Cartel del Festival de Sitges 2014. |
El Festival de Sitges ha inaugurado hoy su edición número 47 con los alicientes clásicos del certamen: largas colas, mucho entusiasmo por parte de los asistentes, constantes aplausos dentro de las salas y muchas ganas de tomar la temperatura al cine fantástico y de terror de reciente factura. Como ya hizo el festival con El orfanato, Los ojos de Julia, El cuerpo y Grand Piano, el título encargado de dar el pistoletazo de salida a todas las sesiones sitgenses ha sido una obra española, Rec 4: Apocalipsis, film de Jaume Balagueró que cierra la que es la saga local más conocida, internacional y rentable de todos los tiempos. Pero hay mucha vida (y muerte, y muertos vivientos) en Sitges más allá de las nuevas peripecias de la reportera Ángela Vidal: The Babadook, por ejemplo, ha destacado de forma unánime como el mejor film del día. De todo lo que acontezca en la ciudad catalana estos días os daremos nutrida cuenta en las crónicas del blog. ¡Arrancamos!
REC 4, de Jaume Balagueró (España, 2014). Estreno en cines el 31 de octubre. Film inaugural. |
Balagueró siempre juega en casa cuando estrena en Sitges, y con la cuarta entrega de su producto estrella la tónica se ha repetido. Rec 4: Apocalipsis, al igual que las anteriores cintas de la saga, demuestra una capacidad de inventiva y reinvención más que notable. En esta ocasión el guion nos traslada a alta mar: en un barco militar, unos médicos investigan el extraño brote que sembró el caos tanto en el famoso bloque de pisos barcelonés como en la boda de la anterior película. Manuela Velasco lidia con hombres rudos y musculados en una tripulación que se va desquiciando e infectando a medida que avanza el metraje: en este sentido, pese a contar con el desenfado de la obra de Paco Plaza, la película retoma el formato de la película inicial, con la particularidad de que en esta ocasión los camarotes y los estrechos pasillos de la embarcación juegan a ser el claustrofóbico escenario del horror. Balagueró homenajea al cine fantástico ochentero, se permite muchas licencias y agota existencias de pringue en una cuarta parte diseñada cual banquete para los amantes del género. El director de Mientras duermes cumple con un crescendo final notable y detalles como el arma de la heroína (la hélice del motor de una lancha) o los esporádicos momentos de humor grotesco (el virus se propaga porque el cocinero de a bordo cocina un mono infectado). Una película entretenida, por lo demás bastante convencional, que tanto en Sitges como en la cartelera de Halloween tendrá muchos adeptos. A ratos cuesta creérsela, pero también cuesta no pasárselo bien con tanto despiporre.
The Target, de Chang (Corea del sur, 2014). Sección oficial Fantàstic Òrbita. |
Otro plato típicamente sitgense ha venido por parte del siempre imprevisible y esperado cine coreano. The Target es todo lo que un fan de Sitges puede desear: humor negro, humor absurdo, acción adrenalítica, muchos disparos, mucha sangre, persecuciones automobilísticas, mafias en pugna, policías corruptos y un guion con cuatro mil giros y un festivo sentido de la justicia (hasta su epílogo funciona como cereza cachonda del pastel - pastiche). La película de Chang adapta el film francés Cuenta atrás, aunque en verdad el film coge la historia gala trufándola de las señas asiáticas de toda la vida: un poco de kung fu, un guion más abigarrado y un ritmo más loco. The Target es un caso evidente de obra honesta que ni busca trascender ni traiciona a su target potencial: en poco más de 100 minutos quedan condensados tantos sinsentidos, tantas idas de tono y tanta violencia bien facturada que es imposible no disfrutar de tal montaña rusa. La película se exhibió en Cannes, pero Sitges es el contexto más apropiado para verla y disfrutarla como es debido.
The Babadook, de Jennifer Kent (Australia, 2013). Sección oficial a concurso. |
The Babadook, producción australiana con una larga trayectoria de festivales a sus espaldas, ha sido la aportación más notable de la oferta de este viernes: para muchos es una de las grandes películas de terror del año y no sería extraño que estuviese en el palmarés de la semana que viene. Una madre viuda tiene que lidiar con las excentricidades de su pequeño... hasta que el monstruo que ve el chico acabará obsesionando a la mujer hasta el punto de desquiciarla por completo. Babadook, una especie de espantapájaros que habita en las sombras, es el reflejo tanto de los miedos infantiles como de un trauma adulto, por lo que en todo momento el factor fantástico se inserta en el drama de forma armónica. La interpretación de Essie Davis es un matizado muestrario de todos los procesos de cansancio, locura y enfermedad por los que puede pasar una madre superada por mil y una circunstancias. Un thriller potente, tal vez ligeramente alargado, pero con un final convincente que vuelve a poner el relato en las vías de lo plausible (datos poco frecuentes en el género). La influencia de James Wan, más concretamente de Expediente Warren, es más que evidente: por fortuna, se impone la inspiración, nunca la copia. No lo tendrá difícil para convertirse en una de las películas del festival.
The Quiet Ones, de John Pogue (Reino Unido, 2014). Sección oficial a concurso. |
En último lugar, apuntamos dos visionados más: Creep y The Quiet Ones. El primero es una vuelta de tuerca más a la bastante desgastada y explotada fórmula del found footage: si el film se sostiene es gracias a la interpretación de Mark Duplass, cómica y terrorífica, patética y grave según la escena. En esencia, es la historia de un tarado que obliga a distintos documentalistas a filmar sus locuras con el pretexto de que tiene cáncer y de que los vídeos van dirigidos al hijo que no verá crecer. La idea tiene su gracia: el film, a pesar de los pesares, también. La que cuesta defender es The Quiet Ones, una sosa premisa de posesiones basada en un caso real de los años 70. El film es una sucesión de lugares comunes y golpes de efecto que dan más vergüenza que miedo. Con los altavoces a todo volumen de Sitges, la audiencia lo ha tenido difícil para conciliar el sueño, pero en otra hora y en otro espacio la película sólo serviría para echar una cabezadita (algo que con tanto trasiego festivalero también se agradece).
La silueta de Mark Duplass en Creep, de Patrick Brice. Nuestro primer visionado del festival. |
Mañana seguiremos en la capital del terror con Young Ones, film del que esperamos mucho; Musarañas, otro logro de la cinematografía española; Pos Eso, una obra animada que apunta a placer culpable del año; y, entre otras, Kiki's Delivery Service, una marcianada firmada por el popular Takashi Shimizu. ¡Os esperamos en nuevas crónicas! ¡Gracias por leer!
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