reafirmar la evidencia de que la cinta de Bayona y la de Morales comparten la misma actriz, Belén Rueda, encima excelente intérprete?


 En la otra cara de la moneda están aquellas películas que, directamente, no pueden promocionarse. Se estrenan demasiadas películas cada semana, y cada semana hay damnificadas. Seguimos con el cine español: los responsables de Ispansi (¡Españoles!) han asegurado que 'no se han podido promocionar'. Y cuando no hay espacio para tu película en televisiones, radios y periódicos, poco importan los logos del cartel. En contraposición, Torrente 4 triunfa con una campaña promocional curiosa, viral, intensa, machacona: de camisetas publicitarias a intervenciones televisivas. Y el argumento no sirve para atacar la cinta de Santiago Segura: en nuestro país, pocos quieren quitarse los anillos e ir a los programas de la cadena televisiva de turno. Pero una película no se promociona sola: aunque hablemos de cine español y en España, el patrón norteamericano debe ser el ideal (o sea, que el gasto en promoción iguale o supere los gastos de producción y rodaje: hay que hacer películas más baratas y publicitarlas más).


Otra cosa más. En los Goya existe la categoría de 'diseño de producción'. Se valora a la persona que coreografía el rodaje, el que decide cuántas tomas pueden rodarse en exteriores o interiores, en ese u otro decorado, porque se dispone de equis cantidad de dinero. ¿No sería mejor premiar a los dibujantes que diseñan los carteles promocionales de las películas? Nadie duda que los posters son elementos esenciales de la película: son su presentación y su resumen. Juegan un papel importantísimo: el mismo cartel no sirve para todos los países, y un mal cartel puede ser sinónimo de mala recaudación en taquilla. Hasta en eso la lógica del cine es tramposa.

martes, 5 de abril de 2011

Je t'aime, Catherine Deneuve: POTICHE (MUJERES AL PODER) y LA CHICA DEL TREN

Quien empezara su carrera con Los paraguas de Cherburgo, ahora dirige una fábrica de paraguas en la nueva película de François Ozon, adaptación de una obra de teatro de éxito. ¿Azar? No, porque Ozon, cinéfilo y luego excelente director de mujeres, ha diseñado Potiche, su película más amable hasta la fecha, como un homenaje a la actriz francesa, y decimos homenaje y no vehículo de lucimiento porque Deneuve, consciente de su aureola, de su belleza, de esos 67 años que parecen muchos menos, nos regala imágenes kitch con sus mohines simpáticos, sus vestiditos demodé y sus paseos mañaneros en chándal. A su manera logra una gran interpretación, pero con su presencia nos basta (los secundarios que lucen a todo technicolor son Fabrice Luchini, marido hipocondríaco, y la secretaria coqueta Karin Viard). También a Ozon, que esta vez ha diseñado un Mad Men feminista, muy teatral, con colores chillones, tonos pastel y mucha pluma. Esta 'mujer florero' tiene su gracia básicamente por su excelente reparto (destaca el tándem Deneuve-Depardieu, que a lo largo de tantas décadas han sido compañeros en sinfín de películas). 4 nominaciones a los César y una festiva proyección en Venecia demuestran que el público ha entendido la broma: Potiche es un ejercicio nostálgico, entretenimiento para mujeres jubiladas que van al cine con las amigas o para frikis del cine francés más extravagante (a este blog habría que incluirlo en este grupo). Con esta película Ozon sigue la senda de 8 mujeres, su título más exitoso (en ese caso, también adaptaba una pieza teatral), demostrando que sólo le va como anillo al dedo la condición de 'Almodóvar francés' cuando se basa en materiales ya existentes, un dato a tener en cuenta para los que analizan la filmografía de Ozon como un todo soso e inconexo. Pero la esencia es Deneuve, actriz, diva y mito, que en su paso por Madrid quiso fumar en la rueda de prensa de la película a sabiendas de nuestra ley. Incluso servidor, que está totalmente en contra de los malos humos, le hubiera acercado un mechero... Pues eso, Potiche es un festival de lo frívolo, mema y adorable.


Nota: 7


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La chica del tren es el nuevo proyecto de André Téchiné, un viejo zorro del cine francés, autor de la generacional Los juncos salvajes y descubridor, al menos el impulsor más importante de la carrera de actrices galas como Juliette Binoche, Elodie Bouchez, Emmanuelle Béart o Sandrine Bonnaire. Para su nuevo proyecto, rescata Émilie Dequenne, para siempre la Rosetta dardeniana, y Catherine Deneuve, símbolo de un país y una generación de actrices (fuera de la pantalla) y madres (en la ficción). En La chica del tren está presente ese poso del artista firme que ya lleva cuatro décadas en el ruedo. Aún así, hay algo en la historia que propone Téchiné que se nos escapa. Como si la película guardase algún secreto, como si el espectador esperase atento alguna revelación que nunca llega. La chica del tren es, por ello, misteriosa, porque su corazón dramático (el racismo y el ataque a la comunidad judía francesa) va cocinándose a fuego lento para, al final, no eclosionar. ¿Qué queda? Una descripción de los suburbios parisinos, de personajes al margen, de vidas con un pasado complejísimo que forman nuestro no tan simple presente. Un film dramático, político y también con sus señas de thriller. Aunque se hubiera podido contar más y de otra manera. Al menos sirve para que el cinéfilo sea consciente de que Téchiné es un director a reivindicar y a rescatar. Seguro que en su larga filmografía hay obras mejores.


Nota: 6'5

lunes, 4 de abril de 2011

Bizarro apocalipsis: LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL MUNDO

A tota la tropa del 8 i mig. Feliç aniversari!

Hechos como la tragedia de Japón nos han recordado que el fin del mundo nunca será como lo dibujan las grandes superproducciones hollywoodienses. El tiempo del lobo tiene el logro de ser la única película de la pasada década que, partiendo de un género típicamente norteamericano como el cine de catástrofes, conseguía un drama oscuro que también era un thriller misterioso, una película despojada de cualquier escenografía elaborada y con el estilo atractivo y siempre frío de Michael Haneke. Monstruoso añadió el extra de la cámara en mano, aunque llegó un tanto más tarde que Rec, suficiente para quedarse desfasada: proponía un cine de entretenimiento que, aun no siendo caduco, ya había vivido muestras similares que desacreditaban, aunque solo fuera en parte, el mensaje y la efectibidad de la película (luego llegarían Distrito 9 o Monsters). Los últimos días del mundo suma en esta lista de cataclismos, enfermedades contagiosas, fugas nucleares y caos generalizado. Y añade otro plus: aun situando la historia en la Francia y la España contemporánea, rompe con la lógica narrativa que se podía esperar de una película europea. Surrealista, de unos 130 minutos inabarcables y difíciles de digerir, el film quiere ser la versión desenfadada, la tira cómica que casi nunca ha aparecido en un género tan dado a la trascendencia. Todo importa bastante poco cuando el mundo parece derrumbarse, y los personajes del film sirven como una versión redimida, desmelenada y deslenguada de todos los Robinson Crusoe, literarios y cinematográficos, obligados a sobrevivir en terreno hostil. Sin duda, la cinta necesita de la obsoluta entrega y complicidad del espectador: hay que ser receptivo y entender la película como un juego, una sucesión de sorpresas y despropósitos en la que todo y todos compiten para protagonizar el absurdo más grande, el despropósito más divertido. Al final no hay que ser demasiado cinéfilo para disfrutar de este cómic, un atentado contra la lógica (también espacial: Bilbao y Tarragona en la ficción parecen separadas por escasos kilómetros) que en su último cuarto de hora me recuerda a un Eyes wide shut desenfadado, un jardín mórbido de las delicias mezcla de Greenaway y La gran bouffe. El personaje de Catherine Frot, en el epicentro de unos San fermines imposibles, asegura que Bilbao es una ciudad muy extraña. Tiene sentido, o tal vez no: de la misma manera, Los últimos días del mundo es la película más extraña, por inclasificable, por ecléctica, por ser más excesiva que precisa, de todo el 2010.


HOMENAJE A UN ACTOR

Los últimos días del mundo es la excusa perfecta para volver a disfrutar de Mathieu Amalric, un actor excelente y uno de los rostros clave del último cine francés y europeo. Amalric, menudo y de físico bastante ordinario, encarna al europeo medio, de vida más o menos convencional. Y aun así, la magia que desprende le lleva a interpretar el seductor, el gigoló, el loco. Pocos artistas son tan eficaces y versátiles como él, y parece que la cinefilia, sobre todo la bloggera, más dada a promocionar el cine norteamericano, se olvida con demasiada frecuencia del valor de un gran actor. En La escafandra y la mariposa sus ojos lo eran todo, una mirada 'de sapo' que puede ser atractiva o el signo de una esquizofrenia. Es actor fetiche de Arnaud Desplechin y se mueve como pez en el agua en las fastuosas películas del genio francés (todo sea dicho, con repartos igual de enormes). Ha trabajado con los mejores: Assayas, Miller, Téchine y Resnais. Popular en su país de origen por hits como las dos partes de Mesrine o Chanson d'Amour. Ha sabido escoger bien sus deserciones más comerciales: su malo de Quantum of Solance o su prestancia en Adele y el misterio de la momia nunca traicionaron sus capacidades interpretativas y 'payasescas'. Aún queda mucho que ver de Amalric, presente y futuro, porque muchas de sus películas siguen inéditas en nuestro país: eliminaría cualquier intrascendencia de comedia o terror que pueblan como termitas la carteleras a favor de, por ejemplo, el Visage de Tsai Ming-Liang, la tan aplaudida Michou d'Auber o esa película de título tan sugestivo como es Comment je me suis disputé... ma vie sexuelle. Y encima dirige: Tournée le ha valido la Palma de oro al mejor director y siete nominaciones a los César locales. En Los últimos días del mundo, Amalric vuelve a poner en su coctelera drama y comedia: es el marido infiel, posteriormente despechado, un manipulador y un pelele cuyas amantes van muriendo a medida que avanza el cuento. Con verle basta.


 Nota: 8

domingo, 3 de abril de 2011

Una historia entrañable: Crítica de THE GOOD HEART

Lucas vive en la calle, entre cartones. Justo después de intentar suicidarse conoce a Jacques, y todo cambiará. Este es el inicio de The good heart, una fábula marciana que entusiasmará a los amantes de las películas alegres, pequeñas y desconocidas. The good heart pasó veloz por la cartelera española como tantas otras y muchos no tuvimos tiempo de centrar nuestra atención en una película de atractivo oculto. Paul Dano, quien fuera reverendo aterrador en la no menos terrorífica Pozos de ambición, y Brian Cox brindan dos interpretaciones excelentes: Dano como ingenuo, Cox como salvaje tabernero. A ratos es una comedia bizarra y elegante. Otros momentos resultan un tanto alicaídos. Y el drástico giro final admite discusión. Cine de buenas intenciones y resultados bastante interesantes. Ahora solo hace falta que la película salga de la oscuridad de ese bar perdido que une al dúo Dano-Cox y que algún lector se digne a rescatarla. No es nada del otro mundo, pero es una forma interesante de acercarse a ese otro cine (la película es islandesa y hablada en inglés) que muy pocas veces llega a las salas comerciales (y que, estoy seguro, gustaría y mucho a todo tipo de públicos). Nota: 6

sábado, 2 de abril de 2011

SOBRE EL POLÉMICO OSCAR DE NATALIE PORTMAN

SOMBRAS, O EL CISNE NEGRO
Revisando los estantes del Mediamarkt, me encuentro con el dvd de Zona Libre, de Amos Gitai. Precio: 4 euros. Me decido a comprarla: en su paso por las salas se me escapó. Reviso mejor la portada y leo en lo alto del póster: 'con Natalie Portman, nominada a los Oscar 2011'. Lo que me lleva a varias conclusiones: la primera, que el dvd se trata de una reedición aprovechando el tirón mediático de la actriz; la segunda, que la edición se realizó antes de que la actriz ganara la estatuilla, ya que el sello de 'ganadora del Oscar' pesa mucho más; la tercera, que el distintivo sólo sirve para atraer nuevos compradores, ya que las 'filmografías destacadas' del dvd no especifican el Cisne Negro de la actriz ni tan siquiera sus trabajos de los últimos años; la cuarta, que el método para vender dvds es anticinematográfico, porque no se destaca el premio que ganó la cinta en Cannes, la interpretación de Carmen Maura o la presencia en el reparto de Hiam Abbas, símbolo del cine independiente; y la quinta, la evidencia de que, verdaderamente, un Oscar sirve para revalorizar la carrera de una actriz, en este caso todos los trabajos posteriores de la Portman. Y he aquí el peligro: me imagino a un cinéfilo recién llegado viendo Mr. Magorium y su tienda mágica o Las hermanas Bolena, asombrado, preguntándose por qué Portman venció a Benning, de carrera más sólida, con películas en su haber más, digamos, irreprochables. Que el público e incluso la crítica tiene muy poca memoria se demuestra también al leer las reseñas de Sin compromiso: como el hecho de que una actriz con Oscar estrene dos meses después de la ceremonia una película intrascendente resulta un tanto chocante, los expertos añaden en sus escritos muletillas con aspiraciones a eufemismos (que si la Portman es lo mejor de la cinta, que si sabe esquivar la ñoñería del argumento, que si esto y que si lo otro). Y ahora nos llegan como balas de una metralleta sin control Thor, El amor y otras cosas imposibles y Caballeros, princesas y otras bestias, otros títulos impropios de una actriz oscarizada (que, si me lo permiten, ni están ni se les espera en mi lista de visionados futuros). Eso antes, durante y después de que Portman, hace un año bastante apartada del círculo (perdón, circo) mediático, sea pasto de la prensa del corazón por su embarazo y futuro bebé. Lo mismo les sucedió a los futbolistas de nuestra selección: el lector ya sabrá establecer la relación. ¿En qué situación deja todo ello a Natalie Portman, una de las actrices más queridas por la comunidad bloggera (cojo de fuente sus votos en el concurso La actriz de la década)?


LUCES, O EL CISNE BLANCO
Ojo, esto no es una crítica a Natalie Portman: su primera aparición en León, el profesional, sigue estando al alcance de pocas, como su calva en V de Vendetta o sus secundarias en Closer, Algo en común y My blueberry nights. Es, y de eso no hay duda, una gran actriz, y no se me ocurre otra intérprete u otra película mejor para nominar en los premios del blog. Tampoco se le pueden reprochar sus títulos comerciales: esto del cine es un oficio y un negocio, y la actriz tiene que comer, como el común de actores y espectadores (y no todos pueden seguir el 'método Clooney', o lo que es lo mismo, protagonizar de forma alterna películas más masivas para salvar la cuenta corriente con otras más pequeñas que son las que al final le aportan a uno prestigio como actor). Si todos los actores tuvieran que rendir cuentas a la Academia de sus proyectos, la mayoría tendrían que estar haciendo cola en el Kodak Theatre para devolver el hombrecillo de oro. Al fin y al cabo, su premio es estricta y solamente por la película de Aronofsky (para valorar carreras o filmografías ya está el Oscar honorífico). Fríamente, la saga de Star Wars no es, ni de lejos, una de las peores maneras de introducirse en el cine palomitero. Y tampoco damos credibilidad a las voces que ponen en duda el trabajo de Portman en Cisne Negro: independientemente de que la actriz baile más o menos, de que su doble de cuerpo haya trabajado más o menos, Portman me emociona en las distancias pocas y en las escenas menos espectaculares, a su manera más intensas (la llamada de teléfono en el lavabo, capaz de erizarnos la piel; su expresión desencajada cada vez que se encuentra con la bailarina malograda que da vida, irónicamente, Winona Ryder; o cualquiera de los episodios más explícitos, masturbación y relación lésbica incluidas). Pero hay comentarios que no se pueden admitir, como leer que 'Portman estaba excelente en Cold Mountain', cuando ni tan siquiera la recordamos en esa película (otra cosa sería hablar de Zellweger). Hace un año, cuando Sandra Bullock (caso más radical) se llevó el gato al agua, a nadie se le ocurrió reivindicar la carrera de la actriz, tal vez por vergüenza. Vaya: que el esplendor de las lentejuelas, a veces, nos hace olvidar que el vestido es, en realidad, tirando a feo. Amamos a Natalie Portman, sí, pero objetivamente, en su justa medida. Como a Bullock. Como a otras tantas que centrarán otras tantas polémicas.